China retira el polémico programa de entrevistas a condenados a muerte antes de su ejecución

El gran fenómeno de la televisión china del año, Dead Man Talking, el programa en el que se entrevistaba a condenados a muerte horas antes de su ejecución, ha sido retirado por las autoridades del país, según anuncia el Gobierno de Pekín, y tal y como recoge el portal El Economista.

La trascendencia internacional que ha obtenido el espacio, sumada a las críticas recibidas, se postulan como las causas que explican esta cancelación.La decisión coincide también con el comunicado de los responsables judiciales y del ejecutivo chino de “limitar el uso de la pena de muerte” en el país, donde se concentran el 65% de las ejecuciones de todo el mundo, según informa RTVE.es.

250 presos entrevistados en 5 años, con éxito incontestable de audiencia

El programa, presentado por la periodista Ding Yu, contaba con la aprobación del gobierno chino, que catalogaba estas entrevistas como “moralizantes”, en tanto que servían como llamada al orden a la ciudadanía, para evitarles acabar en la misma situación que los reos.

La conductora del programa, aupada a la categoría de estrella tras cinco años al frente del espacio, había llegado a dialogar con hasta 225 encarcelados, entre los que se contaban violadores, traficantes de drogas y asesinos, y nunca presos políticos, según las autoridades. Su actitud para con los entrevistados distaba de ser la de cualquier presentadora normal, y no dudaba en insultar y criticar vivamente a los criminales que se colocaban delante de ella.

El “show” contaba con un seguimiento de 40 millones de espectadores en la provincia de Henan, que se emitía los sábados en horario de noche. Cabe agregar que el total de población de este lugar es de 94 millones de habitantes, quienes también podían ver los contenidos de Dead Man Talking a través de internet.

La relevancia internacional al formato que dio BBC, un “problema” para China

El programa saltó a la palestra internacional a raíz de un reportaje realizado por la BBC, y emitido en su segundo canal. Dead Man Talking fue descrito como un “chat show extraordinario”, que “proporciona una visión reveladora sobre las actitudes chinas hacia la pena de muerte. Al mostrar esa extraña relación de condenados a muerte en el país junto a entrevistas con presos, jueces y periodistas; se abre un aspecto de China que normalmente se oculta al mundo”.

Para aclarar cómo habían logrado poder emitir el formato, la misma portavoz explicó que sus derechos se compraron directamente a la productora china y fueron revisados de acuerdo a las directrices y normas de la BBC.

Las críticas no tardaron en llegar, y son las que han dado lugar a esta decisión. No en vano, en estos términos se expresaba un ejecutivo de la televisión china: “El programa de la BBC ha significado un problema para nosotros. Las autoridades chinas no quieren que los medios de comunicación extranjeros digan que no existen derechos humanos en China, particularmente en este momento políticamente sensible”

La estadounidense PBS también emitirá imágenes del programa

La retirada coincide en el tiempo no solamente con la emisión de BBC de sus documentales sobre la filmación y producción de este espacio. También la estadounidense PBS los ha estrenado, aunque con una clara advertencia a sus espectadores: “El documental no es para espíritus débiles”.

El canal añade que “casi todos los entrevistados son responsables de horrendos crímenes violentos, incluyendo un hombre que profanó el cadáver de su madre después de haberla asesinado y un grupo de delincuentes profesionales que por error secuestraron a una joven de una familia pobre, pero la violaron y mataron igualmente”.

El gobierno chino se compromete a “limitar el uso de la pena de muerte”

La cancelación de estas “Entrevistas antes de la ejecución” llega a la par que el anuncio del gobierno chino por el cual se comprometían a “limitar el uso de la pena de muerte” en el país. Así lo comunicaron a la prensa oficial los responsables judiciales y de interior, después de la última reunión anual del legislativo chino, en la que se aprobó la Ley de Procedimientos Penales.

Dicho texto prohibe las torturas como medio para obtener confesiones y anticipa la grabación de interrogatorios relacionados con determinados delitos con el fin de evitar abusos. También especifica algunos de los procedimientos que se pondrán en marcha a la hora de revisar casos de pena de muerte por parte del Tribunal Popular Supremo.

A quienes no afectarán los cambios legislativos es a los sospechosos de delitos de terrorismo, para los que seguirá habiendo cárceles secretas en las que se otorgará todo el poder a la policía.

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