Little Big Show: corte a Sobera, un niño doblador, y un toque cultural
Little Big Show debutó en la noche del miércoles, tras su estreno el viernes pasado, con un mal dato de audiencia pero con nuevos momentos televisivos graciosos protagonizados por sus pequeños talentos.
El programa -que se “duplica” esta semana y ofrece otra entrega en el prime time de este viernes 5 de enero, noche de Reyes-, recibió en plató a Valeria y Lucía, dos “minibailaoras” que dejaron una gran respuesta a Carlos Sobera.
Cuando el presentador les hizo la típica (y aparentemente inofensiva) pregunta de qué querían ser cuando fueran mayores, Valeria le dijo que deseaba ser “bailarina”, y Lucía le respondió: “Yo profesora de baile. Pero no de viejos”.
Entre las risas del público, Sobera hizo una pausa para puntualizar, preguntándole: “Vamos a aclarar una cosa, ¿qué sería un viejo?”, y Lucía no se cortó: “Como tú”, le dijo, entre las carcajadas y aplausos del público y mientras el presentador se aguantaba la risa y se levantaba para dirigirse al público: “No hay por qué reír todo lo que digan las niñas eh. Yo también os quiero”, bromeó en la parte delantera del escenario, dirigiéndose al público.
Un fan del Quijote, un prodigio del violín y un doblador
La sinceridad de Lucía chocó con otro de los pequeños talentos de la noche, que puso el toque más cultural. Fue Álvaro, que se declaró fan de “El Quijote” y recitó de memoria su inicio, además de demostrar que también se sabe de memoria poesías y jotas.
También hubo un tributo a la música, puesto que Elías, un niño prodigio del violín que dejó asombrados a todos los presentes, recibió un mensaje muy especial de uno de sus ídolos, Ara Malikian, que le dijo que “a ver si me paso por Mallorca y algún día volvemos a tocar juntos”.
La nota más divertida la puso Darío, lo primero por su look heavy que él mismo defendió, y luego porque explicó que había intervenido en el doblaje de algunas películas como Astérix y Obélix. Por eso, y ya que Sobera también tiene experiencia, le propuso doblar juntos una escena de “Ocho apellidos vascos”.