'The good Wife' 6x13 Review: ¡Larga vida a Alicia Florrick!
Por Javier RoizJavier Roiz
Antes de intentar analizar todo lo que ha ocurrido en la vuelta de 'The Good Wife' tras su parón de varias semanas, conviene, ya que seguramente sea la a primera vez que me leéis sacando detalles de esta serie (y de ninguna otra), establecer unas consideraciones previas. No vaya a ser que luego me tachéis de exagerado.
Consideraciones previas SIN spoilers
Lo primero: 'The Good Wife' es la mejor serie en emisión en la actualidad. Al menos lo es cuando 'Juego de Tronos' está de vacaciones y si dejamos a un lado las miniseries y las series evento ('Black Mirror', 'True Detective’...) que cuentan con los ritmos de producción del cine y contra eso, poco se puede hacer.
El hito que consigue 'The Good Wife' es mostrar un contexto y unos personajes cientos de veces tratados en la ficción televisiva, el del sistema judicial norteamericano y los abogados de clase alta de las grandes ciudades de EE.UU, atrapando al espectador desde el primer momento. En una época en televisión en la que lo que priman son los grandes conceptos y las series que desde la raíz abrazan la innovación, 'The Good Wife' ser alza en el top de los tops simplemente porque todo en ella es brillante. Es brillante en la construcción de sus personajes, en sus guiones, en las interpretaciones de sus actores (lo que hace Julianna Margulies semana a semana es histórico) y en la mirada siempre crítica a los temas más espinosos de la actualidad internacional. La cuestión racial en los altos cargos de poder, el feminismo, la política internacional de EE.UU, la vigilancia masiva por parte de los gobiernos, la represión sexual, el amor en los tiempos que corren... Todo tiene cabida en 'The Good Wife'.
'The Good Wife' es una de esas series de las que se puede jurar por escrito que no tienen un capítulo malo, y en la que todo lo que en ella ocurre, ya sea parte de la trama serializada o de las tramas episódicas, es relevante. Siempre. Hay veces en las que la trama entre los personajes acapara toda la atención de la serie y otras en las que los capítulos episódicos se suceden sin apenas conexión entre ellos. No sabría decir cuándo me gusta más…
Ahora sí, bienvenidos a los SPOILERS de la sexta temporada de ‘The Good Wife’
Esta temporada de 'The Good Wife' ha estado marcada por la acusación a Cary Agos, ese abogado con cara de niño que comenzó con mal pie con Alicia pero al que ahora amamos como lo amábamos cuando era Logan en 'Las chicas Gilmore', de aconsejar a unos pandilleros sobre cómo importar una tonelada de cocaína cubriéndose las espaldas legalmente. Como todo en 'The Good Wife', no era más que una trampa política por parte del Fiscal del Estado, ese villano James Castro, que es como un observer pero en aburrido, para conseguir que Carey soltara prenda sobre Lemond Bishop, el capo de la droga de Chicago (un personaje muy 'The Wire’.)
Toda esta trama se resolvió justo antes del parón con tres episodios finales de tanta histeria y con tantas montañas rusas de emociones que entendemos que nos hayan dado unas cuantas semanas para recuperarnos de semejante subidón emocional. Carey se salva, Kalinda la lía parda y Alicia, a su bola, se planta ante sus socios en el bufete con un discurso muy Yes we can! en el que saca las garras para defender el papel de la mujer dentro de la política norteamericana. Si es que es imposible no amarla.
Colin Sweeney, versión psicópata de Christian Grey
En este capítulo, que retoma con tranquilidad el ritmo de la serie después de la catarsis de los últimos episodios previos al parón, contamos con la visita de uno de los personajes secundarios estrella de la serie: Colin Sweeney. Psicópata narcisista y descarado, se ganó nuestro corazón desde las primeras temporadas de la serie gracias a la desagradable interpretación de Dylan Baker, actor de culto en películas tan políticamente incorrectas como Happiness de Todd Solondz o Truco o Trato de Michael Dougherty. Uno sabe que cuando aparece Colin Sweeney va a haber meneo y, sobre todo, y lo que más nos importa aquí, cuestiones morales complejas. El día que no haya una encrucijada moral en 'The Good Wife' podremos decir que la serie ha muerto.
