'El Ministerio del Tiempo', 1x02 Review: Lope de Vega, el chulo del que todas nos hemos encaprichado
Por Miriam OrtizMiriam Ortiz
El lunes 'El Ministerio del tiempo' volvió a hacer las delicias de sus ya seguidores fieles, que con este nuevo capítulo ha afianzado y ha logrado cautivar a un nuevo número de escépticos. Aunque no todo puede ser gloria, también los hay que no han conseguido engancharse o han preferido ver los otros dos estrenos que se esperaban en la parrilla televisiva.
Más de uno ha comentado que bajaba la intensidad, algo lógico si se compara con un piloto en el que se presenta toda la serie.
Lo que sí le faltaría sería alguna subtrama más alrededor de la trama principal, o un poco más de aquel en estas tramas principales. Aunque estoy segura de que hay algo más detrás y que se irá viendo conforme avance la historia.
Guerras de programación aparte, lo que sí es cierto es que esta serie es ya un fenómeno fan en potencia y esperemos que, además de los mayores de treinta, llegue a ese público más joven.
(A partir de aquí SPOILERS, si viajas al pasado podrás ver el capítulo de anoche si te lo perdiste)
Del San Juan al San Esteban
Comienza la emisión con una breve introducción a qué es el ministerio del tiempo y cómo funciona, con las explicaciones que ya oímos en el pasado capítulo. Esto es, no podemos viajar hacia el futuro y el pasado es el que es, su misión es simplemente salvaguardar el pasado tal y como fue, para que nada en la historia de España cambie. Algo que, como iremos viendo a lo largo de la temporada, es harto complejo.
Resumen bastante extenso del primer capítulo, para los nuevos, los que tengan memoria de pez o a los que un hombre de negro les haya flaseado.
Nos remontamos hasta la Lisboa de 1588, estamos en su puerto, desde donde zarpará la armada invencible, esa que no era tan invencible por muy armada que fuese. El croma da un poco de mareo, pero no pasa nada, es algo típico en el mar. Vemos como Honorato de Top Chef charla con el profesor Bacterio de 'Compañeros' (Miguel Rellán). Este último recibe la lista de pasajeros del San Esteban, algo le alarma y avisa por fax al Ministerio.
Mientras tanto en el Madrid de 2012, Julián se llama a sí mismo. Son un matrimonio chupi chachi.
En el Ministerio vemos a la funcionaria de secretaría más Angustias que nunca. Tiene nostalgia y cabreo a la vez, por los recortes en su sueldo, pero, eso sí, su tiempo para el cafelito no se lo quita nadie. Llega el fax con la lista, ¡Lope de Vega está entre sus pasajeros! Mon dieu.
Nuestro trío lalala está tomando también un cafelatte, charlando sobre sus seres queridos fallecidos. Hay que ver este Alatriste lo rápido que se ha habituado a la vida moderna.
El jefazo les llama a su despacho, tienen una nueva misión. Antes de nada quiere saber cuáles son sus conocimientos sobre Lope de Vega. Julián, que representa a un nutrido público español, tiene más bien poca idea. Y aquí una gracieta entre Cayetana, digo Irene, y Ernesto sobre que cada vez vienen peor, y que espérate los que vengan detrás. ¿No llevamos mucho tiempo oyendo esto? Y cuanto más mayores nos hacemos, más se confirma, si es que somo lo puto peor...
Amelia explica a Alatriste quién es Lope de Vega. Este se enroló en el ejército, lo que no era de esperar era el giro que ha dado, el barco en el que va a montar nunca regresó. ¡Qué sería de España sin Lope! Seguramente para Julián, para el caso patatas, como dicen en mi pueblo.
Claro, como Portugal pertenecía a España entonces pueden viajar hasta allí. Pero...¿¿ya tienen las puertas justo preparadas en los momentos exactos?? Increíble, pero más increíble es que el Gobierno de España tenga un Ministerio del tiempo e invierta en eso, no invierte en I+D...
