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Yo te entiendo, Esperanza 2. El Regreso

Aguirre no tiene duda de que hay intereses para apartarla de la política

Antón Losada

Gracias a Dios y a Milton Friedman, la lideresa ha vuelto. Los poderes fácticos y la casta progre quieren apartarla de la política, pero no pueden. Los burócratas que controlan ahora el Partido Popular pretenden ignorarla, pero no se deja. La soledad es un doloroso peaje que sólo los verdaderos líderes pagan. Yo te entiendo, Esperanza. Es duro. Siempre lo es.

Ya tuviste que hacer frente en su día al acoso totalitario al que te sometieron los agentes de movilidad al servicio de la malvada Bruja del Oeste que habita en su lujoso palacio del Ayuntamiento de Madrid. Ya entonces quedó meridianamente claro que, o bien fuiste víctima de un agente con alma de paparazzi, o bien sufriste una persecución política propia de regímenes represivos como Venezuela o Cuba.

Hasta los policías de tu escolta te dieron la razón. Y ellos sí son fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de verdad. Ellos intentaron por todos los medios hacer entrar en razón a los brutales agentes de movilidad que te acosaron hasta tu portal como sí fueras alguien realmente peligroso, una terrorista o un votante de Podemos. Ellos, como buenos españoles y funcionarios pagados con nuestros impuestos, se ofrecieron a hacerte el papeleo para no distraerte con asuntos mundanos mientras practicas el pensamiento geoestratégico.

La cosa debía haber quedado en una falta y unos cuantos chascarrillos en las televisiones a las que tanto financiabas cuando eras presidenta. Pero el mal no descansa, como el comunismo, el marxismo, el chavismo y el reguetón. La Audiencia Provincial se ha empeñado en que sea instruido como delito haber arrollado a un agente, huir por las calles de Madrid conduciendo como Starsky o Hutch y enviar a los escoltas a apabullar a los municipales. Una escandalosa injusticia que sólo se explica por la animadversión de un juez.

No. No es paranoia de lideresa. Tampoco echarle mucha jeta. Es la cruda realidad ¿Quién manda en la Justicia, quién es el ministro del ramo? Tú misma lo dijiste en su día con tanta sabiduría como prudencia: “el hijo puta”. Fin de la cita.

Yo te entiendo Esperanza. Enfrentarse a los siniestros engranajes de la maquinaria de un poder que te teme tiene un precio que sólo los verdaderos líderes están dispuestos a pagar. En el partido, algunos de los tuyos, también están contra ti. Los mediocres, chupatintas, burócratas y pelotas de Rajoy que mandan ahora en Génova se empeñan en desdeñarte como candidata cuando todo el mundo sabe que las masas te reclaman y por eso abandona la lideresa bis, Ana Botella. Eso es lo que de verdad carcome al pérfido Floriano o a la malvada Cospedal. Envidian tu don de masas. No te perdonan que la gente te quiera a ti y haga chanzas sobre ellos.

Ánimo Esperanza. Te necesitamos. No permitas que te aparten de la política por ser tan liberal ahora que hasta Ana Botella ha comprendido al fin que no puede haber una lideresa bis. En una España asolada por la mediocridad, el adocenamiento, el colectivismo y los futbolistas con tatuajes, más que nunca precisamos valientes como tú, dispuestos a vivir sin temor siguiendo el más sagrado principio del liberalismo a la española: lo hago porque puedo y porque me da la gana.

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