'El Ministerio del Tiempo' 1x01 Review: la moraleja del primer capítulo
Por Fernando Cárdenas LosadaFernando Cárdenas Losada
El arranque de una de las mejores series de los últimos años de TVE, me ha dejado sorprendido. La fusión de tiempos y de golpes inesperados, son los elementos más prometedores de ‘El Ministerio del tiempo’.
(¡Cuidado SPOILERS!)
Los protagonistas sacados de un siglo distinto
Para empezar los saltos de siglos son brutales, unos saltos de época en los que aparecen los protagonistas de esta ficción. Gente del futuro les ofrecen alternativas para sacarlos de su tiempo, con un fin que más adelante ellos tendrán que resolver.
Año 1505, Alfonso de Entrerríos sería ejecutado pero una persona del futuro le rescata a cambio de que trabaje para él.
Año 1808, Amelia Folch, la primera mujer universitaria del S.XIX a la que le interesa la oferta que la funcionaria del futuro le ofrece.
Año 2015. Julián, de profesión ATS, tiene un aviso de incendio de un edificio, es allí donde intenta rescatar a unas personas y al hacerlo descubre que es gente con indumentaria de otro siglo. Pero lo más sorprendente de todo es que nadie más logra verlo y creen que está loco. Este también recibirá la oferta de trabajar para ellos en el Ministerio del Tiempo.
Trabajar en el Ministerio es poder viajar en el tiempo
Pues el Ministerio del tiempo, es un edificio secreto donde controlan todas las épocas de la historia. La función es que nada se desmorone, que todo ocurra como es debido, por eso miles de personas de diferentes tiempos trabajan para que el futuro no sea modificado.
En esta ocasión aparece un problema y ahí empieza la trama. La infinidad de puertas que nos llevan a diferentes años están numeradas y cada funcionario puede ir y volver a cada año, siempre y cuando no modifique el pasado, cosa que aun no sabemos que pasara en el caso de que alguien haga algo.
Las armas en cada época
La primera misión del equipo, formado por el ejecutivo es buscar a dos personas que se han escapado de su época para ir al siglo XXI. Los tres compañeros aturdidos porque no dan crédito a las cosas que ocurren, logran averiguar y dar pistas de quién está detrás de toda la trama.
Finalmente consiguen bloquear la puerta que les dejó escapar siglo XXI para coger pistolas. Así los tres elegidos resuelven el caso pero sin atar todos los cabos sueltos.
Las anécdotas de los cambios en el tiempo
Sacar a dos personas del siglo XIX y siglo XVI y pasearlos por la Gran Vía de Madrid con un taxi es increíble. El ver cómo alucinan con cosas que nosotros ya hemos normalizado hace que reflexionemos. También lo consigue la decisión de Julián de llamar a su novia-ya fallecida - solo para decirle que le quiere. Un momento que deja como moraleja que “estamos aquí de paso y el tiempo es oro”, como el Ministerio.
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