Ale ya con sus disfraces pasan por la puerta, están en el interior de un barco, en el puerto de Lisboa.
Gil Pérez les recibe, explica que las puertas se pueden mover y así aparecen donde se desee. ¡Gracias por la aclaración Gil Bacterio!
Y aquí viene otro chiste-cliché typical spanish “¿Qué clase de españoles seriamos si no supiésemos hacer el trabajo a última hora?”, aunque no le quito razón, nos gusta trabajar bajo presión.
Julián se queda alucinado con la Lisboa que ve, él la visitó tiempo atrás y nada tiene que ver. Según le explica la sabelotodo de Amelia hubo un terremoto que lo destrozo todo. Gracias Google Folch.
En el despacho de Gil Pérez ojean un sin fin de papeles, gracieta de que el siglo de oro necesita un excel. Un interminable minuto con la música que recuerda a la cuenta atrás de algún concurso de la 2. Tic, tac, tic tac....
Sacan un portátil y buscan en un navegador...yo me pregunto, ¿dónde demonios tiene el móden, y la líneatelefónica?? ¿¿Tantos trabajadores tiene el ministerio como para crear una red de telefonía invisible??? Aquí es donde la magia debería hacer su aparición, para dar explicación a lo que no tiene explicación. Antes me creo que un gran mago o los alienígenas ancestrales creasen todo eso, y no nosotros.
Encuentran datos sobre el barco en el que zarpa Lope, el San Esteban. Malas nuevas: mueren todos. Alonso también está en la lista. ¿Pero comorrr?
Angustias, la funcionaria secretaria de 1900 está nostálgica de nuevo. Es que los recortes...hay gracias y gracias, no todas surten su efecto. A veces me recuerda ver a Mortadelo y Filemón.
El marques de la ensaimada sale hecho una furia, ya se sabe que por cuatro reales no se va a matar y levantar el culo de su trono.
El hijo de Alonso de Entrerrios
¿Porqué Lope no está en la lista del San Juan y sí en la del San Esteban? Alguien tiene que saber con anterioridad que ese barco se hundirá....Y hasta aquí este misterio.
Hablan sobre el efecto mariposa, tenía que salir este tema evidentemente. El azar y la casualidad son invisibles e imprevisibles.
Los tres mosqueperros se preguntan cómo es posible que Alonso de Entrerrios esté en la lista, si en teoría debería estar muerto
Casualidades de la vida Lope está en la misma taberna que ellos, discutiendo en rima. Amelia reconoce sus versos. Ella se acerca y le pregunta si es él. Deja a la putilla con la que estaba y se va a charlar con Amelia, que es encantadora. Hablan de teatro y él le mete mano, se recitan el uno al otro como si fuesen veganos (vale, tenía que hacer rima, es un sinsentido, perdonadme vuestra merced).
Julián recita la única poesía que conoce, la del gran Rosendo (es casi tan buen poeta como yo). Se pira, Lope es un puto engreído. Se quiere traginar a Amelia, incluso con su no marido delante. ¡Habrase visto!
El pobre tontaino que discutía con Lope va to' borrasho, Julián quería frenarle a alistarse, pero no puede cambiar su destino. No es Alonso el que montará en ese barco, eso les ha quedado claro.
Amelia quiere dar un paseito sola, buen pretexto para que vengan un par de salidos a violarla y Lope le salva la vida. Ella, que se conoce todos su textos, sabe que era una triquiñuela.
Julián se queja de lo asqueroso que es todo en esa época. Encuentran a Alonso de Entrerrios. Se presenta,Alonso, como no sabe qué decir, es presentado por Julián como Diego Alatriste. Es un jovenzuelo, y enseguida nos imaginamos quién es en realidad. Descubre que es su hijo, ya que dice que su padre se llamaba igual y luchó en Flandes. Sale de la taberna y dice que no tiene nada que ver con él. No sabemos si le habrá dicho que no monte o habrá callado.
La secretaria se ha escapado a su casa (esta trama mata el ritmo del capítulo, sobra).
