'La gran confusión' echó el cierre con una emotiva sorpresa familiar para Sardà y un peculiar mensaje de despedida
La gran confusión despidió este sábado su primera temporada en La 1. El programa de Xavier Sardà echó el cierre con la esperanza de volver, aunque sus insuficientes audiencias y su relegación al late night lo hacen altamente improbable. “Hoy es un día emocionante porque esta es la última edición, de momento, de nuestro programa. Luego viene el Mundial en la casa y...”, dijo de todos modos el presentador, que cerró la temporada con una entrega dedicada a la familia.
Para ello, La gran confusión contó con la presencia de famosos como Julio Iglesias Jr. y Quique Jiménez, 'Torito', que tuvieron su dosis de protagonismo en esta última emisión. El primero, porque hizo un repaso junto a Sardà de su amplio y complejo árbol genealógico, marcado por los diferentes matrimonios de sus padres, Julio Iglesias e Isabel Preysler, los cuales han propiciado que Julio Iglesias Jr. tenga nueve hermanos, a los que hay que sumar además hasta siete sobrinos.
'Torito', por su parte, dejó uno de los momentos más emotivos de la noche al presentar entre lágrimas a su hijo, Nathan. “Hablar de familias heterosexuales es más fácil que hablar de dos gays que quieren formar una familia. Nosotros hemos luchado mucho y ya que hablamos de familia...”, dijo el colaborador antes de romper a llorar. “Lloro porque estoy súper feliz. Nunca pensé que haría lo que voy a hacer ahora. Pero lo hago para reivindicar mi modelo de familia, que hay muchas en España. Os presento y quiero que deis un gran aplauso a mi hijo”, añadió poco después para dar paso al pequeño, que irrumpió en plató vestido igual que él. También lo hizo, aunque con diferente vestimenta, el marido del tertuliano.
Sardà se reencuentra en plató con su hija
Esta no fue la única sorpresa de la velada, pues Sardà también tuvo la suya en clave familia. Porque al ser un programa sobre la familia, el equipo de La gran confusión quiso que el presentador se reencontrara en plató con su hija, Helena, que actualmente vive en Qatar. “Esta sorpresa es extraordinaria”, aseguró Sardà, feliz de ver a su hija en persona y no por una pantalla, como acostumbran a comunicarse debido a la distancia.
Y aunque no es habitual ver a ambos juntos ante las cámaras, Helena quiso hacer una excepción para aprovechar la temática del programa y manifestar su “profunda admiración profesional, pero sobre todo personal” hacia su padre. “Es una admiración mutua”, comentó a su vez el presentador, que no terminaba de asimilar la sorpresa.
Finalmente lo hizo para disfrutar de unos minutos con su hija y, sobre todo, para despedir esta primera temporada de La gran confusión. Eso sí, de una manera muy peculiar, pues Sardà tenía prisa por acabar la emisión por un motivo muy concreto: “Este es un mensaje para dirección: yo tengo que acabar el programa ya o me voy al lavabo. Esto pasa en la vida”.