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La necesidad de un Régimen

Montero Glez

Esta visto que Rajoy es un hombre de necesidades secundarias. Son tan necesarias para él, que las antepone a las necesidades primarias para así tapar la corrupción de su partido. Tales necesidades se ven superadas, a su vez, por la necesidad de conservar los símbolos de un pasado vergonzoso que tal vez tenga su origen en Alhucemas, donde hizo carrera un militar sangriento que fue favorito del entonces rey Alfonso XIII.

Lo que sucedió a partir de entonces es memoria viva que late bajo las cunetas de una tierra atravesada por carreteras yermas que siempre conducen al mismo sitio, ahí donde quedó escondida nuestra memoria. Por eso tardaríamos tanto tiempo en encontrarla. Para hacernos creer que existíamos, pero sobre todo para despistar nuestro camino, nos dieron una Constitución donde se reservaba el derecho de admisión a los disidentes, a los hijos y nietos de los que perdieron la guerra.

No sé si lo dije en algún otro sitio pero, por si acaso, me repito ya que, dicha Constitución otorgaba a la monarquía dos legitimidades, la legitimidad dinástica por un lado y por el otro la legitimidad de la victoria de la Guerra Civil. Por tales asuntos, el nieto de aquél que tenía por favorito a un militar sangriento, llegaría a Jefe del Estado entre gritos borreguiles de ¡Viva el Rey!

En nuestro museo sentimental sólo quedaría sitio para una montonera de estatuas ecuestres y otras pesadillas encarnadas en presidentes de gobierno. Sin ir más lejos, sirva como ejemplo ese tal Felipe González que apareció vestido de pana y que, con deje campero, juró una Constitución que permitió enriquecerse a él y a su cuadrilla, prostituyendo un socialismo que hoy permite gobernar a quien nos sigue gobernando. Una Constitución permisiva que permite a los del Partido Popular de Rajoy seguir el mismo rumbo, rastreando las huellas del neoliberalismo con el que se cimentó nuestra democracia en los tiempos de Solchaga y de sus chicos.

Por lo dicho, esta Constitución tan permisiva, ha permitido dependencias y necesidades irreversibles. De ahí la fidelidad que los del Régimen del 78 muestran hacia ella. Siempre que pueden la aplican en beneficio propio. Con todo, la amenaza de Rajoy no necesita respuesta. Porque Rajoy se responde a sí mismo. Lleva la respuesta en el enunciado de su tuit. Desde el momento en que Rajoy pone en marcha la amenaza, nos demuestra que siente pasión por la ignorancia, pues necesita de ella para anteponerla a otras necesidades mucho más necesarias.

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