Lydia Lozano, a lágrima viva en 'Sálvame' por las insinuaciones de Kiko Matamoros: “¡No me vais a enmierdar!”
Ni es la primera discusión que se ha vivido en el plató de Sálvame, ni la primera vez que Lydia Lozano acaba llorando por las esquinas. Pero pocas veces antes se había visto a la periodista tan afectada por las críticas de sus compañeros.
Este viernes, en el programa de Telecinco aún continuaban las aguas revueltas después de que Lydia hubiera lanzado una serie de preguntas a Antonio David Flores que a él no le hicieron demasiada gracia. En concreto, le molestó especialmente que se cuestionara si escondió en casa de sus padres el dinero de la exclusiva del embarazo de Rocío Carrasco.
A Mila Ximénez y Kiko Matamoros tampoco les gustó que su compañera abriese este melón. “Todos tenemos información de mierda, pero me niego a que esto siga así porque si entre nosotros nos mordemos... es eso de 'a cubierto que vienen los nuestros'”, exclamó Mila.
Los de Sálvame insinuaron que también Lydia tenía algunas cuestiones pendientes, así que ella quiso aclarar que ella organizaba fiestas para clientes, y que a ellas se les daba un presupuesto para que lo administrasen entre el pago a los famosos, los regalos y otros contratos del evento. La colaboradora insistió repetidamente en que todo estaba declarado y que jamás había tenido una inspección de Hacienda.
Kiko Matamoros, al que acusó de tener deudas con el fisco, llamó por teléfono a la exsocia de Lydia y deslizó durante la conversación unas palabras que nada gustaron a su compañera: “Está flipando, menos mal que ha prescrito, porque has contado una peli que no te crees ni tú y hay pruebas”.
“¿Tú que debes un montón de pasta a Hacienda me vas a echar mierda a mí? No me vas a enmierdar, pago a un asesor y lo tengo todo, todo, todo”, gritaba ella completamente alterada, molesta porque se hubiera insinuado que podría haber cometido algún delito que “ha prescrito”.
Tras recibir una llamada de su marido, Lydia comenzó a llorar de forma inusual, viéndose muy alterada su respiración y sufriendo lo que parecía ser un ataque de ansiedad. Paz Padilla y Belén Esteban salieron de plató tras ella y trataron de calmarla aunque con poco éxito.
“No saquemos esto de quicio, que una opinión no es una verdad, que os creéis que todo lo que se dice en Sálvame es una verdad absoluta, y no es así. Lo importante en la vida no es esto. Yo relativizo todo mucho ahora”, reflexionó la presentadora.
Finalmente, pasados unos minutos, Matamoros le pidió perdón: “Te quiero pedir disculpas, mi intención no era que llorases, no somos nadie ninguno para señalar a nadie, en el fragor de la batalla me he excedido y he dicho cosas que no tenía que haber dicho”.