Blanca Suárez recuerda cuál fue su peor casting y la escena más repulsiva que ha rodado
Blanca Suárez acudió anoche como invitada a Las que faltaban, el programa de humor con Thais Villas en #0. Durante su visita a plató, la popular actriz participó en la sección de Adriana Torrebejano, en la cual ambas tenían que contar distintas experiencias que habían vivido como intérpretes en castings y sets de rodaje.
Así, Blanca Suárez contó cuál es, hasta el momento, la peor prueba que ha hecho en su vida. Aunque reconoció que no le ha pasado “nada terrible en los castings”, sí recordó, no solo en el programa sino también días atrás, la “experiencia totalmente innecesaria” que vivió “embaucada por mi profesora”, que la animó a presentarse al casting para el musical de Sonrisas y lágrimas.
Aquel fue el primero que la actriz hizo en su carrera, y su recuerdo del mismo no es exactamente bueno. “Lo pasé muy mal, me fui a mi casa y lo seguí sufriendo unos días”, aseguró. Según sus propias palabras, la persona encargada de hacerle la prueba “me miraba muy bien sin entender” y concluyó que no era la intérprete que buscaba para el papel.
El rodaje de 'El bar', el más 'asqueroso' de Blanca Suárez
Ahora, años después de aquel fallido casting, Blanca Suárez es una de las actrices más cotizadas de nuestro país. Condición que le ha llevado a trabajar, entre otros, con Álex de la Iglesia. Algo que ha hecho en dos ocasiones, primero en Mi gran noche (2015) y después en El bar (2017), siendo el de esta última película el rodaje más asqueroso que ha vivido nunca. “He de decir que hay pocas cosas que superen a la de El bar”, explicó la madrileña preguntada por Adriana Torrebejana.
“Hay un momento en el que Secun de la Rosa me tiene que tirar una garrafita de aceite por encima. Yo estoy en braguitas y él empieza como a frotarme porque nos tenemos que meter por el agujero de una alcantarilla. Esa fue una escena bastante repulsiva”. “Muy sexy a la par que repulsiva”, puntualizó una Blanca Suárez que, para su desgracia, tuvo que repetir la escena más veces de las que hubiera deseado: “Me tiraron muchas garrafas por encima. Pero muchísimas, además”. Eso sí, “era aceite Johnson con un poco de tinte, así que parecía aceite de oliva. Acabé muy hidratada”.
Sin embargo, no fue esta escena la única que le dio problemas en este sentido. De hecho, casi todo el rodaje de El bar fue una batalla imposible contra el mal olor. “Al final de la película acabamos llenos de mierda. Era muy exagerado. Como la mitad de la película la pasamos andando en alcantarillas con agua, había que encontrar una clase de 'mierda no mierda' que no se fuera con el agua. Pero, claro, cuando te das una ducha tampoco se va. Entonces, nos pasamos como dos semanas, que fue lo que tardamos en rodar la parte de las alcantarillas, literalmente yéndonos a dormir cubiertos de mierda”, contó la actriz.