'La que se avecina' despeja la incógnita sobre el hijo de Noelia: la identidad de Adolfo Faustino
La que se avecina ha estrenado este viernes, 23 de diciembre, el octavo y último episodio de su temporada 13 en Amazon Prime Video. 'Un santo bilingüe, un topo doble y la vergüenza de los Balmaseda de Unzeta y Téllez-Girón' es el título del capítulo en el que la ficción resuelve el gran misterio que ha presentado a lo largo de sus últimas entregas: ¿Quién es realmente Adolfo Faustino?
¡Atención! Este artículo contiene spoilers del final de la temporada 13 de LQSA
Noelia y Victoria Rafaela, las hermanas Balmaseda de Unzeta y Téllez-Giron, han sido las protagonistas de un conflicto que se remonta a finales de los años setenta. Ambas se enfrentaron, fruto de los celos y las envidias, por culpa de un hombre que acabó con la relación entre ellas. El marido de la marquesa, Cayetano, tuvo una aventura con Noelia, a la que dejó embarazada.
Sin embargo, el padre de las hermanas simuló la muerte de su nieto ante Noelia y se lo entregó a su hija Victoria Rafaela. El supuesto fallecimiento de su hijo hizo que Noelia tuviese que pasar mucho tiempo en un centro psiquiátrico mientras Victoria criaba a Adolfo Fuastino, al que rebautizó como Argimiro.
Así se resolvió el conflicto
Cuarenta años después, la historia ha llegado, de momento, a su final gracias a los vecinos de Contubernio, 49. Los protagonistas de La que se avecina encontraron la verdad en el diario del portero de la finca que falleció en el primer episodio.
Lejos de quedarse de brazos cruzados, organizan un plan para que Noelia y Adolfo Faustino se reencuentren en la Cafebrería de Bruno y así este descubriese su verdadera identidad. Sin embargo, al conocer la información, el hombre asegura que le da igual quien le haya parido, ya que, para él, su madre siempre será Victoria Rafaela.
En último giro, que abrirá a buen seguro las tramas de la temporada 14 de la ficción -que comenzará a rodarse el próximo mes de enero-, Noelia decide suicidarse y se tira por el balcón del edificio ante la atónita mirada de Antonio Recio y Berta. También de Victoria Rafaela, que no parece muy disgustada con lo que acaba de sucederle a su hermana.
