La Embajada real de España en Bangkok vive un caso de corrupción como en la serie
Hay veces en las que ficción y realidad parecen ir de la mano. El último caso lo protagoniza María del Carmen Moreno Raymundo, embajadora de España en Bangkok y principal responsable de una serie de irregularidades a nivel contable, como si de una trama más de 'La Embajada' se tratase.
En esta ocasión, María del Carmen Moreno cometió estas irregularidades para organizar un mercadillo solidario con la Cruz Roja en un lujoso centro comercial de la ciudad. Una parte de lo recaudado en dicho mercadillo fue a parar a una caja B que ella misma mantenía en la embajada, empleada para pagar diversos asuntos, como un contrato secreto para reformar su residencia oficial.
Gasto excesivo en botellas de vino y otros productos
Estas malas prácticas han salido a la luz tras la denuncia que Juan Antonio Álvarez Aradilla, canciller en la embajada en el momento de los ellos, presentó el pasado viernes en la Fiscalía General del Estado. En dicha denuncia informó de este y otros asuntos, como el excesivo gasto en productos de importación para consumo privado, como decenas de botellas de vino, tal y como publica El Confidencial.
Dicho medio recuerda que las irregularidades llevadas a cabo por María del Carmen Moreno ya fueron puestas en conocimiento del Ministerio de Asuntos Exteriores en octubre de 2014, pero que éste hizo caso omiso, algo habitual cuando se pone en duda el trabajo de cualquier embajador. Además, gente cercana a su entorno describe a la embajadora como una persona que centra sus esfuerzos en mantener su tren de vida, así como arreglar cuestiones personales.
La embajadora ingresó en la caja B parte de la recaudación del mercadillo
El mercadillo solidario recaudó más de 62.000 euros, aunque apenas 25.000 fueron a parar a Cruz Roja, cuando en realidad esta organización debía haber recibido la recaudación en su totalidad. Sin embargo, María del Carmen Moreno no lo ordenó así, quedándose para la caja B un total de 10.000 tras pagar otra serie de gastos.
Álvarez Aradilla, por su parte, reconoce en su querella que “he sido víctima durante un año de acoso laboral inaceptable por parte de la señora Moreno”, una vez que se negó a participar en las irregularidades planeadas por la embajadora.