Dentro del juego semántico de 'The Good Wife', que tan pronto se atreve con la comedia musical que con vídeos didácticos sobre el devenir económico mundial, en esta ocasión el propio capítulo abre con un recurso metalingüístico en el que vemos una versión paródica de las series criminales procedimentales (curioso el nombre de la metaserie, Call it murder, teniendo en cuenta la competencia con 'How to get away with murder’ en ABC) en el que vemos la representación de un crimen que hace unas temporadas fue uno de los casos más importantes para Alicia Florrick: el asesinato de la mujer de su cliente, Colin Sweeney. Es siempre muy reconfortante para el espectador más fiel ver cómo los creadores de ficción plasman en la propia ficción la visión que creen que los espectdaores tenemos de ellas, como hacía continuamente Tina Fey en '30 Rock' o Dan Harmon en 'Community'.
En este sentido, también es curioso observar hasta qué punto el universo de 'The Good Wife' ha ido creciendo hasta llegar a cotas de retroalimentación propias de comedias como 'Arrested Development' o 'Parks and Recreation'. La serie ha ido introduciendo durante todas las temporadas personajes, empresas y marcas recurrentes, que reaparecen en los momentos más inesperados. Incluso pueden recurrir a estos elementos para la resolución de un caso episódico, como en este caso, en el que el uso ilegal en Call it murder (la serie dentro de la serie) de la marca Chumhum (alter ego en la ficción de Google y responsable de algunas de las tramas tecnológicas más apasionantes de la serie) termina salvando, una vez más, el culo de Colin Sweeney. Larga vida para él y sus juegos sexuales propios de la versión más enferma de 50 sombras de Grey.
Kalinda, siempre Kalinda
La subtrama del episodio, que conecta directamente con la trama principal de la temporada y las consecuencias del sobreseimiento del caso contra Cary Agos gracias a las triquiñuelas de Kalinda, muestra los trabajos sucios de los que se tendrá que encargar la investigadora para pagar los favores de Lemond Bishop, el personaje que siempre pone a nuestros protagonistas en el disparador de la ética personal y profesional.
Se avecina una relación tóxica y muy jodida entre Kalinda y Lemond Bishop y estaremos esperándola con palomitas y una rebequita que poder abrocharnos de vez en cuando diciendo: “oy oy oy.” Queremos a la Kalinda de las botas altas, las libretas naranjas y los bates de béisbol de vuelta. Ahora que Carey ya está fuera de todo peligro y que nuestra investigadora ha tomado las riendas del caso con Bishop, queremos que Kalinda lo pete como lo petó hace un par de temporadas. Nos lo deben. Aunque es posible que la resolución de esta trama sea catastrófica (ATENCIÓN: POSIBLE SPOILER FATÍDICO), porque ya sabemos que Archie Panjabi, maravillosa actriz detrás de la piel de Kalinda, dejará la serie al final de esta temporada. Sólo esperamos que el drama sea menor que la salida de Josh Charles. (FIN DEL SPOILER FATÍDICO).
Dárselas de entendido viendo 'The Good Wife'
Lo mejor de 'The Good Wife' es que uno aprende tanto viendo la serie que siempre puedes quedar bien con tus colegas cuando ellos intenten pillarte en una conversación informal sobre política internacional. Lo único que has de hacer es desviar la conversación hacia el sistema judicial y político norteamericano y hacerte el experto como si llevaras años leyendo sobre el tema. Algo muy español, por otro lado. En esta temporada la lección que estamos aprendiendo es “Cómo funciona la financiación de las campañas políticas en EE.UU y en qué modo los candidatos no pinchan ni cortan absolutamente nada”. En este sentido, ‘The Good Wife’ es como ‘House of Cards’ , pero sin asesinatos ni monólogos interiores.
Más y, si cabe, mejor en las próximas semanas.
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