'El Ministerio del Tiempo' 2x03 Review: el gran acierto de la serie
Por Juan Carlos López SáezJuan Carlos López Sáez
Para los que nos dedicamos al arte (soy licenciado en Bellas Artes y trabajo en audiovisuales), el episodio de anoche de 'El Ministerio del Tiempo' fue para enmarcar por ver el modo en el que el equipo de Javier Olivares trató el tema de la trascendencia de las obras, la fama, el papel del artista y la importancia de la cultura.
(¡Cuidado SPOILERS!)
Pacino en forma y Amelia dictadora
Amelia y Alonso trabajan con Pacino en el nuevo caso, recuperar el manuscrito del Quijote que Cervantes ha vendido a unos ingleses para producir sus obras de teatro, ya que sino consiguen hacerlo llegar a la imprenta en la fecha que debía llegar, la obra desaparecerá y los cambios que puedan producirse en la historia son inconmensurables.
Unos americanos que como los protagonistas pueden realizar viajes temporales, se están dedicando a comprar manuscritos de obras históricas para hacer negocio, y esto les convierte en el objetivo principal del Ministerio. Para capturarlos, el equipo viaja hasta finales de 1604 para disuadir a Cervantes de la idea de abandonar la escritura para centrarse en producir sus obras teatrales, y dar con los compradores de la famosa obra.
Pacino se encarga de la investigación, y Amelia y Alonso se harán pasar por actores para desquiciar al pobre Cervantes hasta que se rinda y abandone las tablas.
Pacino se mofa de la falta de cultura de Alonso, pero mientras que Alonso tiene la excusa de haber nacido antes de la publicación de la obra magna de Cervantes, Pacino es la clara muestra de los problemas de cultura en su época (algo que por desgracia se continúa dando en la actualidad y sobretodo en los adolescentes). Pero esa incultura de Pacino produce los momentos más cómicos del episodio, como cuando confunde los entremeses (obras cortas) con la charcutería, o como es incapaz de no soltar expresiones de su época y comentarios como “efectibiwonder”.
Pero aunque el personaje está sembrado, no tiene el vínculo que consiguió Julián ante su dificultada a la hora de aceptar órdenes, sobretodo de Amelia, que se jacta de ser la líder y pretende instaurar una dictadura donde solo cuentan sus decisiones. Pero Pacino anhela una democracia que no ha vivido en su época y pide que todas las decisiones importantes se tomen mediante votaciones, algo que Amelia se ve forzada a aceptar.
Lope De Vega como cebo
La negativa de Amelia se da porque Pacino descubre que el siguiente artista al que visitarán los americanos será Lope de Vega, y lo utilizará como cebo para cazarlos. Pero Amelia tiene una relación muy especial con el artista y teme que salga herido. Y aún quedar en que el plan se llevará a cabo, Amelia comienza a utilizar sus armas de mujer sabiendo que el autor de 'La Dorotea' bebe los vientos por ella desde que se conocieron en otra misión, y así es, Amelia se lo lleva a improvisada cita mientras Pacino y Alonso lo esperan siguiendo lo pactado.
¿Hay otros Ministerios?
Pero al no aparecer Lope de Vega, Alonso y Pacino saltan hacía los ingleses en cuanto aparecen y corren tras ellos, pero lo más inesperado sucede cuando al estar a pocos centímetros de ellos, éstos se teletransportan como Spock en 'Star Trek', algo nunca visto en la serie y que siembra la duda sobre su hay otros ministerios y modos de viajar en el tiempo.
La incógnita es descubrir quienes son los americanos que han enviado a Lord York (aparecido en la primera temporada) y su ayudante a por los manuscritos.
La transcendencia de Cervantes
En este episodio, se habla mucho de la envidia que Cervantes sentía de Lope de Vega por tener éxito con sus obras teatrales, y al verse incapaz de producir su primera obra, desiste y trata de suicidarse por el sentimiento de fracaso y frustración.
Ante este momento tan crucial, Amelia decide que el escritor necesita ser consciente de lo importante que serán las aventuras de Quijote en la historia, y se llevan al escritor al presente para hacerle ver la presencia de su obra en todas partes.
La escena onírica de Cervantes viendo como repercute en la cultura y los múltiples homenajes y representaciones es magnífica y uno de los momentos cumbres de la serie, y consigue que el artista vuelva a centrarse en la publicación de la obra ahora que tiene la motivación que necesitaba al ver como de importante será.
El plan de Irene
Mientras el equipo se encuentra en 1604, Irene ve como va recuperando la confianza de sus compañeros del ministerio como Ernesto, que decide enterrar el hacha de guerra. Pero no por eso dejará de lado su plan junto a Susana Torres.
Descubrimos por fin en que consiste el plan, y es que Irene viajará al pasado para rescatar a Lola Mendieta, antigua agente que no siguió las normas del ministerio y se encuentra presa en un castillo medieval de Huesca. Irene llega justo a tiempo para salvarla de la violación de uno de los guardias, y mientras ene el presente Susana borra toda constancia de este viaje e la base de datos.
El peligro y la comedia de las anacrologías
Si algo ha dado este episodio es mucho juego con las anacrologías, como que en en 1604 hayan impresoras, se hablen de pendrives a un agente de los 80, o imprimir en pergamino con una impresora actual. Este es el gran acierto de la serie, jugar con todo el material que tienen y no dejar ni siquiera de utilizarlo para incluso dejar constancia de los problemas a los que se enfrentan en la vida real, como cuando ese “Como se nota que no ha trabajado en televisión”. O el ver a Velázquez haciendo un retrato siguiendo las instrucciones de Lope de Vega conseguidas a través de un micro oculto, una genial locura que solo se da en esta serie.
El personaje de Gil Pérez, con un magnífico Miguel Rellán, se convierte en un personaje recurrente estupendo fardando de sus conocimientos de tecnología actual aún viviendo en el siglo XV, y refiriéndose a la película 'El crack' donde el actor trabajó a las órdenes de Garci. Así como el Lope de Vega interpretado por Victor Clavijo, que vuelve y recupera al carismático y cómico personaje.
Otro punto interesante es la muestra de como nacen expresiones, perfecto ese momento donde Lope de Vega suelta el “A buenas horas mangas verdes” refiriéndose a Pacino, o que el inicio del Quijote se de porque Cervantes no recuerde el nombre del lugar exacto.
Pero también son conscientes de los peligros que conlleva que un personaje viaje a un año próximo al suyo, y es que como se recuerda en el episodio, Alonso murió 30 años antes de 1604, y corre el riesgo de encontrarse con algún conocido, algo que sucede y pon en peligro la misión, ya que se le daba por muerto.
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