'Juego de Tronos' 5x09 Review: la difícil decisión de Stannis Baratheon
Por Diego HidalgoDiego Hidalgo
(¡Cuidado SPOILERS!)
El Trono de Hierro, a cualquier precio para Stannis Baratheon
Tras un ataque al campamento de Stannis Baratheon, la cosa empieza a complicarse para sus tropas: no pueden seguir hacia Invernalia por la helada; y no pueden retroceder al Castillo Negro por falta de víveres.
A Stannis no le queda otra que dejarse llevar por lo místico y espiritual, como lo lleva haciendo desde el principio “gracias” a Melisandre, y dejar a un lado su lado más razonable, lógico y humano. Para ello debe deshacerse, especialmente, de su parte razonable, lógica y humana: Sir Davos. Stannis le envía de vuelta al Castillo Negro en busca de ayuda. Y es que Davos, no podría haber permitido de ninguna manera lo que estaba por llegar (y que ya sabréis), y tras insistir en que la Princesa Shireen vaya con él, éste se topa con un tajante: “mi familia se queda conmigo”.
Davos, más tarde, mantiene una charla de despedida con su querida Shireen (es como una hija para él en su aventura con Stannis). Él cree que es una charla de hasta luego, sin embargo, la escena, con un diálogo y unos hechos (el regalo del ciervo de madera) cargados de un subtexto de despedida definitiva, nos permitía intuir que sería la última vez que ambos personajes se iban a ver. Lamentablemente, así será.
A continuación, un frío Stannis, mantiene otra emotiva conversación con Shireen, su hija, confirmándonos con su “perdóname” el acto horrible que iba a aprobar. Como si de una bruja se tratara, la joven Shireen se ve ardiendo en llamas ante la pasividad de su padre y de Melisandre. Su madre, por el contrario, no logra mantener la tristeza e intentará, sin resultado, que la liberen. Los gritos de sufrimiento de Shireen se meten entonces en la mente del espectador después del acto imperdonable que acaba de tener Stannis Baratheon (muchos espectadores dudo que alguna vez le perdonen, veremos si Davos hace lo propio cuando se entere). Un acto, que supuestamente le acercará al Trono de Hierro, pero a qué precio, Stannis. A qué precio.
Atravesando el Muro
Después de una de las mejores escenas de la serie, Jon Nieve necesitaba un pequeño respiro en su trama. Los supervivientes de la épica batalla, entre los que se incluye el Gigante, uno de los personajes que más agradó del combate, logran cruzar el Muro gracias a que Alliser Thorne les abriera las puertas. Eso sí, muy a su pesar y, posteriormente, recordándoselo al propio Jon: “Tienes un buen corazón. Hará que nos mates a todos”.
Doran Martell, fiel a los Lannister
En el encuentro entre Jaime Lannister y la Casa Real de Dorne, encabezada por Doran Martell, su hijo, Trystane; la prometida de éste, Myrcella Baratheon; y Ellaria, se discuten los términos del objetivo que buscaba Jaime en su visita poco diplomática al reino dorniense. Aquí se decide finalmente que la princesa Myrcella puede volver a Desembarco del Rey, siempre y cuando Trystane vaya con ella formando parte así del Consejo Privado del Rey Tommen.
Sorprendentemente el Príncipe Doran Martell jura lealtad al Rey Tommen y a los Lannister bajo la incredulidad de Ellaria, la que se rebela marchándose de la sala después de derramar despectivamente el vino. Tal rebelión no la permite Doran y la obliga, humillantemente, a arrodillarse ante a él y besarle el anillo ante la mirada de sus chicas, ya libres al igual que Bronn, quien logra su libertad con una condición: que el Guardia Real (ese guardaespaldas grandullón) le devuelva el golpe cometido contra Trystane. Todo esto después de una interesante conversación entre Ellaria y Jaime sobre el amor.
Un viajero inesperado para Arya Stark
En su trabajo como Lanna, Arya se encuentra con una llegada que nunca se habría esperado: el viaje de Mace Tyrell a Braavos acompañado por uno de los nombres de su lista de venganza, Meryn Trant. Por cierto, uno de a los que más ganas le tiene.
Las andanzas de Arya siguiendo a su objetivo (mientras se saca un dinerillo vendiendo “¡ostras, almejas y berberechos!”) la llevan hasta un burdel, donde un exigente Meryn no se conforma con ninguna de las señoritas de compañía ofrecidas. Él quiere alguien más joven. Antes de ser expulsada del burdel, Arya y Meryn se encuentran frente a frente, pero éste, recordando de qué le sonaba la cara de Arya, tampoco es que tenga la mente muy lúcida en ese momento.
