'True Detective' 2x02 Review: la peor versión de los protagonistas
Por David MarañónDavid Marañón
Ya hemos podido ver el segundo capítulo de ‘True Detective’, capítulo que empieza a meternos en la trama del asesinato de Caspere. Sin embargo, ese crimen va a ser completamente lo de menos. Únicamente va a servir para ver la peor versión de todos nuestros protagonistas, unos personajes que siguen bastante descompensados narrativamente y que gracias a algunas actuaciones, destacan unos sobre otros.
Nos sigue dando escenas que nada tienen que envidiar a la gran pantalla, y momentos de bastante crudeza dignos de la primera temporada. Aun así, debemos olvidarnos de todo lo visto anteriormente, y disfrutar de esta tanda de episodios como si nada atrás hubiera existido.
(¡Cuidado Spoilers!)
Lo que le pasó a Caspere
Tras aparecer muerto al lado de una carretera, le adjudican el caso a Bezzerides, Velcoro y Woodrugh. Los tres tienen claro que, aunque parezca un ajuste de cuentas que ha podido ser perfectamente ejecutado por un chulo o una prostituta, hay más. Tenía ácido en los ojos, había restos de droga en su cuerpo y le dispararon en la entrepierna sin piedad. Querían que sufriera, porque murió a causa de un infarto provocado por trauma.
El problema viene cuando los intereses de los ciudadanos quedan por encima de los de la policía, y nadie ayuda a que el caso se resuelva de la manera más fácil posible.
Visitan varios sitios relacionados con Caspere, desde su propia casa hasta una clínica de donde Ani sale algo afectada porque la reconocen por su historia familiar. En todos los sitios obtienen respuestas que dicen incluso menos que los silencios. Y, lógicamente, nada ayuda a que la investigación pueda seguir su curso correcto. De todas formas, el capítulo no consigue meternos en el caso, ya que es lo que menos interés tiene. No por lo complicado o lo sencillo del mismo, sino porque es con el caso con lo que estamos conociendo a los personajes, y con lo que se están conociendo entre ellos, y ahí es donde entra lo realmente interesante de esta segunda temporada.
Frank Semyon, la viva imagen de la corrupción
Un hombre traumatizado, con problemas económicos y un matrimonio que, aun teniendo amor, no logra avanzar. Así nos presentan en este segundo capítulo al mismo Semyon triunfal del primero. Con un monólogo inicial interrumpido un par de veces por su esposa, Semyon nos narra cómo su padre le encerraba para evitar que se metiera en sus problemas, hasta que una vez ese encierro duró 7 días, hecho que dejó completamente traumatizado a Frank. Toda esa historia la cuenta por dos manchas de humedad en el techo, cosa que nos sigue recordando por qué Pizzolatto es tan grande.
A lo largo del capítulo vemos una decadencia de Frank que intenta remontar en los últimos minutos, y es que la muerte de Caspere le ha dejado completamente arruinado, y aunque tiene planes para poder recuperar parte de ese dinero, la reputación no le va a costar tan poco volver a tenerla.
A mi parecer, Vince Vaughn sigue siendo un actor al que no le queda grande este papel, pero que no tiene el carisma suficiente para que nos creamos a un hombre plagado de traumas y de heridas del pasado. Solamente funciona con Colin Farrell al lado, y es que los momentos en los que ambos se reúnen es cuando apreciamos la buena calidad interpretativa de ambos.
Un mismo caso, tres intereses distintos
Por su parte, el problema de los tres detectives viene porque todos tienen órdenes de arriba que les piden actuar de alguna manera concreta. En el caso de Woodrough, simplemente le piden que lo haga bien, y que de esa manera conseguirá un ascenso – aunque él solamente quiere terminar con el caso y volver a su moto -. Con Bezzerides pasa algo parecido, aunque sus órdenes consisten en vigilar de cerca a Velcoro, ya que todos sus vicios y problemas pueden causar problemas nuevos dentro de la propia investigación.
Y en cuanto a Velcoro, sus órdenes son claras: que no se esfuerce, que resuelva el caso, pero que no sea especialmente por su propio mérito. Simplemente, que deje que los demás trabajen y que dificulte con sus problemas la investigación.
Lógicamente, y con el aviso que recibe, Ani lucha por todos los medios por acercarse a un Velcoro destrozado que va a perder la custodia de su hijo. A todo esto, es curioso como Velcoro pierde a su hijo y Woodrugh pierde a su novia, que le deja por no entenderle. ¿Será Ani así porque no tiene nada que perder salvo a ella misma? Y es que seguimos sin saber nada de ella. En un acercamiento con Velcoro en el coche –conversación maravillosa la de ambos –, en el momento en el que éste intenta conocerla, la conversación termina y ella opta por la callada.
Está siendo, a mi gusto, el personaje más interesante de todos. Va regalándonos píldoras de información dadas por cuentagotas. La vemos viendo porno, y dudamos si es por la investigación o porque lo consume. Es adicta al alcohol y al tabaco. No se deja conocer por nadie, pero a la vez necesita tener a todo el mundo controlado. Tiene la suficiente autoestima como para pensar que es capaz de hacer desangrarse a un hombre si se enfrenta con ella. Y así un largo etcétera. Desde luego que si Rachel McAdams quería lucirse, lo está haciendo.
Finalmente, el capítulo termina con la reunión de Velcoro y Semyon en el bar de siempre. El empresario le pide al policía que vaya a investigar una segunda casa que tenía Caspere para llevarse a las chicas. Velcoro le deja caer que ya no quiere seguir colaborando con él, pero Semyon parece tener todo bien atado. Cuando Velcoro llega a la casa, allí se encuentra con una estancia vacía, con música, y con un hombre – o mujer – enmascarado que le pega dos tiros de escopeta.
No creo que el personaje de Velcoro muera, de lo contrario, Pizzolatto se cargaría casi la mitad de la serie junto con el personaje de Bezzerides. Pero desde luego, sigue teniendo la capacidad de dejarnos en shock al final de cada capítulo, igual que en su primera temporada.
En el próximo capítulo veremos más ritmo, más frenesí, a una Bezzerides cada vez más metida en el caso, un Semyon que comienza a desquiciarse y a un Woodrugh que por fin empieza a ganar protagonismo.
Sobre este blog