Tu programa me suena

El otro día vi por primera vez unos minutos de 'Tu cara me suena', lo suficiente para descubrir que Santiago Segura no tiene filtro ni se pone límites. No sé si es que ya está acostumbrado a transformarse por exigencias de Torrente, su personaje fetiche, ese que, incomprensiblemente, revienta las taquillas del cine español, con crisis o sin ella. O precisamente debido a ella.

Pero depilarse las piernas, ataviarse con una boa y un vestido ye-yé y perpetrar una versión camionera de Concha Velasco únicamente para participar en un talent show... En fin, eso es vocación de showman. Teniendo en cuenta el CV de Santiago en la tele ('No te rías que es peor', 'Vivan los novios', entre otros), parecería una progresión lógica. Aunque él siempre ha dicho que lo hacía para subvencionar su carrera, yo creo que en realidad era por puro frikismo televisivo.

Un homenaje a Bertín

Viendo más vídeos en la web, me ha dado la sensación de que el programa tiene ese mismo regusto a antigualla que tenía 'Lluvia de Estrellas', aunque, afortunadamente, prescinde de: primero, Bertín Osborne cantando aquello de “dentro de ti, hay una estrella...”, el verdadero hit y cúlmen de su carrera artística; segundo, menores de edad disfrazadas de folklóricas, algo que siempre ha hecho que me encoja; y tercero, la máquina de humo para el momento transformación, un recurso del pleistoceno audiovisual.

Ni qué decir tiene que aunque ese programa fuera pura caspa, Bertín Osborne queda absuelto de sus pecados por los grandes momentos que nos dio en 'Contacto con... tacto', en el top 10 de lo mejor que ha parido la tele, siguiendo de cerca a 'Confianza Ciega'.

Volviendo a 'Tu programa cara me suena', la gran “novedad” es que recluta a sus concursantes por un fin benéfico, no les promete que hará brillar la estrella de su interior. El ganador deberá donar el premio en metálico a la ONG que prefiera. Pero me pregunto si la verdadera acción humanitaria no será para con los concursantes.

Porque en lugar de nutrirse de anónimos buscando sus quince minutos de fama, participan los que ya son “famosos” por motivos que se me escapan completamente (ambos, los de su fama y los de su participación): si estuviera en su lugar, no habría dinero en el mundo suficiente para que, por ejemplo, me vistiera de King África y me pusiera a bailarrrr, bailarrrr, bailarrrrrrrr delante de casi tres millones de espectadores (según sus último datos de audiencia). Supongo que en algunos casos, es pura vanidad televisiva, y esto es lo mejor que les han ofrecido. Como espectadora, tampoco elegiría este programa para pasar el prime-time, porque no me “entretiene”.

Además, me resultan cansinos estos sucedáneos de formato americano que se han empeñado en meternos en los últimos años en todas las cadenas y con múltiples variantes: 'Tú sí que vales', 'Mira quién baila', 'Factor X' o ahora éste. La presencia de Ángel Llácer como director de artistas me huele un poco a poso de 'OT'. Supongo que se han dado cuenta de que es más fácil cuando hay una base sólida de talento y no existe esa presión de hacerle creer a un chaval que va a grabar con Sony y va a ser superventas. En todo caso, creo que es la prueba definitiva de que OT ha muerto para la tele. Han dejado de intentarlo con los triunfitos y se han volcado con las “estrellas”.

Fuentes y “este tipo de tele”

Si se emitiera en Telecinco, se lo habrían dado a Christian Gálvez. Pero Antena 3 no tiene presentador comodín que se haga cargo de estas cosas. Me sigue sorprendiendo ver a Fuentes en este registro. Supongo que le convencieron cuando le dijeron que podría vestirse de Bruce Springsteen. Lo cierto es que pensando en el Fuentes de 'CQC', nada podía hacerme pensar que le fueran este tipo de shows, pero él mismo ha reconocido que “es un gustazo volver a este tipo de tele”. Unas declaraciones cuanto menos inquietantes.

Interpreto que este tipo de tele, por lo visto, son programas de corte familiar, de entretenimiento sin pretensiones. Algo para pasar el rato y que no requiera una gran concentración. Este tipo de tele, además, ha llegado a ser trending topic en Twitter (tanto en España como mundial). Este tipo de tele es lo que la gente quiere, porque, por lo visto en tiempo de crisis lo único que nos alivia es poder reirnos.

Pero, ¿de qué nos reímos?

Teniendo en cuenta que a Rockefeller le han sacado del baúl, le han dado una manita de pintura y le han devuelto la vida, que lo que queda de Cruz y Raya sigue emitiéndose en TVE los viernes por la noche, y que en la próxima gala de TCMS Josema Yuste volverá a hacer de Ana Torroja, 20 años después, me pregunto: ¿Acabará volviendo 'El Semáforo'? ¿Nos volverán a amenizar Pedro Reyes y el Sr. Barragán los mediodías? ¿O será Leticia, con alegría? ¿Hemos entrado en algún agujero de gusano y volvemos a los 80? Menos mal que tenemos series como 'Museo Coconut', cómicos serios como El Follonero, o programas como 'Vaya Semanita' para creer que el humor de este país está listo para evolucionar.

Pero con los datos de audiencia en la mano, si yo fuera programadora, obviamente no me arriesgaría con alternativas raras. Empezaría a desempolvar joyas como 'Noche de Fiesta' o 'Un, dos, tres...' . Porque 'Tu cara me suena' batió nuevo récord en su última gala y subió por tercera semana consecutiva hasta lograr un 18,5% de share. Ni la apuesta Serial Lovers de La Sexta por esas series que triunfan en la red, ni el clásico pase de cine clásico en La 2, ni siquiera el mejor programa de humor de España, 'Granjero Busca Esposa'... Nadie, salvo 'Tierra de Lobos' consiguió más espectadores el pasado miércoles.

Tu programa cara me suena, también en Navidad

Tan bien está funcionando que Antena 3 se ha lanzado a la piscina y ha anunciado ya un especial para amenizar la Nochebuena de sus fans, como avanzó Vertele.com en exclusiva. Espero que TVE contraprograme rescatando 'Telepasión'. Os imagináis a Ana Pastor cantando “que no se acabe el mundo”? Lo que me temo es que esto va a causar un efecto dominó y ya van a empezar a taladrarnos con los anuncios de Navidad. De momento Mercadona ya ha puesto los turrones en sus lineales... ¡Qué pereza!