En el hogar del Dios de Muchos Rostros, Arya le miente diciéndole que hoy “el hombre flaco” no quería comprar. El Dios seguramente sepa que le está mintiendo, pero lo que más le preocupa es que Arya está volviendo a ser Arya por culpa de su lista de venganza personal. No termina de dejar su pasado atrás.
Daenerys alza el vuelo
Una de las cuestiones de los espectadores desde que vimos a sus “pequeños” nacer fue si algún día la Madre de Dragones alzaría el vuelo a lomos de alguno de ellos. En el capítulo de hoy, por fin lo hemos disfrutado. Pero recapitulemos la escena.
Las Arenas de Combate abren, después de tanta insistencia del prometido de Danerys, Hizdahr; nada más y nada menos que ¡en la plaza de toros de Osuna (Sevilla)! Este escenario representa el gran Coliseo (modificado en postproducción para parecer más espectacular) de Meereen donde tienen lugar los combates entre gladiadores. La Reina, mientras Hizdahr y Daario Naharis mantienen un intenso duelo dialéctico, apenas le muestra interés a los combates. No es de su agrado tanta violencia. Ni tampoco para Tyrion, el cual afirma jocosamente que “siempre ha habido suficiente muerte el mundo para mi gusto. Puedo sobrevivir sin ella en mi tiempo libre”.
Todo cambia con la presencia en combate de Sir Jorah, el cual quiere recuperar a toda costa la confianza de su Reina. En su difícil pelea grupal (es con diferencia el más viejo) tiene que lidiar además contra un luchador querido por el público, un campeón local. Pero tras varios problemillas, Sir Jorah, logra vencerles a todos. Tras vencer, sorprende a todos cogiendo una lanza y atentando contra la zona donde estaba Daenerys. Aquí nos llevamos un pequeño susto, ¿qué hace Jorah? Realmente protege a su Reina contra el ataque de los Hijos de la Arpía, y por consiguiente, ésta le devuelve su confianza consiguiendo su perdón. ¡Por fin, Jorah!
Éstos llevan a cabo una gran escena que salvando las distancias con la del episodio anterior, tampoco se queda muy atrás en cuanto a acción, combate, emoción y momentos sorprendentes. Los Hijos de la Arpía provocan el caos en el Coliseo acabando con la vida de los presentes. Daario Naharis (y el espectador) sospecha en seguida que puede haber sido todo una treta de Hizdahr, pero la teoría se va al garete cuando un Hijo de la Arpía acaba con su vida.
Todo se pone muy feo para Danerys, Tyrion, Daario, Missandei y Jorah, que se ven en el centro de la arena de combate rodeados por un centenar de Hijos de la Arpía y la escasa protección de una decena de Inmaculados. Como salvación, su “pequeño” Drogon (no lo considero como un Deus Ex Machina al formar parte de la trama) hace una magistral presencia quemando a todos los enemigos que encuentra a su camino. Sin embargo, hay demasiados incluso para el dragón, que se ve abatido por las lanzas. Entonces La Madre de dragones, como si el mundo se parara a su alrededor, se acerca a Drogon, le extrae alguna de las lanzas y se sube a su lomos. Drogon y Daenerys vuelan alto dejando el conflicto atrás.
¿Qué nos deparará el último episodio de la temporada?
Dejando a un lado el aspecto crítico (positivo y negativo) hacia la quinta temporada, en el último episodio de ésta, las cuestiones clave que se resolverán (o quizás no) son:
¿Dónde irá Danerys con Drogon?, ¿cómo escaparán Tyrion, Jorah, Missandei y Daario de los Hijos de la Arpía?
¿Surtirá efecto el sacrificio de Shireen para Stannis Baratheon?
¿Se enfrentará Arya a Meryn Trant o dejará su pasado atrás?
¿Cuál será el plan de Ellaria y sus serpientes ante la fidelidad Lannister de Dorne?
¿Jon Nieve seguirá con los salvajes o permanecerá en el Muro?, ¿y Sam?
¿Escapará Sansa Stark de Ramsay?
¿Cuál será el juicio hacia Cersei y Margaery?
Está claro que todas estas preguntas llevarán a otras preguntas que no podremos resolver, lamentablemente, hasta el año que viene.
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