'Supervivientes' celebró el amor con la pedida de Almácor a su novia, el beso de Anita y Montoya, y un nominado salvado

La pedida de Almácor a su novia y Anita y Montoya, en 'Supervivientes 2025'

Paula Hergar

9 de abril de 2025 01:58 h

La quinta entrega de Supervivientes 2025: Tierra de Nadie sufrió otro temporal en los Cayos Cochinos, con “tormenta eléctrica, viento, olas de dos metros de altura y mucho viento”. Eso sí, al cabo de unos minutos, el programa pudo celebrar las pruebas que tenía previstas en la playa.

Además, fue una de las noches más románticas de la edición por el primer beso entre Anita y Montoya, que captó la cámara. Y el reencuentro de Almácor con su novia Helena, que le entusiasmó tanto que acabó pidiéndole matrimonio.

Todo ello, en una entrega en la que Playa Furia se enfrentó con la mesa de las tentaciones. Los que aceptaron cambiar su objeto personal por comida fueron Montoya y Pelayo. Los que lo rechazaron fueron Gala, que prefirió el cojín de su hija a una hamburguesa con patatas; Damián, que también se quedó con su toallita que le “alimenta mentalmente” más que la comida; y Carmen Alcayde, que tampoco quiso entregar el peluche de sus hijos a cambio de una pizza.

Montoya se salva de la nominación

Anita, Gala, Koldo y Montoya eran los nominados de la semana, que se situaron en la plataforma sobre la arena, que contiene los cubos de barro que caen sobre los que continúan en la lista negra.

Koldo y Gala fueron los primeros en mancharse de barro. Para acabar escuchando la sentencia de Carlos Sobera: “El superviviente que continúa nominado y se enfrentará a la expulsión de este jueves es Anita”.

Por lo que Montoya se convirtió en el salvado de la semana. El concursante se derrumbó en la arena llorando por la salvación y agradeciendo a la audiencia su apoyo.

El beso de Anita y Montoya cuando creían que no había cámaras

Anita y Montoya habían sido castigados encerrados en el corralito durante 24 horas. Una sanción que acabó siendo terapéutica para ambos, que pudieron reencontrarse a solas.

“Necesitábamos estar en el corralito, para hablar de cosas pendientes. Nos ha venido bien a los dos”, confesaba Anita. Mientras que Montoya daba su versión: “Ha sido una cura emocional, no sabía que la persona que me ha dado más ansiedad en estos tiempos iba a ser la que me la iba a quitar aquí”, decía sin poder reprimir las lágrimas.

Explicó que entre ellos ahora “prima la cordialidad y el respeto. Estar sintiéndome así de feliz y viendo un apoyo en ella lo necesitaba. Un primer amor te marca y he vuelto a ver a la Anita de la que me enamoré, una buena persona”.

Seguidamente, el programa mostró la noche que pasaron juntos, en la que se abrazaron, hablaron cariñosamente, y cuando creían que no había cámaras se besaron. “A ver si voy a llegar preñada”, se le escuchó decir a Anita.

La visita sorpresa de la novia de Almácor y su pedida de matrimonio

La primera visita sorpresa de la edición fue la de Helena a Almácor, tras 40 días sin verse. Antes de saber que ella estaba en Honduras, él expresaba a Laura Madrueño sus sentimientos por su pareja: “Es el amor de mi vida, lo más importante, me cambió la vida cuando la conocí. Me apoya, me quiere, y yo la quiero para siempre”.

Al joven le pusieron un antifaz y le llevaron a una playa apartada donde encontró a su novia enjaulada. Para abrazarla tuvo que superar varias pruebas que le llevaron a la llave con la que abrió la puerta.

Se abrazaron, besaron mucho y agradecieron su relación. Fue tal la emoción del momento, que él le puso el collar que había hecho en la playa y se arrodilló: Helena quiero pasar el resto de mi vida contigo, así que no tengo anillo, pero ya lo tendré, ¿quieres que nos casemos?”. A lo que ella respondió que “sí”, sin titubear.

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