'Girls' 4x07 Review: Un taxi, dos ex y una sola pareja de novios

Por Marta AiloutiMarta Ailouti

No hay nada de más, ni tampoco de menos, en Ask me my name, el capítulo de 'Girls' de esta semana que nos regala esta joyita para enmarcar, donde ningún minuto es malgastado. De hecho, a veces me sorprende cómo, en menos de media hora, la ficción de Lena Dunham es capaz de darnos tanto, ponerse seria y hacernos reír a la vez, sin perder esa pizca de gracia, que roza a veces, como es el caso, con la genialidad de lo absurdo y con nuestra fibra sensible. Y es que hay mucho de lo que hablar en este séptimo episodio, empezando por esa pregunta que la propia Hannah, a propósito de Edipo, nos plantea, ¿existe realmente la bondad? La respuesta, a continuación.

(¡Cuidado SPOILERS!)

Un buen comienzo

En su nueva vocación de profesora, Hannah se gusta a sí misma y eso se nota. Diría aún más, a sus alumnos, incluso a nosotros, también nos agrada. Tanto que asistimos a su clase sobre cómo extrapolar la historia de Edipo al concepto de MILF (en inglés, Mom I'd like to fuck) con evidente entusiasmo. Apenas dos minutos, de hecho no llega, son suficientes para profundizar sobre algunos de los conceptos básicos del libro de Sófocles y poner en evidencia lo bien que le sienta a nuestra protagonista su nueva profesión. ¿Acaso había dudas?

Y es que parece que las cosas empiezan a irle bien a Hannah, después de una temporada especialmente dura para ella. Además acaba de conocer a Fran, su nuevo compañero de trabajo que tras un breve intercambio se anima a pedirle una cita. Y entonces ocurre. Quizás no lo sospechemos ninguno de nosotros, tampoco ella, pero este es justo el momento en que todo empieza a torcerse. O al menos lo hace su expresión. Como si acabara de recodar la ausencia de Adam en su vida o si en realidad hubiera llegado a olvidarla.

Ask me my name

Con todo, la cita con Fran está saliendo demasiado bien. Ambos se sienten cómodos con el otro y se divierten. De él poco sabemos, aparte de su nombre en un capítulo donde los nombres parecen tener su importancia, pero lo que vemos nos gusta. Es probable que a ella también, si no fuera porque hace rato que tiene la cabeza en otra parte. En concreto en una especie de performance o espectáculo que lleva el título de este episodio.

En Ask me my name, de hecho, están también Jessa, Marnie y Desi. Además de Adam. Y por supuesto Mimi-Rose Eleonor Howard, que es la artista del evento. La jugada ha sido tan perfecta que no la hemos visto venir, menos aún Fran que tarda en comprender lo que realmente está ocurriendo. Algo tan humano y tan corriente, como querer demostrarle a tu ex que sigues adelante a pesar de él y despertar de algún modos sus celos.

El problema con Hannah es que además es torpe y tiende a autoboicotearse. Así que en un uno de los grande puntos a favor de este capítulo somos testigos de cómo, mientras otras cosas importantes ocurren, se entremezclan las historias dramáticas que nos van contando los actores del show, donde nadie se puede salir del guión. Ni siquiera Adam, visiblemente molesto con la presencia de la que fuera su novia. Ella insiste en que está bien y las heridas más que cerradas. Lo obvio es tan obvio que su cita ha terminado sin que ella casi se dé cuenta.

Taxi uno: Adam y Ace

A partir de aquí la locura va en aumento. Porque esta es una de esas noches raras que todos hemos tenido alguna vez, donde las situaciones simplemente ocurren demasiado rápido como para que uno se dé cuenta y pueda tener un control real sobre ellas. En esto la serie es toda una experta. Pocos retratan tan bien en pantalla ese absurdo tan real de las noches, y de según qué días, como lo hace 'Girls'.

El factor desencadenante en este caso no es otro que Mimi-Rose, que no solo invita a sus respectivos ex, Hannah y Ace, a la fiesta de después de su performance sino que además se empeña en que lo mejor es que compartan dos taxis, cada uno con la ex-pareja del otro. Una oportunidad perfecta para que tanto Adam como ella conozcan algo de sus vidas pasadas. Aunque hay cosas que es mejor no saber. Y si no que se lo digan a él a quien el hombre del cepillo de dientes, léase Ace, le acaba de confesar, justo después de tachar a la señorita Howard de manipuladora y retorcida, su firme propósito de volver con ella.

