'Jane The Virgin' 3x12 Review: ¿Volvemos al punto de partida?
Esta semana ‘Jane The Virgin’ deja una sensación extraña. Por un lado, los nuevos personajes apuntan maneras, pero, por otro, ha habido momentos en que parecía que volvíamos atrás. Es como si después de un largo viaje volviésemos al punto de partida.
¡¡CUIDADO SPOILERS!!
Una reacción inesperada
Comencemos por Jane, que ha tenido un capítulo muy intenso. Se ha reencontrado con Dennis. Recordemos: Dennis era el mejor amigo de Michael en la policía. Pues bien, ese reencuentro ha sido bastante curioso. Primero, a Jane le dio un ataque de ansiedad. Es comprensible. A pesar de haber pasado ya tres años (por cierto, están muy bien las secuencias que nos muestran cómo vivió Jane su duelo), el recuerdo de Michael aún está muy presente y todavía resulta doloroso por mucha terapia que haya hecho.
Después vino lo raro. Jane abofeteó a Dennis. ¿Por qué? No tengo ni la más remota idea. Ha tenido que pasar medio capítulo para descubrir las razones para que la civilizada, calmada, serena, reflexiva y dialogante Jane reaccionase con tal violencia ante el mejor amigo de su marido. Resulta que sorprendió a Dennis fotografiando los diarios en los que Michael detallaba sus investigaciones. El policía se justificó diciendo que habían abierto una investigación interna porque había dudas sobre la verdadera relación entre Michael y Sin Rostro y que él solo quería pruebas para limpiar la reputación de su mejor amigo.
¿Nos lo creemos? Jane le cree. ¿Y nosotros? La verdad es que yo no lo tengo nada claro. Su versión es bastante plausible. El problema es que otras hipótesis también lo son. Por ejemplo, ¿y si Dennis quisiera apropiarse del buen trabajo de Michael para ascender en la policía? Todos sabemos que Michael estuvo muy cerca de apresar a Sin Rostro, así que esos diarios contienen las mejores pistas. Y ya si nos ponemos paranoicos, ¿y si Dennis trabaja para Sin Rostro y quiere saber qué sabe la policía en realidad? Lo sé. Soy demasiado desconfiada, pero en este caso prefiero poner la venda antes que la herida, así que voy a poner a Dennis en cuarentena por una temporada hasta que las cosas estén completamente claras.
Una decisión precipitada
Jane ha tenido otras preocupaciones. ¿Recordáis que una editorial decidió publicar su libro sobre Michael? Pues bien, le van a pagar 50.000 dólares. Cuando Jane vio tantos ceros juntos decidió que era el momento de dejar de trabajar para su “maligna y mezquina” jefa. Hasta ahí, todo bien.
El problema vino cuando a Jane le llegó el contrato. Resulta que los 50.000 dólares no se los van a pagar juntos. Ni mucho menos. Fue leer la letra pequeña y darse cuenta de que se había precipitado al dimitir. Jane, ¿qué te ha pasado esta semana? Tú, que todo lo planificas. Tú, que haces listas para todo en la vida. Tú, que lo organizas todo al detalle. ¿Por qué has actuado tan impulsivamente? ¿Dónde ha quedado la Jane que meditaba profundamente todas y cada una de las decisiones que tomaba por muy insignificantes que fuesen?
En fin, rectificar es de sabios y Jane salió corriendo a recuperar su empleo. Bueno, para ser rigurosa, pedaleó hasta la extenuación para convencer a Chloe de que la perdonara. No sé si Gina Rodríguez ha ido al gimnasio esta semana, pero yo acabé agotada solo con verla en la clase de spinning.
Lástima de esfuerzo perdido porque Rafael la convenció para que volviera a trabajar en el Marbella. Es la nueva encargada del salón, o sea, la sustituta de Scott. Y aquí es donde tuve mi primera sensación de deya vu. Jane está otra vez en el Marbella. No es camarera, vale, pero, por mucho que Rafael diga que es algo temporal, es como volver al punto de partida de todo lo que hemos vivido. No sé si es un paso atrás, pero, desde luego, es un regreso al pasado en toda regla.
El arrepentimiento de Rogelio
Otro momento deja vu lo viví con Rogelio. Xiomara ha descubierto (gracias a un vídeo “anónimo” enviado por Darci) que Rogelio sí sabía y había estado de acuerdo con presentarla como la malvada ex en el reality. Xiomara se puso furiosa y, la verdad, tenía razón.
Rogelio sabe que se ha equivocado (mucho) y hace todo lo posible por arreglar la situación. Creo que ha sido el capítulo en el que más cestas de disculpa ha comprado y hay que reconocer que en esto ha mejorado bastante. Ahora son personalizadas en función del destinatario y no merchandising made by De la Vega, aunque con la de Alba no ha estado nada acertado.
