'Las Amazonas' 1x01-02 Review: Un estreno con luces y sombras

Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez

Voy a ser sincera. El anuncio de Nova del estreno de ‘Las Amazonas’ no me hizo especial ilusión. Primero, porque tengo una cierta saturación de telenovelas de Televisa en los últimos tiempos (Nova ya casi parece una franquicia en España de la empresa mexicana). Segundo, porque Salvador Mejía no ha estado demasiado acertado en sus últimas producciones. Tercero, porque ver a Danna García siendo la mayor de tres hermanas en una hacienda rodeada de caballos me resulta demasiado familiar.

Así que mis expectativas no eran demasiado halagüeñas. Eso sí, a pesar de todos los prejuicios ya comentados, siempre he defendido que para poder opinar sobre algo hay que verlo así que me senté en mi sofá para adentrarme en la hacienda de la familia Santos.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Muchas preguntas desde el primer instante

Así como he asumido todos mis temores iniciales, también reconozco cuando algo me sorprende gratamente y ‘Las Amazonas’ lo ha conseguido. Ese arranque con el protagonista huyendo a media noche de su casa con sus hijas en brazos ha sido de los mejores en los últimos tiempos. Sobre todo porque en ningún momento se nos responde a la gran pregunta que todos nos hacemos. ¿Por qué? No han pasado ni cinco minutos y ya estoy intrigada. Esto empieza bien.

Pero aún hay más preguntas que han surgido en los dos capítulos que hemos visto. ¿Por qué todo el mundo parece querer vengarse de Victoriano Santos? La familia Mendoza regresa a México clamando venganza y Loreto sale de la cárcel con ganas de saldar deudas pendientes con el terrateniente. Ya sabemos que todo tiene que ver con la muerte de Vicente Mendoza y la propiedad de la hacienda, pero no acabamos de ver el cuadro completo.

Y por si Victoriano no tuviera bastante con los fantasmas que regresan del pasado, su presente tampoco es demasiado tranquilo. Lo intuíamos desde la primera vez que la vimos, pero ya lo hemos confirmado. A su joven esposa le gusta más su chequera (perdón, corrijo, su empresa) que él. Esto es casi de primero de telenovela, es decir, nada sorprendente, pero le añade un puntito más de interés.

El esperado regreso de Danna García

Al margen de que Diana Santos pudiera recordarme otro inolvidable personaje, la verdad es que tenía muchas ganas de ver de nuevo a Danna García. Hacía mucho tiempo que no la veíamos por España, salvo por las consabidas reposiciones de ‘Pasión de Gavilanes’ o ‘Bella Calamidades’. Y tenía ganas porque es una actriz que, simplemente, funciona. Haga lo que haga, convence.

Sin embargo, creo que aún no se siente cómoda en el papel de Diana Santos. No sé explicarlo, pero ha habido secuencias en las que la he visto como ausente. Como si se limitara a recitar su texto y ya. Inexpresiva. Sin ningún tipo de emoción. Y eso no es normal en ella. Siempre ha sido una actriz con una gran capacidad para empatizar con el espectador.

Es cierto que en otras secuencias sí es la Danna que todos recordamos, pero me preocupan esos altibajos porque ella es uno de los pesos pesados de la telenovela. Confiemos en que sean los desajustes propios del arranque de la producción y que, poco a poco, agarre las riendas del personaje porque se intuye que puede dar bastante guerra.

Sobre todo a su madrastra. Desde luego, sus enfrentamientos con Gabriela Vergara han sido de lo más interesante que hemos visto. Yo digo, tú dices, pero ninguna cruza la línea. ¿Qué pasará cuando alguna la cruce?

Dos veteranos incombustibles

Y si tenía ganas de ver a Danna García, ¿qué decir de César Évora? Lo he visto de malo, de bueno y de regular y solo puedo decir que lo he odiado como villano, lo he adorado como galán y nunca me ha decepcionado como regular. Esta vez, la verdad, aún no tengo claro cuál es su rol. Desde luego no es un santo, pero ¿el villano de la historia?. Ojalá sea un personaje con matices porque son los que consiguen mantenernos pegados a la pantalla. Sea como fuere, Évora tiene las suficientes tablas como para dotar de fuerza a un personaje con su sola presencia en plano.

