'El Príncipe' 2x06 Review: el amor lo puede todo y Faruq, sorprende
Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez
Definitivamente 'El Príncipe' ha recuperado las viejas costumbres. Aquellas que hacían que cada capítulo nos dejase con la boca abierta, totalmente intrigados, deseando que llegase el martes siguiente para ver qué pasaba. Lo hicieron con el secuestro de Ruth, lo repitieron con Fátima al borde del desastre y en el último capítulo... Bueno, de lo sucedido en el último episodio hablaremos después. Empecemos por comprobar si el héroe llegó a tiempo para salvar a la heroína de las garras de los malos.
¡¡CUIDADO SPOILERS!!
Desenmascarar a Khaled
Y Morey llegó. Por supuesto que llegó. No hay muro que se interponga entre Fátima y él. Creo que sería una buena idea que Álex González se presentase al casting de Spiderman porque esta temporada va a batir el récord de escalada de puertas y paredes. En fin, como decía, Morey llegó, pero tarde. No, tranquilos, a Fátima no le ha pasado nada. Eso es lo bueno. Lo raro es que esta vez el héroe ha sido el malo.
Sí, como lo leéis. Khaled ha salvado a Fátima porque cuando Nasser contó lo de la grabadora, el francés decidió que lo mejor era matarlo. Entonces, Khaled ¿de verdad es un espía de los buenos que está loco de amor por Fátima? De lo segundo estoy casi segura, pero de lo primero tengo mis reservas. Me resisto a creer que Khaled sea un Morey dos. Y no andaba desencaminada.
El presunto héroe Kahled no mató a Nasser en defensa de la paz mundial ni en defensa de su mujer. Lo hizo en defensa de sus propios intereses. Lo tengo que reconocer: Khaled es un estratega de primera división. Morey lo va a tener muy, pero que muy complicado para desenmascararlo.
El plan de Khaled es perfecto. Le cuento a Akrab que Nasser se fue de mi casa (vivo, por supuesto) con todo el dinero de la droga y, como no aparece, él es un traidor y yo refuerzo mi posición en la organización. A los franceses les cuento que Nasser está preparando un atentado y que yo soy el único que puede conseguir la información para evitarlo. Así refuerzo mi papel de espía imprescindible. Porque yo lo valgo.
Y lo malo, sí, hay algo peor, es que todos le creen. Akrab le envía un químico para atentar en la “tierra de nuestros a abuelos” y los franceses se lo creen hasta el punto de darle al CNI una foto trucada. Pero ¡qué se va a esperar de unos espías que están más preocupados por la ropa interior de Fátima que por corroborar las palabras de Khaled! ¿Será que a la francesa le gusta Morey y tiene celos de su relación con Fátima? La verdad es que es poco probable, pero sería muy interesante un giro de ese tipo.
Y en medio de todo esto, Morey, que ahora que ha conseguido centrarse (Khaled es el enemigo), que hace las preguntas correctas (Khaled tiene respuesta para todo y, además, no tiene problema en meter el dedo en la llaga recordándole siempre que puede que Fátima es su mujer), que encuentra las pruebas necesarias para cumplir su nueva misión y desenmascarar a Khaled (cadáver de Nasser), acaba congelado. Y no es una metáfora.
¿Alguien me puede explicar quién golpea a nuestro espía favorito? Khaled no puede haber sido porque estaba en casa intentando salvar su matrimonio. ¿Tío Salman? Es posible, pero no creo que viaje en autobús. ¿El químico recién llegado? (lo presento unas líneas más abajo). No es descartable. ¿Tenemos una nueva ficha en el tablero? Muy posible. Últimamente el listado de malos crece exponencialmente.
Que todo esto acabe
¿Y Fátima? ¿Cómo lleva todo este caos? Pues en un sinvivir. Consiguió salvarse de Nasser, pero ha caído en una telaraña mucho más peligrosa.
Por un lado, está Morey, que insiste hasta la saciedad en que Khaled es el demonio hecho persona y que tampoco se cansa de repetir que la echa de menos. Por otro lado, está su marido, que le hace dudar cada segundo de las palabras del espía (“¿Por qué le crees más a él que a mí?”) y que no pierde la oportunidad de recordarle que todo lo que ha pasado es culpa del agente del CNI. “Si Morey no hubiera disparado, Abdu estaría vivo”. Cierto, pero demoledor.
Y Fátima va de un lado a otro, dando tumbos, sin saber a quién creer, sin encontrar el camino que la saque de la pesadilla en la que se ha convertido su vida. Cree que la única salida es Morey y, aunque intuye que es un error, va hacia la luz. Y la encuentra. Y por mucho que intente odiarlo, cuando lo encuentra no puede evitar sentir lo que siente. Y cuando le ve muerto de frío lo único que se le ocurre es darle su calor. Y sí, ¡al fin! ¡¡Habemus beso!! Ha costado, pero al final el amor lo puede todo.
