Netflix trae 'Club de Cuervos' a España: los 11 personajes que tienes que conocer

Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez

Con la llegada de Netflix a España, buques insignia como ‘Orange is the new black’ o ‘House of Cards’ se han llevado los titulares. Sin embargo, en la letra pequeña se oculta una serie que también se merece una oportunidad. Se trata de ‘Club de Cuervos’, la primera producción de Netflix en español.

Ya solo por eso se merecería aparecer, al menos, en los subtítulos, pero, además, su temática se centra en algo que gusta, emociona, apasiona y enloquece a millones de personas en todo el mundo los 365 días del año. El deporte rey. Si quieren ver cómo funciona un equipo de fútbol desde los despachos hasta el vestuario, ‘Club de Cuervos’ es su serie. Eso sí, prepárense para una visión humorístico – sarcástica de todo lo que rodea al balompié.

Conozcamos a los once personajes que ostentan la titularidad en este peculiar equipo.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Chava Iglesias, el presidente del Real Madrid de América Latina

Luis Gerardo Méndez hace uno de los papeles de su vida como Chava Iglesias, que hereda la presidencia de Los Cuervos de Nuevo Toledo tras la muerte de su padre. Chava es nombrado presidente a pesar de que su hermana es la mejor opción, pero él tiene algo que no tiene ella. Para decirlo finamente, es hombre. No exagero. El consejo de administración del club ni lo duda. Chava es el presidente única y exclusivamente porque es el heredero varón.

En cuanto Chava se sienta en el sillón presidencial, decide romper con el pasado. Desde el diseño de la camiseta al concepto del club. Y la verdad es que la visión de lo que quiere la tiene muy clara desde el minuto uno. Quiere que los Cuervos se conviertan en el Real Madrid de América Latina, es decir, grandes titulares en la prensa internacional, colección de títulos, jugadores galácticos y venta de camisetas a millones. ¿Cuál es el problema? Que a Chava le sobra actitud, pero le falta absolutamente toda la aptitud.

Él quería llevar a los Cuervos al cielo y esa aventura hace se acerquen peligrosamente al infierno.

Isabel Iglesias, la presidenta imposible

Isabel Iglesias es un estereotipo, pero en esta ocasión no es algo negativo. Me explico. Isabel se ha pasado la vida al lado de su padre viendo cómo dirigía el club, tiene una buena formación, conoce el funcionamiento administrativo del fútbol, es decir, sería la presidenta ideal, pero tiene un ligero inconveniente: es mujer. Ahí está el interés del personaje y la versión crítica a la sociedad actual. Se le cierran las puertas de su gran oportunidad profesional sólo por ser mujer. Y eso que es la hija del jefe. Si no lo fuera, ni siquiera estaría sentada en el consejo de administración.

Sin embargo, Isabel no se rinde y se pasa la serie luchando para romper ese techo de cristal. Lo intenta por las buenas a base de argumentos y de solucionar los entuertos en los que se mete su hermano y también lo intenta por las malas. Aquí surge el conflicto. En algunos casos actúa de una forma un tanto deleznable, pero me pregunto, si ese juego sucio lo hiciese un hombre, ¿también lo censuraríamos?

Lo único que me ha sobrado un poco de este personaje ha sido su síndrome de hermana mayor destronada por el hermano pequeño, pero también nos ayuda a entender esa relación fraternal tan tormentosa.

Desde aquí aplaudo a Mariana Treviño por bordar un personaje con el que probablemente haya mujeres que se sientan identificadas. Y, sobre todo, por hacernos reír a pesar de lo dramático de algunas situaciones.

Mariluz, la novia de papá

Por si la guerra entre Chava e Isabel no fuese suficiente, entra en escena Mariluz, la última novia de su padre, que anuncia en pleno funeral que está embarazada. Isabel niega rotundamente que ese bebé pueda ser hijo de su padre y se pasa toda la serie buscando las pruebas necesarias para demostrarlo y, de paso, desacreditar a Mariluz.

Sin embargo, Chava cree a Mariluz y le presta todo su apoyo durante el embarazo. Es gracias a esta relación que descubrimos al otro Chava. Es cierto que a veces lo abofetearíamos, pero en otros momentos nos gustaría abrazarlo porque no deja de ser una víctima de una familia desestructurada y de una educación basada en mimos y caprichos sin límite.

Por cierto, esta serie reclama una segunda temporada aunque solo sea para descubrir los secretos que oculta Mariluz.

Félix, el cuervo más leal

Daniel Giménez Cacho demuestra una vez más su enorme calidad actoral interpretando a Félix, el director técnico del club. Tiene un importante cargo ejecutivo, pero es algo más. Es el auténtico albacea del legado de don Salvador Iglesias, el mayor defensor de que los Cuervos sigan el camino que se había establecido en su famoso plan a ocho años y el que tiene que solucionar todos los problemas que causan los hijos de papá con sus disputas.

