“Los concursantes han trabajado duro para alcanzar el paraíso”

Seis parejas compiten desde hoy en Billete a Brasil, el docu-reality que Cuatro estrena hoy a las 22:00 horas, por alcanzar el sueño de su vida, escapar de la rutina, dejar su entorno habitual y regentar una posada en una isla paradisíaca de este país sudamericano.

Julián Iantzi (El conquistador del fin del mundo, Brainiac, El muro infernal…) es el encargado de dirigir esta aventura que ha sido grabada en la recóndita isla de Boipeba (Brasil), “un sitio increíble que nos ha dejado huella”, dice.

El presentador vasco, que regresa con este proyecto a la televisión nacional, habló con Vertele.com sobre esta nueva experiencia televisiva.

¿Cómo describiría Boipeba, es tan paradisiaca como dice?

Hemos estado en el paraíso, en un sitio increíble pero, sobre todo, un lugar muy distinto a nuestro entorno habitual en España. Nos hemos dado cuenta de que hace falta muy poco para tener una calidad de vida tan alta como la que tienen allí.

¿Los concursantes han sido tan felices como los miembros del equipo, o lo han pasado mal?

Ellos se lo han tenido que currar más (risas). Han descubierto el paraíso pero han ido a trabajar. Han tenido momentos buenos y otros no tanto.

¿Qué condiciones reúnen los participantes?

Se han presentado más de 10.000 parejas y sólo han sido elegidas seis. Hay de todo, aventureros, manitas… Es un casting que da mucho juego, porque, además de trabajar, tendrán que convivir, tomar decisiones, acatarlas…

Las seis parejas tenían un motivo de peso para cambiar su vida: motivos laborales, personales, etc. Ninguno se ha arrepentido y todos han venido con el chip cambiado.

¿Hubiera cogido usted un billete a Brasil para cambiar de vida y dejarlo todo?

(Risas) Yo lo he cogido como presentador. Este es un reality diferente, estoy acostumbrado a los programas de supervivencia extrema y aquí los concursantes han tenido que demostrar diferentes aptitudes, la más importante, adaptarse a la isla.

¿Se ha arrepentido alguno de participar?

Todos se han vuelto con pena, porque han descubierto otra vida más relajada.

¿Puede explicar cómo es la mecánica del programa?

Seis parejas encontrarán una posada en estado lamentable que tendrán que reconstruir. Además tendrán que adaptarseala vida de Boipeba, ya queel pueblo de allí elige quién se queda. Es una comunidad diferente a la nuestra. Lo que se pretende es que una de las parejas alcance su sueño.

¿Hay algún premio económico?

El premio es el cambio de vida, durante un año, regentando esa posada.

¿Se alojaría en la posada de la pareja que haya ganado este programa?

Sí, aunque al llegar estaba fatal. Hicieron un buen trabajo los concursantes, aunque también ha habido alguna chapuza. En general, han trabajado mucho y bajo presión.

¿Qué peculiaridades tiene el lugar en el que han grabado este reality?

Está lejísimos, llegas tras dos aviones, un autobús, un ferry y una lancha. No hay coches ni motos. Se trasladan en burro y carros. Los niños juegan con canicas y chapas. Viven de lo que pescan, lo comparten todo. Y hacen mucho deporte, tienen unos cuerparzos... Están cuadrados todos allí. Algunas se pusieron contentas… (Risas).

Está acostumbrado a presentar programas de aventuras -en ETB triunfa con El Conquistador-, ¿no echa de menos estar en un plató?

Hemos estado en el mejor plató del mundo, Brasil (risas), pero reconozco que sí, me va la marcha. De hecho, el primer programa que presenté en Cuatro fue Brainiac, donde hacíamos pruebas extremas.