El otro gran nombre propio de esta telenovela es Victoria Ruffo que hace de Victoria Ruffo. Confieso que en el primer capítulo logró sorprenderme. O me despisté o no lloró ni una sola vez. Lástima que en el segundo ya recuperamos las viejas costumbres. Sin embargo, aún hay esperanza para su personaje. Inés es la eterna enamorada de Victoriano, pero consigue mantener la distancia. Veremos cómo reacciona ante el regreso de Loreto. Su primera impresión ha sido muy positiva. Se le ha enfrentado mostrando un carácter que puede salvar a este personaje.

Y, antes de que me olvide, un aplauso para el que tuvo la idea de que la voz en off de Inés nos vaya contando algunos detalles de la historia. No es Anthony Méndez (narrador de ‘Jane The Virgin’), pero es un recurso muy interesante y rompe con lo que suele ser el relato convencional.

Un galán con sentido del humor

El que me ha gustado bastante ha sido el galán protagonista. Andrés Palacios se ve bastante suelto en su papel de Alejandro San Román y resulta bastante creíble en su flirteo con Diana Santos. En algunas ocasiones roza el engreimiento con su osadía, pero lo compensa con el sentido del humor con el que envuelve todas las situaciones. Por ahora él está poniendo mucho más de su parte, pero hay feeling y eso es el mejor presagio para una pareja protagonista (aunque a Andrés Palacios lo hayan relegado al final de los títulos de crédito principales),

Pero, sobre todo, donde destaca por encima de todas las cosas es en su rol de padre. Las escenas del segundo capítulo entre Andrés y sus hijas ya nos dicen mucho del personaje que interpreta Andrés Palacios.

Los peores presagios

Hasta ahora, con sus más y sus menos, la impresión ha sido bastante positiva, teniendo en cuenta lo bajas que eran mis expectativas iniciales. Sin embargo, algunos detalles hicieron que mis peores presagios se plasmaran en la pantalla.

Primero, la familia Mendoza es un completo despropósito. ¿Alguien me puede explicar cómo es posible que Jacqueline Andere se preste a grabar una escena donde su personaje y el de René Casados hablan a cámara como si estuviesen dando las noticias? Ha sido una de las peores escenas que recuerdo. ¿Qué pretendían? ¿Darle carga dramática al anuncio de su venganza? Por favor, desde que aparecen en pantalla la primera vez sabemos cuál es su objetivo. Ese recurso era totalmente innecesario y lo peor es que ha quedado casi ridículo. Un despropósito, en definitiva.

Pero la cosa no queda ahí. La sobreactuación de René Casados podía resultar simpática en ‘Mi corazón es tuyo’, pero aquí resulta completamente excesiva. Va de un extremo a otro. O parece un robot con una rigidísima posición corporal o parece un molinillo con su movimiento de brazos. En una escena con Álex Sirvent si le hubiera bajado el volumen a la televisión, no sabría si estaban hablando de ampliar el personal o si estaba amenazando con pegarle un par de bofetadas. Espero que se tranquilice según vaya avanzando la historia porque a mí solo consigue ponerme nerviosa con tanta gesticulación.

Pero quizá lo peor han sido los efectos ópticos o, mejor dicho, los defectos ópticos. ¿En serio un gigante audiovisual como Televisa no tiene presupuesto para contratar a técnicos solventes en el manejo del croma? Si hasta mi madre se dio cuenta de que algunas imágenes eran “raras”. De verdad, no se puede presumir de ser una de las grandes productoras de telenovelas del mundo y salirnos con estos desaguisados. Algunas escenas eran de auténtico juzgado de guardia.

En conclusión, por ahora ‘Las Amazonas’ no es tan terrible como imaginaba. La historia tiene algunos toques de misterio bastante interesantes y el elenco principal cumple con corrección. Sin embargo, tiene que limar muchos aspectos para llegar al nivel que se espera de una producción de Televisa. En resumen, se deja ver, pero, o cambia mucho en su desarrollo, o no dejará absolutamente ninguna huella en nuestra memoria cuando termine.

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