¿Canciones del verano machistas? A debate en los programas de TV
La mañana del miércoles en televisión en televisión ha estado marcada por el debate en torno al machismo en la música que más se radia en temporada veraniega. El Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) ha elaborado una lista de casi 300 canciones con mensaje positivo y alejado de estereotipos sexistas para reproducir durante las fiestas regionales. De esa playlist han quedado fuera éxitos como Despacito de Luis Fonsi; Súbeme la radio de Enrique Iglesias o Me enamoré de Shakira, precisamente por introducir en sus letras contenidos cuestionables.
De todo ello han hablado con profusión en Al rojo vivo. El programa conducido por Cristina Pardo ha tratado de evaluar el machismo inherente en algunas de las canciones más escuchadas durante los últimos meses, a fin de valorar la necesidad de propuestas como las de Emakunde.
“Machismo en las canciones lo ha habido siempre”
El primero en abrir fuego fue Juan Luis Sánchez, subdirector de eldiario.es, que destacaba la progresiva primacía del idioma español y del pop latino para entender los mensajes que trae consigo la música popular y alcanzar conciencia de la situación. “Ahora entendemos las letras que bailamos, cuando había r'n'b en las discotecas entendíamos unas cuantas cosas menos. Pero machismo en las canciones ha habido absolutamente siempre, porque vivimos en una sociedad machista”, postulaba. El periodista dejaba claro que, a diferencia de lo que se está difundiendo, “la lista no obliga a nada”.
Carlos Santos tomaba la palabra entonces y lamentaba el cambio ideológico entre los adolescentes. Recordaba para ello la canción Libre te quiero pero no mía de Amancio Ortega (adaptada del poema de Agustín García Calvo), éxito en 1976.
“En 2017, los adolescentes expresan su amor con candados que ponen en los puentes hasta el punto que eso ha creado un problema arquitectónico en París y en otras ciudades. En algunas cosas que los pasos que se dieron en los 70 y 80 se han dado pasos hacia atrás”, reconocía, aunque a la par consideraba que “Las canciones son solo un síntoma, no la enfermedad. Nadie las escucha por la letra, sino por el ritmo”.
Marhuenda: “¿Van contra la democracia las canciones?”
Marhuenda, por su parte, se quejaba de “la policía ideológica” y propugnaba que “sean los tribunales los que decidan”. “No creo que sea una misión de las administraciones públicas entrar en el terreno privado”, algo rápidamente refutado por Juan Segovia (el diputado del PSOE con quien ya tuvo un tenso encontronazo el pasado lunes). “El machismo hay que combatirlo de una manera integral”. Sánchez también recordaba que “las canciones no son inocuas”, para lo que se requiere “hacer pedagogía”.
Minutos después, Al rojo vivo continuaba el tema. Sánchez retomaba recordando que “el sexo no es machista”, pero sí el papel discriminatorio que se da a la mujer en productos culturales, “como un puzzle que resuelves con tu pieza”. Añadía entonces otro ejemplo dirigido a su contertulio, Marhuenda, sobre la utilidad de la playlist de marras: “Tú dices muchas cosas con las que no estoy de acuerdo. No quiero prohibir lo que tú dices, pero tengo el derecho de decir que lo que dices no me gusta”.
El director de La Razón replicó: “¿Van en contra de la democracia estas canciones?”. Estas palabras eran recogidas por Frank Blanco, que entraba en el programa en directo, en calidad de locutor radiofónico. “Estoy escuchando lo que decís, y estoy pensando que a lo mejor tengo que llamar al director de Europa FM porque vamos a tener que cerrar”, ironizaba. “El límite tendrá que ser la ley”, defendía el presentador, que mostraba su asombro por el hecho de que canciones como Me enamoré de Shakira pudiera ser considerada ofensiva.
El programa de verano también se acerca al debate
Al rojo vivo no ha sido el único espacio donde se ha tratado esta propuesta del Instituto de la Mujer Vasco. También por la mañana, El programa del verano en Telecinco dedicaba unos minutos al tema.
Joaquín Prat ha sido el encargado de introducir el tema en la mesa de actualidad del programa. Lo hacía poniendo como ejemplo la ubicua Despacito y afirmando para empezar que él nunca se había parado a analizar la letra.
Tras hacerlo, Prat veía “cogido con pinzas” que se tildara de sexista el éxito de Luis Fonsi y Daddy Yankee, si bien las colaboradoras opinaban lo contrario y destacaban que el tema perpetuaba “roles sexistas” y una posición dominante del hombre en el acto sexual.