Probablemente sea el que más sabe de futbol de toda la serie y el único que quiere lo mejor para el club, siendo capaz, incluso, de dejar a un lado sus propios intereses personales para no traicionar al equipo de su vida. Cada primer plano, cada mirada sin palabras, cada suspiro desesperado, nos muestra que es el cuervo más leal.

Rafa Reina, el cuñado portero

Y bajemos al vestuario. Rafa Reina es el portero de los Cuervos. Está viviendo su última temporada como futbolista y, de hecho, asistimos a su partido de despedida, que, como todo en esta serie, está plagado de momentos agridulces. Pero Rafa Reina es algo más que la voz de la experiencia en el vestuario, es el marido de Isabel y, por tanto, el cuñado de Chava.

Creo que es un personaje al que no se le ha sacado todo el potencial que tenía. Apenas intuimos la adaptación a su nueva vida de ex futbolista y apenas vemos el conflicto personal que le supone ser jugador y miembro de la familia de los jefes al mismo tiempo. Esperaba bastante más. Lo reconozco.

El galáctico, el relegado y el goleador en crisis

Esa idea de Chava de que los Cuervos sean el Real Madrid de América Latina implica que en su plantilla haya un galáctico. El rol de brillante jugador mediático le ha tocado al español Alosian Vivancos. Aitor Cardoné es un futbolista de una calidad indiscutible, pero que consigue tantos titulares en la prensa del corazón como en la deportiva, que gana casi más dinero como imagen publicitaria que dándole patadas a un balón. Es el personaje más odioso de toda la serie por engreído, soberbio, prepotente, caprichoso, etc.

A pesar de su frivolidad y de que su fichaje (capricho personal de Chava) se sale completamente del presupuesto del club, la razón que lo hace caer en desgracia es una de las reflexiones más interesantes que nos ofrece la serie. En el fútbol también hay tabúes y en ‘Club de Cuervos’ se les hace frente sin medias tintas.

Pero cuando llega un nuevo príncipe, alguien tiene que dejar el trono. En este caso ha habido dos damnificados. Por un lado, Moisés, que con la llegada de superstar Cardoné pierde el brazalete de capitán, su número en la camiseta y hasta la amistad con Chava. Él destrozó su matrimonio por salvarles la cara al Club y a su presidente y le pagan arrinconándole como si fuera un trasto viejo.

El otro damnificado ha sido el Potro, el goleador de los Cuervos, quien, después de ver a Cardoné desnudo en el vestuario, sufre una crisis existencial que lo lleva a fracasar en el campo y en la cama.

Son muy interesantes esas interacciones porque es uno de esos misterios que rodean al mundo del futbol (al margen de filtraciones interesadas) ¿cuál es la relación real entre los jugadores? En esta serie hemos visto desde una orgía de sexo y drogas protagonizada por Chava y varios jugadores hasta el hecho de que mientras Cardoné pide un helicóptero (y se lo dan,) otro jugador va al estadio en autobús. Luces y sombras en el deporte rey.

El malvado Bardem, don perfecto Arap Bethke y Hugo Sánchez

Para finalizar, tres actuaciones especiales. La primera es la de otro actor español que brilla en esta serie. Carlos Bardem es Eliseo Canales, un representante de futbolistas y entrenadores que tiene prácticamente el monopolio del fútbol mexicano. Eliseo lo controla y lo decide todo, incluso las lesiones de sus representados. Chava se enfrenta a él porque quiere hacer las cosas a su manera, pero Eliseo mueve todos los hilos y todos sabemos quién va a ganar ese partido. Bardem sale poco, demasiado poco, pero hace que deseemos no tener que negociar nada con él.

En contraste, Arap Bethke interpreta a Juan Pablo (JP), primo de Isabel y Chava. Es todo aquello que Chava quisiera ser: brillante empresario que dirige una ONG que opera a niños con labio leporino. Me gustó mucho la escena de los 30 empresarios menores de 30 años porque se ve claramente la envidia de Chava y por eso esperaba un mayor desarrollo de esa lucha subliminal entre el don perfecto que consigue que todo funcione con solo pensarlo y el voluntarioso que fastidia todo lo que toca. Ojalá en esa posible segunda temporada podamos comprobar si JP tiene algún defecto y poder, así, seguir disfrutando del trabajo de Arap Bethke.

Y el último personaje es el más especial, el que me hizo dar un respingo en mi sofá cuando oí su nombre. Hugo Sánchez. No. No es el jugador mexicano de las volteretas, sino el asesor, asistente, secretario, mano derecha, solucionador de problemas de Chava. Es una jugada divertida utilizar el nombre de una estrella del fútbol para un personaje que probablemente nunca le haya pegado una patada a un balón. Es uno de los muchos guiños que ofrece esta serie.

En fin, hasta aquí la presentación del equipo titular de los Cuervos. Una serie que, como el fútbol, hay que ver hasta que el árbitro pita el final.

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