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Señor presidente, acelere la transición ecológica

Vista de una avenida en la que se puede apreciar la contaminación ambiental

José Luis Gallego

Señor presidente, ha llegado el momento de acelerar la transición ecológica en nuestro país. Pero no solo impulsando medidas desde el ministerio que creó a tal fin, sino de manera transversal: desde la acción del Gobierno en su conjunto.

La acción climática debería promoverse desde una vicepresidencia que inspirara y encauzara todas las políticas gubernativas: económica, agrícola, energética, educativa, de consumo, de fomento o de transporte; ninguna decisión política en nuestro país debe ser ajena al compromiso con el medio ambiente.

Señor presidente, no disponemos de margen de espera para discutir con quienes siguen relativizando el desafío medioambiental al que nos enfrentamos. La transición hacia una economía circular, baja en carbono y sostenible debe ser justa, por supuesto, pero no puede esperar a nadie. Porque cuidar el medio ambiente no significa renunciar al crecimiento y el desarrollo de nuestra sociedad.

Hoy sabemos que la sostenibilidad económica y medioambiental no solo son compatibles sino que son indisociables la una de la otra. Es más, el medio ambiente es la mayor oportunidad para el crecimiento económico: un crecimiento real, que tenga en cuenta los límites del planeta.

Basta ya de externalizar los costes ambientales de las actividades económicas. Cambio climático, colapso de los residuos, contaminación del aire, agotamiento de recursos naturales, pérdida de biodiversidad: si queremos hablar de crecimiento real ninguno de los impactos ambientales derivados de nuestra actividad puede quedar al margen del balance.

Redoble la apuesta por las energías renovables, agilice el apagón nuclear y devuelva la esperanza a las miles de familias que aportaron todo su patrimonio al desarrollo de la fotovoltaica y fueron traicionadas por el Estado. El sol no es el futuro: el sol es ya.

Del mismo modo ha llegado el momento de saldar las deudas con la naturaleza. No podemos perder ni una especie ni un espacio más. Debemos dejar de espoliar los recursos naturales como si fueran infinitos y empezar a restaurar los ecosistemas silvestres: valorando los activos que nos prestan y practicando un uso mucho más responsable y sostenible de ellos. Solo así podremos hablar de crecimiento real, señor presidente.

La transición ecológica plantea un nuevo paradigma de progreso. Un modelo mucho más ajustado a los límites reales que nos impone el planeta en que vivimos. Un modelo de progreso en el que, tal y como establece el Programa General de Acción de la Unión Europea en materia de Medio Ambiente hasta 2020, “los recursos naturales se gestionen de forma sostenible, la biodiversidad se proteja y la naturaleza se valore y se restaure de tal manera que la resiliencia de nuestra sociedad se vea fortalecida”.

Por último, señor presidente, nuestro país vuelve a estar preparado para liderar la acción climática en la UE y en el mundo: no perdamos la oportunidad de volver a ser lo que fuimos. Es el momento de recuperar la reputación ambiental perdida y regresar al puente de mando de la lucha contra el calentamiento global, ése del que nos echaron a patadas cuando el negacionismo se instaló en La Moncloa.

Señor presidente, ha pasado el tiempo de demostrar su conciencia ambiental, ahora toca ejercerla: haga que pase.

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