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Lo razonable

Elisa Beni

España hoy escribe su historia a golpe de adjetivo. Razonable. Razonable. Razonable. Hasta la saciedad. Es razonable. Lo razonable. El PSOE es razonable cuando cambia sus principios. La gobernabilidad debe ser razonable. El PP pide una oposición razonable. Los barones del PSOE creen que han obligado al partido a hacer lo razonable.

Lo razonable.

Lo razonable es lo lógico, lo conforme a razón.Todos somos racionales así que si algo es razonable y no lo compartimos hay en nosotros un error. Si no entendemos que la abjuración que ha hecho el PSOE es proporcionada y racional es porque algo falla en nuestra forma de discurrir. Somos defectuosos e incapaces de hacer juicios reflexivos y razonados a la altura de las circunstancias.

Lo razonable. Si no aceptamos que la solución de perpetuar en el poder a la persona y al partido que aceptan haber tenido en su seno la mayor corrupción y podredumbre conocida de la democracia española es la más prudente y sensata es porque somos irreflexivos, irracionales y extremos porque si fuéramos razonables...

Lo razonable sólo deja una vía posible, nos dicen. Lo razonable, pretenden, elude dar lugar a la utopía a a los ideales y a los sueños. Lo razonable es cuantificable en forma de rescates, ayudas y multas. Lo razonable no entiende de sufrimiento ni de igualdad ni de rabia. Lo razonable es estanco y hegemónico y pretende lanzar al epicentro de una espiral de silencio a todos los extremistas equivocados que quieren hacer posible lo imposible.

Todo tan razonable que la razón se rebela.

Lo más terrible es la envoltura en humanidad, en razón pura, del rodillo del posibilismo. Lo peor es el mensaje de que no queda sino un camino y una sociedad posible, la suya, y de que todos los que soñamos, peleamos y vivimos por una senda diferente hemos perdido la razón. Somos irracionales.

El sueño de la razón produce monstruos. Que la desigualdad, la corrupción, la crueldad, el recorte de libertades merezcan seguir rigiendo los destinos de esta sociedad es monstruoso pero, insisten, razonable.

Tan razonable que algo dentro se rebela y eso es quizá lo único razonable.

“Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros”, dejó escrito Kant.

Ya sabemos como son los que se muestran razonables porque como dijo el de Köningsberg: “La palabra dada manifiesta la capacidad humana de afirmarse a pesar de todas las coacciones materiales”.

Y es que no toda razón resulta pura.

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