¿Qué hacen los guionistas de 'El Hormiguero' cuando un invitado no da juego?

En el pasado encuentro de guionistas de programas de más prestigio de nuestra TV, organizado por Alma, ellos desvelaron muchos de los trucos que utilizan a diario y que la audiencia no conoce.

Además de las diferencias que existen al trabajar con Buenafuente, Bertín y Wyoming, o el guion que hay en los dating, Vertele quiso indagar un poco más y habló con Juan Ibáñez - guionista de El Hormiguero- para conocer más secretos sobre uno de los programas más exitosos y longevos de la pequeña pantalla. En la charla también estuvieron Jordi Moltó y Pablo Velasco, dos más de los 20 guionistas que forman parte del equipo del programa de Antena 3.

Invitados que dan mucho y poco juego: de El Cigala a Dakota Johnson

Los guionistas de 'El Hormiguero', que lleva ya casi 10 años en antena, están preparados para todo (o casi). Han visto pasar invitados muy animados, otros más tímidos, o incluso desganados, ¿pero qué hacen si la entrevista no sale como esperaban?

Ibáñez asegura que siempre se les hace una entrevista previa para tener bastante información sobre ellos: “Si vemos que la entrevista no está dando mucho juego y va a ser corta tenemos preparados a varios colaboradores con sus secciones. Si ocurre al revés, y la entrevista es muy rica, ocurre a diario que muchos de ellos se quedan sin tiempo y no salen”.

Preguntado por qué tipo de perfil prefieren para entrevistar, el guionista lo tiene claro: “Con Cigala disfrutas, es como un Rolling Stone, y sus programas los esperamos como agua de mayo”. Es decir, que los invitados que dan juego son mucho más agradable.

“Invitados como Justin Bieber que bostezan dan mucha rabia. Por un lado le entiendes porque él viene sobreestimulado, intentas hacer algo que le sorprenda pero nada lo consigue y lo acabas entendiendo. Da rabia porque hay mucha gente que ha currado para intentar sorprenderle y él bosteza... También forma parte de su papel el que todo le de igual, y puedo entenderlo pero me caen mejor los que intentan pasárselo bien como Laura Pausini”, aclara el guionista.

Pero es algo diferente a lo ocurrido con Kirsten Stewart, ya que según Ibáñez “me hizo gracia porque eso se transmitió su tímidez, no es que estuviera incómoda, ya que es así en todos los programas que visita. En cambio con Dakota Johnson tenía ganas de darle un café”.

Anna Simon y Pilar Rubio hacen su sección sin guión

Sobre el guion que tiene cada colaborador, apuntan a que cada uno “se escribe su propia sección, Vaquero, nosotros (Juan y Damián, las hormigas), el Monaguillo...”. En este caso explicaba que “con el Monaguillo, por ejemplo, es un combinado, es real que gente del equipo ha ido a Japón, pero él no, entonces le dicen los objetos que tiene que sacar y él se escribe la sección, con sus chistes”.

Ibáñez narraba que “Anna Simon no lleva guión, se le dice lo que va a hacer en 'Juega en casa' pero la forma de venderlo y expresarlo es suya”. Lo mismo ocurre con Pilar Rubio a la que le dicen lo que se tiene que aprender pero después ella “es muy espontanea y mola verla expresarse y sufrir con el tutorial”, bromeaba.

Por otro lado, también “hay gente que viene a hacer una sección pero se lo escribe otra persona. Por ejemplo, Ana Morgade, que es guionista pero está sobrepasada de curro, tiene un guión escrito por otros”.

Vetos, presiones y “opinión” de la cadena

Tras casi 10 años en antena, dice Ibáñez que “nunca nos hemos sentido asediados por la cadena”, según él, esta puede “siempre opina si le gusta más o menos algo pero después hacemos lo que nos da la gana”, bromea.

Y aseguraba que viven con una presión creciente. Lo razonaba porque es un programa en el que año tras año aumenta la audiencia y finalmente 'El Hormiguero' es “como dar de comer a un dragón. La exigencia siempre aumenta”.

En cuanto a los invitados que les han vetado preguntas o temas, el guionista respondía con un “los entrevistados nacionales no nos vetan preguntas normalmente. Ya nos conocen, no hacemos un programa para poner en tensión a nadie, al contrario”. Algo que deja en el aire si los internacionales les hacen ese tipo de exigencias o no.