Una semana separada de su pareja por el covid-19

Anna Bosch, periodista de TVE, relata su experiencia como “persona de contacto” de un ingresado por coronavirus

Anna Bosch, en una foto de archivo

Redacción

Anna Bosch, periodista de TVE, ha contado su experiencia como “persona de contacto” de un paciente de coronavirus. Concretamente, “de un ingresado en aislamiento respiratorio por pneumonía, atribuida al coronavirus, a pesar del resultado negativo de la prueba clínica”, tal y como especificó ella misma este fin de semana.

A través de un hilo de Twitter, la excorresponsal de TVE en Londres, Washington y Moscú relata en primera persona cómo es vivir con una persona con coronavirus desde que empieza a notar los primeros síntomas. En el caso de su pareja, el también corresponsal de TVE Carmelo Machín, “primero fueron diez días en casa con fiebres altas, con picos de 38,7 ºC. Ni tos, ni aparente problema respiratorio”. De ahí que el primer diagnóstico fuese “infección post-operatoria”, pues Machín “había pasado por quirófano el martes 11”.

“Su estado de alarma coincidió con el del país”

Sin embargo, los días fueron pasando y “la fiebre no bajaba, el apetito desaparecía y retrocedían la resistencia física y mental”. “Su estado de alarma coincidió con el del país”, según Bosch, que el lunes 23 recibió los resultados de las pruebas y desde entonces no ha vuelto a ver a su pareja, actualmente ingresado en un hospital.

Bosch considera una “tortura” no poder acompañar a Machín en estos momentos. Y más cuando era ella “quien más carreras a urgencias e ingresos hospitalarios acumulaba y él, el enfermero”. “Ahora los papeles se han invertido y produce una gran impotencia”, asegura la periodista.

Pese a la situación, la también reportera de En portada (La 2) cree que tener “suerte” porque Carmelo “no está intubado ni está en la UVI/UCI”. “Está en una habitación, y en la medida en que su dificultad respiratoria lo permite, podemos hacer videollamadas. Hay comunicación directa, breve y con dificultades, pero la hay”.

Aun así, ella también está sufriendo “dificultades respiratorias” por la “ansiedad” que le está provocando ver así a su pareja. Además, ha descubierto que “lo más cruel de esta enfermedad es no poder acercarte siquiera a dar consuelo. No poder dedicar una sonrisa de cerca, ni una leve caricia en la mano”.

“Y a ti tampoco te pueden consolar. No puedes quedar con nadie y que te abrace. Pero descubres otros privilegio”, según la periodista, que son esos “amigos que, incluso cuando has estado en el fondo de un pozo, te han arrancado una sonrisa”.

“Es muy duro y se hace muy largo”

Tras un breve periodo sin ella, “la fiebre ha vuelto” a Carmelo, “pero a cotas moderadas”. “Él siente que le cuesta un poco menos respirar. Hasta ayer [por el sábado] acongojaba escucharle describir esos esfuerzos y notar su ánimo desfallecer”.

“Esta tarde [por ayer] ha encontrado fuerzas para un par de llamadas. Y antes de esa noche que se le hace aún más larga que el día, solo en ese cuarto, tras la máscara de oxígeno, ha dicho: ”Creo que hoy estoy un poquito mejor“. Ese poquito es una inyección de optimismo y le dará más fuerza”, opina la periodista, que habla por Machín cuando dice que el coronavirus “es muy duro y se hace muy largo”. Aun así, ella cree que lo que ayuda a su pareja en esta “recuperación extenuante” es “saber que ahí fuera, al final del pasillo, en la calle, en el barrio... te espera para, al fin, abrazarte”.

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