Sí, el amor lo puede todo… hasta que Morey abre la boca… para recordarle a Fátima que debe volver con su marido ¡Boom! La burbuja que había conseguido crear la pareja explota en unos segundos por obra y gracia de Morey, que ha vuelto a ponerse el traje del CNI para recordar que la misión es lo más importante. El problema es que cuando sale a flote el agente se ahoga el hombre y Fátima vuelve a verlo como el espía que sólo quiere utilizarla. Adiós a la novela rosa de Corín Tellado. Hola al thriller donde nada es lo que parece.
Ajetreo en comisaría
Pero, por si esto no fuera suficiente para tenernos al borde del infarto, aún han pasado más cosas. Vayamos con Fran. Como recordaréis mató a Aníbal. Fue en defensa propia y no debería haber problemas. Error. En ‘El Príncipe’ todo puede complicarse y más cuando en el camino de Fran se cruza Nabil. Sí, el policía inepto ha vuelto a comisaría para investigar el asesinato de Aníbal. Perdón, no viene a investigar, viene a destruir a Fran porque el veredicto ya lo traía de casa en una de sus carpetas de colores.
De nada sirvió que Fran contara la verdad. De nada sirvió que Quílez se comportara como un amigo. De nada sirvió que Fran quisiera ir por lo legal y rechazara la ayuda del CNI. Fran ha tenido que entregar su pistola y su placa.
Confiemos en que esto sea momentáneo porque no me creo que el CNI vaya a prescindir de su hombre de confianza en comisaría. Si Morey es capaz de enviar a Fátima de vuelta a la cama de Khaled, ¿no va a hacer nada por el único amigo que tiene en el barrio? No me lo creo. No sé cómo se las van a ingeniar los guionistas, pero Fran tiene que volver a comisaría.
Y tiene que volver porque nos gusta, y mucho, fastidiar a Nabil y porque ha llegado un nuevo malo al barrio. Un aparentemente simple padre de familia es la nueva arma de Akrab: un químico que ya le ha echado el ojo a la planta potabilizadora de la ciudad y no precisamente porque sea un punto de interés turístico.
¿Quién lo descubre? ¿Los franceses al verlo reunido con Khaled? No ¿El CNI al verlo en el centro cívico? No ¿Fran al ver su efusivo abrazo con tío Salman en la puerta de la comisaría? No
Ha tenido que ser Mati la que lo descubra. Un dibujo de una niña traumatizada por un secuestro y un viaje con un itinerario peculiar le han hecho sospechar y, aunque ella aún no lo sepa, ha acertado de pleno.
No sé si su trastorno psicológico, que le hace ver terroristas en todas partes, la ha ayudado o si el tratamiento de la psicóloga recomendada por Fran es muy bueno, pero, sea por suerte o por instinto, lo cierto es que les ha dado una lección a todos esos brillantes espías que pululan por ‘El Príncipe’. Aplauso para Mati.
La justicia de Faruq
Y aún hay más. Khaled necesita dinero y recurre a su socio capitalista: Lamela, pero el gallego pone condiciones. Ahora que Aníbal ya no es un problema para sus intereses, el que estorba es Faruq. Ya lo sabemos, la competencia no es buena para el negocio. Y Khaled nos muestra una vez más su peor cara. En el hospital aparece muy compungido, pero a Lamela le suelta un “acaba lo que has empezado” sin ningún tipo de remordimiento.
Lo reconozco. Cada día me sorprende más el poder de la mirada de Rubén Cortada. No ha necesitado decir ni una palabra para que todos entendiéramos que Lamela tenía serios problemas. Y el gallego también lo ha entendido y huye a esconderse lejos de ‘El Príncipe’ porque sabe que Faruq no es Aníbal.
Lo que no se esperaba Lamela, y creo que Faruq tampoco (bueno, ni yo), es que el mejor aliado para llevar a cabo esa venganza justiciera fuera Morey. Al final, acabarán siendo amigos estos dos. ¿Alguien se lo imaginaba la primera vez que se vieron? Buena jugada del espía. Si la Policía y el CNI no pueden ir a por Lamela, dejemos que lo haga Faruq. Nos libramos de un narcotraficante y dejamos a Khaled sin un aliado fundamental. Eso sí, el favor del espía tiene precio. “Pregúntale para quién trabaja”, que, a lo mejor, de paso, piensa Morey, gano yo un topo nuevo.
Y Faruq va a buscar a Lamela. Y lo encuentra. Y le pregunta para quién trabaja. Y Lamela se resiste, hasta intenta dialogar (hombre de negocios hasta el fin), pero después de un par de certeros disparos empieza a recordar. “Trabajo para Khaled”.
Faruq no dice nada, pero dispara una y otra vez. ¡Qué barbaridad! Otro muerto más para la lista. Si siguen matando gente a esta velocidad nos vamos a quedar sin personajes. Va a ver a su cuñado. Mientras avanza por el jardín yo no puedo evitar pensar que le va a pegar un puñetazo de los que hacen historia, pero Faruq tiene otro plan. Plan que veremos la próxima semana.
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