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No les digo nada de la sanidad, que se ponen malos

Isaac Rosa

Fíjense si está comprometida la Comunidad de Madrid en proteger nuestra salud, que hasta se preocupa de que suframos dolores de cabeza por culpa de los agoreros que vaticinan la privatización total y el fin de la sanidad gratuita, tal como refleja el ingenioso vídeo antihuelga del PP. En el mismo sentido hay que entender la orden de retirar de los Centros de Salud los carteles de “Se vende sanidad pública”: una forma de evitarnos una segura depresión al verlos. Eso sí que es ahorro: sin carteles ni pancartas, menos dolores de cabeza y menos depresiones, y por tanto menos consultas y menos gasto farmacéutico en aspirinas y prozac.

Dentro de una concepción extensa de la salud, incluyen en su protección nuestra integridad moral, y por eso les preocupa que los médicos en huelga nos transmitan “mentiras” con su insistencia en hablar de privatización. De paso, otro ahorro: cuanto menos difundan los huelguistas sus mensajes, menos tendrán que trabajar los informativos de Telemadrid y TVE y los medios afines en contraprogramar la protesta.

Así con todo: prometen que nadie tendrá que ir al médico con la Visa entre los dientes, una buena forma de ahorrar en tratamiento dental, que no puede ser bueno llevar eso en la boca y apretarlo con rabia.

Yo celebro esa política de ahorro y protección de la salud, y estoy dispuesto a sumarme a ella: así que no pienso contarles otra vez lo del negocio que se están montando entre unos cuantos a costa de nuestra salud y de nuestros servicios públicos. No diré una palabra sobre los fondos de inversión ya conocidos que esperan ganar mucho dinero por partida doble: con la privatización de la que se beneficiarán por un lado, y por otro con el desguace de lo público, cuyo deterioro conducirá más pacientes a la sanidad privada, que también es de ellos, y así todo queda en casa. Me callo, que ya les veo cara de jaqueca inminente.

Por supuesto no dedicaré una sola línea a esas compañías que ya gestionan hospitales y servicios y que esperan ampliar próximamente su cartera, y en cuyos consejos directivos se sienta incluso algún ex consejero de sanidad madrileño, en clara muestra de coherencia, aparte de otros lazos familiares y políticos que no les contaré para no subirles la tensión o causarles una digestión pesada.

No, hoy no insistiré en cómo acabaremos pagando más de lo que ya pagamos, y que aunque no llevemos la tarjeta de crédito en la boca bien podríamos llevar entre los dientes la declaración de la renta, pues de ahí saldrá el dinero que se llevarán estas compañías, que lo de la Visa es muy ordinario.

Ya digo, no quiero causarles dolor de cabeza, depresión, insomnio o una úlcera, o que se vayan a dar a la bebida por saber estas cosas. Hay que ahorrar en sanidad, y no es plan de que mañana tengan que ir al médico o asaltar el botiquín por mi culpa. Cuídense, que la salud es lo primero.

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