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Enfermedad hemorrágica epizoótica: el nuevo virus que mantiene en jaque a los ganaderos

Un ganadero junto a vacas de una ganadería

Alfonso Alba

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En octubre del año pasado se registró el primer foco en la provincia de Cádiz. Probablemente, coinciden los veterinarios, fue una nube de mosquitos que el viento trajo desde el norte de África. Esos mosquitos, microscópicos, portaban un virus desconocido entonces en Europa pero que ya estaba dando problemas en Estados Unidos, en Japón, en Sudamérica y también en África. Ese virus provoca la conocida como enfermedad hemorrágica epizoótica, que no afecta a los humanos pero sí a los rumiantes, especialmente a los cérvidos y a los bovinos.

Este otoño, pero sobre todo este verano, han comenzado a aparecer ciervos muertos en fincas cinegéticas de Sierra Morena en Cabra. Muchos mueren en zonas de difícil acceso y se los comen los buitres, por lo que es complicado saber qué es lo que les ha pasado. Pero los veterinarios han sumado uno más uno cuando han comprobado cómo en ganaderías cercanas han comenzado a proliferar focos de la enfermedad hemorrágica epizoótica. “El virus está aquí” y no hay vacuna, reconoce José Luis Villafuerte, técnico de Asaja en Córdoba y no de los mayores expertos en ganadería y monterías de la provincia.

El virus que provoca esta enfermedad lo transmiten los mosquitos culicoides, habituales en la Península. Son los mismos mosquitos que en su día transmitieron la peste porcina o la lengua azul, las enfermedades que peor recuerdo traen a los ganaderos por sus efectos. Villafuerte insiste en destacar en que este virus no afecta a los humanos y solo a los rumiantes. Y que los animales que sufren esta enfermedad nunca llegan a la cadena alimentaria.

De hecho, los síntomas de esta enfermedad son muy similares a los de la lengua azul. Las madres suelen sufrir abortos, los animales adelgazan rápidamente, muestran grandes signos de debilidad y un porcentaje pequeño, entre el 3 y el 4% en el caso de los bovinos, acaba muriendo. En el caso de los ciervos se calcula que el 10% fallece pero que los que lo padecen tienen secuelas o un adelgazamiento extremo.

Cinco focos en Córdoba

En Córdoba ya se han detectado cinco focos, aunque los ganaderos creen que la enfermedad está bastante más extendida. Los dos primeros focos en la provincia de Córdoba se detectaron el pasado 6 de julio. Uno de ellos fue localizado en el término municipal de Cardeña y el segundo en Adamuz. El 10 de julio se notificó un tercer foco en Fuente Obejuna, el 21 de julio en Torrecampo y finalmente el 24 de julio en Hinojosa del Duque. Es decir, en todas las zonas ganaderas de la provincia de Córdoba y cercanas también a grandes cotos de caza, que es donde más problemas está habiendo.

“De momento no tenemos ni tratamiento ni vacuna”, lamenta Villafuerte. Lo que los técnicos de Agricultura y de Asaja están recomendando a los ganaderos es que intenten alejar al ganado de los lugares en los que proliferan los mosquitos. “Y eso es algo casi imposible”, reconoce. Los mosquitos culicoides, que son microscópicos, crían especialmente bien en las zonas donde se acumula el estiércol o donde hay agua en la que suele beber el ganado. En algunas fincas se está optando por rociar semanalmente a los animales con repelentes. “Pero no acaba de funcionar”, reconoce.

Este año, la enfermedad se ha extendido gracias a un junio que fue muy húmedo y que generó condiciones perfectas para la extensión de los mosquitos que ya portan este virus. La solución, por tanto, llegará cuando se den las condiciones para que los mosquitos vuelvan a desaparecer. Una de ellas, asegura este técnico de Asaja, es que haga mucho calor. “Curiosamente, ni los mosquitos aguantan temperaturas extremas”, explica. La otra es que llegue el otoño, las lluvias y las bajas temperaturas. Eso dará una tregua, hará que el ganado se pueda recuperar y que se pueda seguir investigando en lograr la vacuna.

“El sector ganadero está muy preocupado. Se pensaba que este virus afectaba menos, pero ahora mismo estamos aprendiendo todos” y comprobando que no, que no es tan leve la enfermedad como la pintaban. “Esta es una enfermedad que ha venido para quedarse”, asegura Villafuerte, que asegura que lo mejor es hacerse a la idea y comenzar a idear fórmulas para combatir este nuevo problema para el ganado.

Esta enfermedad llega además en un momento crítico para el sector. A la crisis de los precios de las materias primas y a la sequía se une ahora un virus que está diezmando las cabañas ganaderas en algunos casos.

Desde el principio de la guerra de Ucrania, los ganaderos cordobeses tienen problemas con la alimentación de sus animales. A la sequía y la consecuente falta de pastos se une el precio de los piensos, que en algunos casos se ha duplicado. Los fitosanitarios y los precios del combustible y la electricidad también han sido problemáticos para el sector, tanto que se estima que en los últimos cinco años han desaparecido el 10% de las vaquerizas de Los Pedroches. Ahora, los ganaderos se enfrentan a un enemigo microscópico.

De momento, y al estar declarada la enfermedad solo en España, solo hay limitaciones al movimiento del ganado. El problema mayor lo están teniendo las ganaderías extensivas, las más perjudicadas ya por la sequía, que apenas pueden abandonar las zonas que ya tienen delimitadas en busca de nuevos pastos.

El Reglamento Delegado (UE) 2020/688 se encuentra actualmente en fase de revisión, estando prevista la publicación en las próximas semanas de una modificación del mismo, flexibilizando los requisitos para el movimiento intracomunitario con condiciones muy similares a las establecidas para la Lengua Azul. A estos efectos, se restringe actualmente el movimiento directo para vida (no así para sacrificio) por EHE hacia otros Estados miembros de animales bovinos, ovinos y caprinos procedentes de explotaciones ubicadas en los siguientes territorios: provincias de Cádiz, Huelva, Málaga, Córdoba, Sevilla, Granada, Jaén, Cáceres, Badajoz, Toledo y Ciudad Real.

Respecto a los movimientos nacionales, los animales y vehículos deben estar desinsectados para movimientos desde la zona afectada hacia zona libre, con ausencia de sintomatología en ganado bovino.

Ficha de la enfermedad

La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa transmitida por vectores (Culicoides spp.), que afecta a rumiantes domésticos y salvajes. En el ganado vacuno puede producir clínica moderada y autolimitante durante unas dos semanas. El ganado ovino es susceptible a la infección, pero poco a la enfermedad clínica, y el caprino es muy poco susceptible a la infección. Es una enfermedad que afecta a los ciervos, y puede afectar también a gamos y corzos.

Agente causal: El virus de EHE pertenece a la familia Reoviridae, género Orbivirus, y tiene muchas características morfológicas y estructurales en común con los otros miembros del género, especialmente con el virus de la lengua azul.

Periodo de incubación: 2-10 días

Enfermedad de declaración obligatoria: Es una enfermedad de declaración obligatoria de acuerdo con lo establecido el Reglamento de Ejecución (UE) 2020/2002 de la Comisión, de 7 de diciembre de 2020, por el que se establecen normas de desarrollo del Reglamento (UE) 2016/429 del Parlamento Europeo y del Consejo relativas a la notificación a la Unión y al envío de informes a la Unión sobre enfermedades de la lista.

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