Lo que más me gusta es cómo describe Gil Pérez la historia: guerras, muerte y pérdida, pero esa es la parte que no se cuenta a los niños.
Alonso vuelve a la taberna a hablar con su hijo, le dice que sí conoció a su padre y a su madre. Quiere ser soldado como él, un valiente. Su mujer se casó de nuevo, pero nunca le olvidó oooh, las lagrimicas le brotan de sus negros y rudos ojos.
Lope de Vega, el chulo con el que todas nos hemos liado
Amalia y Lope siguen regalándose los oídos. Resulta que llegó tarde a alistarse por una...esto ¿tormenta? (tormentas así quisiera yo para mí).
Con todo el rollo de la guerra y la muerte embauca a Amelia. Julián vuelve a la taberna a por Amelia. La portuguesa del mostacho le dice que están traginándose a su mujer en una habitación. Llama a la puerta y dice: “Servicio de habitaciones” “¿servicio de habitaciones? ” lo que me sale de los cojones“. Cuanta poesía, a un nivel de extrarradio.
Que si que si, que eres muy duro, le dice al Lope de pega, pero los billares de carabanchel son el Brox de la vida., zascaaa, cabezazo.
Anda anda, Amelia y él discuten, ella le llama machista y el alucina, le dice que es una ingenua. Lope de Vega es un cabrón y punto. Ayy zalamero.
Después de su bonita discusión, aquí hay tema que te quema, se llevan al inconsciente Lope.
Alonso se ha intercambiado por su hijo. Amelia está dispuesta a saltarse las normas, total ya se ha saltado una bastante gorda (y no hablamos del manubrio de Lope).
Angustias, que le va el nombre que ni al pelo, vuelve de su casa. Le revisan el bolso, solo lleva fotografías, recuerdos de su amado. Cuenta su patética historia, sigue enamorada de un capullo que tenía otras dos esposas en diferentes épocas. Se enteró de que viajaba en el tiempo al seguirle, tras descubrir todo la reclutaron por pena. ¿Y tanto para eso?
Alonso está en la taberna bebiendo. Su mujer estaba embarazada cuando le ajusticiaron, no se lo quiso decir para que no muriese con esa pena. Mujeres mandando a hombres, así le va a ir a España, es la gran frase de un Alonso embriagado. Como no entra en razón Julián le da un banquetazo en la cabeza. ¡Le ha atacado a un soldado español por la espalda! Quieren pegarle, pero no hay nada como el dinero....pero que bien se maneja Julián entre épocas.
Lope despierta tirado en el suelo, corre raudo al puerto, pero su barco ya ha zarpado. Alonso despierta, el barco hace 4 horas que ha marchado, su hijo no va en él. Gil Pérez ha conseguido que monte en el San Juan. Le encomienda a Alonso vigilar de cerca a Lope, que es un tunante el tío.
Le promete a Alonso que nadie sabrá lo de su hijo, “si no nos ayudamos los unos a los otros ¿quién lo hará?” Y así se cierra la puerta de este episodio.
“¡¡Por favor si hay que volver a salvar a Lope manden a otros!!”, dice Julián. Mucha literatura y mucha hostia, pero ese tío era un mamón. Los jefazos saben que algo ocultan...pero es algo normal, caso cerrado.
Julián vuelve a llamar a su mujer. Amelia se ha quedado pillada de Lope. Y Alonso...atraviesa la puerta a su época para ver a su hijo de niño, claro, por eso su hijo decía que le sonaba haberle visto antes.
El pasado no se puede cambiar así como así, pero en realidad todos acaban haciendo cosas que repercuten en el futuro. Esa es la gran historia que hay detrás de este Ministerio y sus misiones, nunca sabes qué puede modificar, y puede que, tal vez, veamos cómo cambia el futuro.
Pero, sin duda, el gran misterio es...¿en qué idioma hablará el funcionario al que le toca ir a Atapuerca? ¿Dónde esconderá el móvil?
BONUS:
A continuación, el vídeo secreto que explica lo que es el Ministerio:
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