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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Somos antirracistas, seámoslo siempre

Gabriela Wiener

Una de las falacias de estos días es que llegó Vox y llegó el racismo a España. La ultraderecha ha llegado a fortalecer con su discurso racista y xenófobo la política del trato al otro como invasor y despojo, pero el sistema de opresión preexiste a los bocazas odiadores y chulos de la Plaza Colón; es más, vive y colea desde hace muchos años ante la pasividad de los biempensantes. Y las poblaciones migrantes y racializadas queremos recordarles que la violencia racista es estructural, que está institucionalizada en este país y que no ha cambiado nada del azul al rojo y del rojo al azul.

No se nos olvidan las concertinas que prometió quitar Sánchez y ahí siguen, intactas en los muros de Ceuta. No se nos olvida la campaña del ayuntamiento del cambio contra la venta ambulante con imágenes de bolsos de Prada sumergidos en el mar. No se nos olvida el trato de personas racializadas como cuotas míseras en las instituciones, en las planchas de los partidos, en los medios de comunicación. Ni que los CIES son cárceles para migrantes. Ni los niños y niñas de acogida criminalizados y apedreados en los pueblos. Ni a las madres migrantes a las que se les arranca la custodia de sus hijos. Ni las barbaridades racistas que suelta Borrell sobre el exterminio indígena o Maroto contra las mujeres del sur global. Ni las manis feministas en las que se invisibiliza a las otras. No se nos olvida la muerte de Mame y las redadas policiales en las calles que también son nuestras.

Para no olvidar que para tantos el racismo no ha empezado ahora, sino que se padece en el cuerpo desde tiempos inmemoriales, se celebra desde mañana y hasta el domingo, en el corazón de la Madrid blanca y monumental, entre los edificios que evocan la grandeza española de siglos de colonialismo, en la mismísima Plaza de la Ópera, el I Festival Antirracista organizado por SOS Racismo. Pura resistencia y poder migrante y racializado en una jornada política de tres días que espera ser también una celebración de nuestra comunidad y sus luchas históricas. Un espacio para compartir experiencias y estrategias contra el racismo sistémico que atraviesa nuestras vidas y que se combate también en estas plazas.

El programa incluye varias mesas de debate con el antirracismo en el Estado español como eje, charlas, conciertos, performances y la Abya Yala Ball. Además, talleres de voguing (solo para personas racializadas) y encuentros de colectivos. Los debates abordarán disidencias sexoafectivas y antirracismo; el antirracismo como lucha política; claves para una crianza antirracista y una mesa sobre feminismo para una lucha contrahegemónica. Entre los invitados e invitadas están Sudaka Marika, Alex Aguirre y Esther Ortega Mayoko, Sani Ladan, el colectivo Ayllu, Desirée Bela-Lobbede y Silvia Agüero, Dayana Contreras, Xirou, Traficantes de Sueños –que traerá títulos relacionados con la migración y el racismo–, y artistas como Putochinomaricón, La Negri, Mora Streetfighter, Anacaona, Vicous, entre otros.

Porque todos los pasaportes deben valer lo mismo, porque deben parar de acumularse privilegios mientras el resto de personas no tienen ni derechos; porque debe abolirse de una vez por todas esta sangrienta ley de extranjería; porque debe parar el acoso, el insulto y la criminalización; los ataques racistas cada dos por tres en el metro; las deportaciones masivas y los asesinatos en las aguas del Mediterráneo; porque debe parar el expolio de las viejas colonias europeas; porque quienes se dicen antirracistas deben dejar de prestar y decir que dan voz; porque la agenda deben ponerla quienes encarnan estas luchas. Por eso se hace este festival, para decir aquí estamos y llamar a las cosas por su nombre, racistas.

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