Eso sí, la conversación entre Rogelio y Alba ha sido de lo mejorcito del capítulo. No me canso de decirlo. ¡Qué sabia es Alba! Qué falta le hacía a Rogelio escuchar eso de “estás perdiendo la noción de la realidad”. Pudo haberlo dicho más alto, pero no más claro. Y Rogelio captó el mensaje.
Primero, renunció al reality con Darci. Es lo que tendría que haber hecho hace tiempo, pero reconozco que voy a echar de menos las escenas entre Jaime Camil y Justina Machado.
Segundo, buscó a Xiomara. He aquí el deja vu. Rogelio respeta la relación de Xiomara con Bruce, pero no puede evitar que le duela. En resumen, Rogelio sigue enamorado de Xiomara. ¿Y ahora qué? ¿Tendrá alguna oportunidad? Lo dicho, hemos vuelto al punto de partida.
Y, si todavía no estáis convencidos, ahí va el tercer punto. Rogelio planea volver a ser una “sencilla famosa estrella internacional de telenovelas” y dejar a un lado los realities. Rogelio, me alegro, de verdad. Los telenoveleros te hemos echado mucho de menos. Casi tanto como echamos de menos a Jaime Camil en las telenovelas.
Y a todo esto. No lo he dicho aún, pero creo que es el momento. Me encanta Mateo. Tal vez ya no sea el señor Caradulce, pero es ya un personaje clave. No solo hizo ver a Jane que tenía que solucionar los problemas hablando, sino que es el mejor interlocutor posible para su abuelo. ¿No me creéis? Pues no os perdáis su reacción al saber que a Rogelio lo demandan por 50 millones de dólares por incumplimiento de contrato.
Crónica de sucesos en el hotel Marbella
Y para acabar, démonos un paseo por el Marbella. Como ya sabréis (y, si no, perdón por el spoiler) el cuerpo de Scott apareció en la playa. Un clásico, un cadáver en el Marbella. ¿Es necesario que repita lo de que volvemos al punto de partida?
Petra ha tomado las riendas de la situación y ha puesto todo, insisto, absolutamente todo, de su parte para evitar que el escándalo afecte al hotel. El problema es que tampoco quiere perjudicar a su ¿amante? ¿pretendiente? ¿novio? Siento los interrogantes, pero ahora mismo no sé qué son Petra y Chuck. Tenía claro que eran amantes, pero el último movimiento de Chuck me ha descolocado. A mí y a Petra, que se ha quedado con cara de ‘esto no me lo esperaba’. Eso sí, las intenciones de Chuck no le disgustan, aunque para disfrutar de la situación debería tener la conciencia un poquito más limpia. Petra, ¿no te cansas de caminar sobre el alambre entre el bien y el mal?
¿Por qué lo digo? Porque al final descubrimos que ha regresado (¿alguna vez se fue?) la Petra que es capaz de todo para salirse con la suya. Es cierto que esta vez solo ha manipulado unos milímetros la realidad para ajustarla a su conveniencia, pero esa ligera alteración puede traer graves consecuencias. Por cierto, señor narrador, casi me da un infarto cuando juntó en la misma frase señuelo y Petra. Yo pensé que había pasado otra cosa. ¿Fui la única?
Eso sí, el momentazo de este capítulo lo han protagonizado Petra y Rogelio. Por favor, señores guionistas, queremos más escenas de estos dos juntos. ¿Cómo es que no se han dado cuenta hasta ahora de lo bien que funcionan juntos Jaime Camil y Yael Grobglas? Soy incapaz de recordar qué decían, pero solo con visualizar mentalmente la escena ya me da la risa.
Y para terminar, Rafael. ¿Qué decir de Rafael? Estoy ya un poco harta de su faceta zen. La verdad es que me gustaba más en su versión descafeinada y, desde luego, estaba mucho mejor sin la barba. Menos mal que parece que empieza a reaccionar. Se ocupará de nuevo de gestionar el hotel y parece que ¡al fin! va a afeitarse.
En cuanto a Abbey, no acabo entenderla. La pobre muchacha apenas ha dicho un par de frases y casi no sabemos nada de ella (señor narrador, queremos más información), pero, lo siento, no me convence. No sé si es un personaje al que prestarle atención porque va a ser clave en el futuro o si es parte del atrezo.
Pero volvamos con Rafael, que va a ser el culpable de que me duela la cabeza toda la semana de tanto elucubrar. Cuando faltaban treinta segundos para que acabara el capítulo, yo tenía la esperanza de recuperar al galán que lideró el TeamRafael. Cuando aparecieron los títulos de crédito, ya no sabía qué pensar. Y así sigo. Atónita. Sorprendida. Aturdida. En shock. Rafael, ¿¿¿qué has hecho???
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