Expediente X 11x03 Review: Retorno a los expedientes X y el paso adelante de Mulder y Scully
Por Jesús López
¡Aviso, spoilers!
El tercer episodio de la nueva entrega de Expediente X, Plus One (Uno más), dejó más satisfechos a los seguidores. La esencia de la mítica serie parece que comienza a florecer en este capítulo de dobles, que parece sacado de los antiguos casos, un tema al que ya se recurrió (7x20 Fight Club) pero que se enfoca ahora desde un punto de vista bastante más escabroso. Una oleada de muertes, en la que las víctimas fueron atacadas por sus propios doppelgangers, lleva a Mulder y Scully a investigar en Virginia a un peculiar par de gemelos que se divierten con un peligroso juego.
La muerte de Arkie Seavers abre este expediente X, que no es más extraño que la forma en la que Mulder logra encontrar estos casos, claro. Por su parte parece que Scully pretende coger de nuevo el antiguo camino del escepticismo buscando el raciocinio médico y científico que explique el misterio, aunque se deja intuir que sus argumentos son más un defecto profesional que una cuestión de fe.
Sin embargo, el capítulo despunta con tres protagonistas destacados. Y ninguno de ellos son las víctimas. En primer lugar hay que dar un aplauso a la camaleónica actriz Karin Konoval, la encargada en este episodio de interpretar a Judy y Chucky, un homenaje a personajes freak de los años 30, y a quien ya vimos en Expediente X encarnando a la inolvidable señora Peakcock (4x02 Home) y a la adivina madame Zelma ( 3x04 Clyde Bruckman's Final Repose). En este nuevo caso la actriz se convierte en una enferma mental recluida en un hospital psiquiátrico que juega al Ahorcado de manera telepática con su hermano gemelo, lo que desencadena un final de juego mortal para aquel cuyo nombre aparezca en este típico e, inicialmente, inofensivo pasatiempos.
Los otros dos protagonistas son los propios Mulder y Scully, que siguen avanzando en su relación. Los shippers (fans de la serie que se declinan por el amorío entre los dos agentes) hicieron sus delicias en este episodio en el que Scully entra en una crisis existencial sobre su edad y da calabazas a Mulder, aunque al final la insistencia (e indirectas) tiene su premio.
No estamos acostumbrados a ver a los dos agentes hablando de sus sentimientos, como pareja o expareja, aunque en este caso parece más un “derecho a roce”. Mulder y Scully hablan de su preocupación por lo que les deparará el futuro (tal vez una predicción al futuro incierto de la serie), cómo se ven cuando sean mayores y juntos… Mulder le pregunta a Scully sobre si volvería a ser madre, tema que ella zanja apuntando a que no tiene en mente a candidato… Un ‘zas’ en toda la boca, que no impidió que la charla entusiasmara a los shippers, al tratarse de un diálogo que se sale del habitual centrado en investigar el caso en cuestión y que ahonda en la relación entre ambos y nos deja claro, al menos, que se trata de una hermosa relación de amistad, o algo más, sin fecha de caducidad.
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