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Si quieres Rajoy, ¿vota PSOE?

Jesús López-Medel

Tranquilo, amigo lector. Que no cunda el pánico ni la ira, ni el gozo.

Es solo una pregunta. No una aseveración. Y la respuesta está, tras una reflexión, en el interior de cada uno.

Pero de un modo especial de quien debería contestar de modo claro, sin ejercicios contorsionistas como lleva haciendo desde un largo tiempo, el Secretario General y candidato del PSOE. Incluso sus más recientes aseveraciones le muestran más preocupado por mantener un territorio imaginario y ancestral de representar como quimera perdida una izquierda de la que se alejaron y ni siquiera un centro progresista avanzado. Evidencian que están muy perdidos.

Es este un artículo que aun siendo el título una interrogación, no hubiera deseado escribir pues, como he reiterado, reconozco la aportación antaño de este partido en los avances sociales. Pero de esto hace mucho tiempo. Ya no, sino lo contrario, el iniciador de los recortes sociales. Y, también, porque tengo numerosos amigos allí que, cada vez más fuera de la organización, todavía llevan el puño y la rosa en su corazón aunque su desaliento aumenta.

Con este artículo concluyo la trilogía de artículos de análisis que inicié hace un mes en el diario.es a propósito del suicidio y de la autopsia de este partido centenario. Pero tristemente, quienes hace tiempo representan ese símbolo carecen de norte, de ideas ni de pulso.

Tras las elecciones de diciembre, los cuatro actores políticos iniciaron una obra de teatro de enredo de la cual, todos ellos, como rinconetes y lazarillos intentaron más que explicar sus propuestas, echar las culpas a otros. Pero quien más insistió y lleva tres meses cansinos sin dar otra idea es Pedro Sánchez Castejón y todo el PSOE que siguen repitiendo hasta la saciedad un mantra: la culpa es de Podemos (bis, bis, bis). ¡Que esteril!

En los anteriores artículos ya vaticiné hace tiempo que Unidos Podemos superaría en votos claramente al PSOE y las difíciles tres salidas que tendría de futuro éste.

Pero hay una que va adquiriendo más consistencia que es la posición de abstención, posibilitando que Mariano Rajoy siga de presidente de gobierno con el apoyo -entusiasta aunque disimulado- de Albert Rivera cuyos deslices verbales sobre lo bueno (?) de las dictaduras (“hay orden y seguridad”) confirman que lo que llevan dentro es una concepción de derecha más extrema que el PP.

Pero ello, una vez superados los juegos preliminares de estos meses en un país sin cultura de pactos de gobierno, ahora ya es elección y momento decisivo, acabada la prórroga y no puede ser asunto de juegos sino que es definitivo, al menos por cuatro años.

Si siguiera el PSOE esa opción no sólo quedará estigmatizado por muchísimo tiempo por posibilitar que siga Rajoy y la derecha tan autoritaria que nos ha gobernado. Ya por ello, quedaría casi hundido. También porque quedándose en una nebulosa semi-oposición, frente a la firmeza de Podemos y el movimiento cívico heredero del 15-M en Sol, con infinitas más ideas y frescura, devoraría a aquellos dinosaurios que no se han enterado de nada.

Esta es la opción que va extendiéndose en la opinión de más y más gente y que puede contribuir al retroceso de España como “Estado Social y Democrático de Derecho” (artículo 1 de la Constitución). Y también para el PSOE. Por ello, es mi requerimiento a este para que previamente diga cuál sería su opción preferida. Y por bien de ellos mismos.

Una de las manías de los partidos es que aunque no tengan posibilidad remota de ganar, no anuncian con quien pactarían. Sólo hablan de la posibilidad de ser triunfadores para luego maniobrar aunque sean pactos contra natura. Pero todos sabemos que con la más plural configuración del Parlamento, se va a necesitar pactos y los votos y el lugar del PSOE va a ser el más descendente, sobre todo por ser el más desconcertante.

Está muy claro que puestos a buscar apoyos, el PP preferiría a Rivera y C´s. Gracias a ellos, gobierna en muchos municipios y Comunidades Autónomas. Igual que este prefiere (una vez hecho el acto teatral del pacto tan solemne como ridículo) al PP. El pacto de gran coalición con el PSOE sería de muerte súbita para este.

Por Podemos se ha dicho hasta la saciedad que su socio natural es el PSOE. Lo han dejado muy claro. Y esto es lo que, insisto, el PSOE debe clarificar a la ciudadanía, sabiendo bien (ya lo sabían entonces) que su opción hace unos meses por Ciudadanos, dejaba fuera al entendimiento con Podemos. Ambas almas eran y son incompatibles. El PSOE prefirió al primero. Pero eso, ojala sea pasado.

Pero siguen haciendo malabarismos verbales que más que equidistancia, generan mucha confusión y aún más dudas. Y como vienen acompañados con progresivos ataques a Podemos (que este no devuelve), hace que se extienda más y más que de las tres posibilidades la más probable sea la de que el PSOE no pacte con Podemos aunque entre los dos sumasen más escaños que las derechas sino que, por el contrario, suponga apoyar a Rajoy.

Por ello, este artículo es una demanda, por bien del PSOE, que aclare ya y no después, a quien respaldaría por vía directa o indirecta. Como Sánchez Castejón está rodeado de pelotas (como casi todos los líderes), le dirán que siga así, marcando su identidad (?) propia. Pero es muy triste reconocer que esa identidad es la nada, la vacuidad y un partido sin alma.

Cuánto más tarde en pronunciarse (acaso no lo hará nunca) más pagará en las urnas esa indefinición ante la idea de que por vía abstención permitiría que Rajoy siga de presidente del Gobierno de España. No será quien (tampoco el candidato desnudo hace años y que ahora parece una Barbie en vestuario) para decir que el PP presente otro candidato ni tendrá margen para salir de los nudos que ellos solos han creado en su cuello.

Mientras que no quede claro que su socio preferente es Podemos, seguirá extendiéndose esa idea de que dejaría gobernar al más votado, a Rajoy. Apelarán a su sentido de responsabilidad. Utilizarán de modo falaz el argumento de la unidad de la patria, cuando más sólida y verdad es su entendimiento con el gran capital.

Pero la responsabilidad se la pasarán ahora sus electores y en los siguientes comicios se convertirían en un partido muy menor, casi un partido regional del sur, porque si no fuese por los que consiguen siempre allí, serían casi laminados. Está Sánchez Castejón muy condicionado por esos poderes territoriales, especialmente Andalucía cuya lideresa colocó cerca del candidato gente de escasa talla y de fidelidades siempre cambiantes. También por ese fantasma sin alma que representa el felipismo.

Antes de las elecciones municipales y autonómicas ya escribí un artículo desnudando a Albert Rivera y su ideología que dentro de la escasa que tiene, está muy próxima a los derechismos que son un auténtico peligro en Europa. Lo titulé Si quieres PP, vota Ciudadanos.

Ahora, decía al comienzo, este artículo va con interrogante porque quiero dar la oportunidad a que un partido bastante desnortado, anuncie ya que se unirá con los que, en este momento, encarnan el progresismo que ellos representaban en tiempo o si seguirán en el limbo.

Pero mientras no lo aclaren ellos mismos, y como quien calla otorga, tendría que re-titular el artículo avisando a los lectores votantes del PSOE que su voto va a servir para que Rajoy siga no unos meses sino cuatro años.

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