Se acuerda producir “Homo Sapiens”, la continuación de “La Odisea de la Especie”
La odisea de la especie anotó una inusual audiencia de 3.862.000 espectadores y 24,9% de share en España, mientras que llegó hasta 8,7 millones de seguidores con un 34,2% de cuota de pantalla en Francia, lo que supuso un record histórico para la difusión de un documental en la tercera cadena francesa, la pública France 3, lo que llevó a liderar la noche en el país vecino.
En España La odisea de la especie, el pasado 10 de junio, superó incluso los datos de los programas que lo precedieron en La Primera. En los últimos cinco años en TVE, tan sólo espacios como el mencionado; La España Salvaje, emitido el 2 de enero de 2000 de 30 minutos de duración (3.952.000 espectadores con una cuota del 30,6%) y La Mirada de Félix, emitido el 1 de marzo del 99 de 48 minutos de duración (3.901.000 espectadores con un 23,5%), se han acercado a los 4 millones de espectadores. Se preparan dos capítulos, de 52 minutos de duración La secuela de este documental será nuevamente realizado por Jacques Malaterre, y supervisado por el paleontólogo Yves Coppens. Constará de dos capítulos, de 52 minutos de duración cada uno, y se titula Homosapiens.
Posiblemente los coproductores de este nuevo documental serán los mismos: France 3 (Francia), RTBF (Bélgica), Transparences Productions (Francia), 17 Juin Production (Francia), Mac Guff Ligne (Francia), Pixcom (Canadá), Discovery Channel Canada, Channel 4, RAI (Italia), ZDF (Alemania), TSR (Suiza), Planète (Francia), France 5 (Francia) y Sagrera TV (España).
Cuenta con un presupuesto inicial de tres millones de euros y tratará la historia de la Humanidad a partir de la llegada del hombre de Neardenthal. Los datos del primer documental La odisea de la especie contó con la participación de 70 actores africanos de todos los orígenes étnicos que, después de un laborioso trabajo de caracterización, dieron vida a las especies del Australopithecus, Homo Habilis, Homo Ergaster y Homo Erectus, entre otros. La parte española fue producida por Sagrera TV (productora de Ramón Colom) y coordinada científicamente por el co-director de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga. Éste definió el reportaje como una “ficción científica, más que una película de ciencia ficción”. A lo largo del documental se relata la historia de “una saga, de una familia de nuestra especie”. La superproducción, también coordinada por Yves Coppens y realizada por Jacques Malaterre, tardó dos años y medio en realizarse. La historia de La odisea de la especie comienza hace ocho millones de años con la formación del gran valle del Rift en África. Allí fue donde los grandes antropoides se comenzaron a diferenciar de los primeros pre-humanos. Posteriormente, aparece Lucy, uno de los hallazgos arqueológicos definitivos que determinan la evolución de nuestra especie. Una de las siete especies de Australopithecus podrá evolucionar hasta el Homo habilis, autor de un invento crucial: las herramientas. Éstas sirvieron para incrementar el aporte de alimentos, ayudando por tanto al desarrollo del cerebro. Son estos primeros conquistadores quienes dejan su cuna en África y comienzan a emigrar para descubrir el mundo antiguo y, después de un largo período de tiempo, llegar a convertirse en el Homo Ergaster y el Homo Erectus, antecesores directos del hombre actual.
Son estos primeros homínidos los que comenzaron a dominar el fuego. Las separaciones que produjeron los glaciares y océanos dieron lugar a nuevas especies de homínidos: el Hombre de Neandertal. Las primeras tumbas datadas de este periodo de hace 100.000 años prueban lo cerca que estaban estos homínidos de lo que somos hoy en día. Durante 90 minutos, los espectadores recorren Suráfrica, China, Francia e Israel, así como el Yacimiento de la Sierra de Atapuerca y Burgos. En el rodaje, había un maquillador por cada actor, las temperaturas oscilaban entre los 30ºC y 40ºC, las máscaras de “homo habilis” tardaron 3 meses en hacerse y para reproducir las forma de andar de cada estadio evolutivo se contó con el coreógrafo Craig Morris, quien convivió varias semanas con babuinos para aprender sus gestos y sus andares.