Lo curioso de este asunto, más allá de que Ace lleve un cepillo de dientes en la boca a todas partes, es verles a los cuatro tener que enfrentarse cada uno a la vida pasada de su pareja, o al contrario, en un espacio tan reducido e incómodo como el de un vehículo en marcha.

Taxi 2: Hannah y Mimi-Rose

Por su parte, a las chicas no parece irles mucho mejor. Hannah se acaba de enterar que Mimi-Rose no solo habla bien ante el público o crea espectáculos extraños, sino que además está escribiendo un libro. Por si las cosas no pudieran ponerse peor, su taxista acaba de atropellar a una entrañable abuelita y no podrán marcharse de allí hasta que la policía les tome declaración. Así que, un poco por hacer tiempo, un poco porque al personaje de Lena Dunham siempre le da por comer en los peores momentos, convence a su compañera de aventuras para entrar en una tienda a por algo de provisiones.

Algo que me gusta de Mimi-Rose es que siempre va de cara y nunca se guarda ninguna pregunta, por incómoda que sea. Ya escribí la semana pasada que, además de por su aparente buena voluntad, ella te habla con ese tono tan dulce y cariñoso que es difícil enfadarse con ella. Gillian Jacobs, maravillosa en su papel, tiene que ver mucho con esto. Sea como sea a la que también le resulta complicado es a Hannah, que el que le duele es Adam. Así, al menos, se lo deja ver a ella antes de abandonar corriendo la tienda, donde se niegan a dejarles usar el baño.

El lugar de los trapos sucios

Es así como acaban en una lavandería. No se me ocurre ningún lugar mejor para lavar los trapos sucios. Empezando por Mimi-Rose y esa maldita manía que le ha dado por ir preguntándole a todo el mundo su nombre. En realidad, lo que a ella le preocupa es la facilidad con la que hemos perdido la empatía los unos por los otros porque es más sencillo no preguntar algo tan básico como cómo te llamas. Y lo absurdo, empieza a cobrar realmente sentido porque 'Girls' es un poco así, cuando menos te lo esperas, golpea.

En una conversación que va del arte hasta su relación con Adam, Hannah reconoce su propia frustración artística, que en el fondo lo que maquilla es un tremendo miedo al fracaso. Y es que, aunque ya nos lo había dicho antes de una manera más sibilina, hay mucho de valentía, también de honestidad, en el acto de confesar en voz alta que se fue de Iowa porque no tenía el talento necesario para quedarse. Parece fácil, pero quienes hayan pasado por ahí, sabrán que no lo es.

Lo que tampoco debe ser sencillo, aunque Mimi-Rose hace que lo parezca con un tono algo maquiavélico, es su ofrecimiento de devolverle a Adam, como si tal cosa, si eso es lo que ella quiere. Sigo sin verle maldad real a este personaje que tanto desconcierta, de ahí que resulte tan fantástico, pero uno empieza a verle las aristas. Porque con ella no se sabe muy bien a qué atenerse, si a la chica dulce y encantadora que va regalando poemas a extraños, o a esta otra que a veces parece encajar con la definición que nos daba Ace de retorcida y manipuladora.

¿Existe realmente la bondad?

Así las cosas, nada es casual en este maravilloso Ask me my name. Tampoco lo es la pequeña lección con la que abre el capítulo. En ella Hannah pregunta a sus alumnos si realmente existe la bondad o si, por el contrario, solo hacemos cosas buenas para evitar nuestro propio sufrimiento. La respuesta es esa escena entre ella y Adam cuando ya en la fiesta se acerca a él, a sabiendas de que no habrá final feliz posible para ella por ahora, le reconoce lo fantástica que es Mimi-Rose y le dice aquello de que lo entiende.

Es fácil empatizar con esta Hannah, a la que hemos aprendido a querer a pesar de todos sus defectos, que acto seguido abandona la fiesta y se aleja sola entre las calles de Nueva York. Perfecto punto y aparte que nos deja una sensación agridulce, hasta el próximo capítulo.

Os dejo su tráiler. Por suerte para nuestra protagonista estará Fran:

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