Los islamistas ganaron una batalla con la suspensión del «Gran Hermano» árabe, pero la guerra continúa. Desde que se anunció que el programa que se estaba desarrollando en el emirato de Bahrein no seguía adelante, los foros de discusión en internet mantienen una actividad frenética. Árabes de todos los países mantienen fuertes discusiones sobre las emisiones de tele-realidad en las cadenas árabes. Abou Salah, un internauta saudí, mantiene el argumento que reflejábamos antes : «Hemos ganado una batalla, pero la guerra contra la invasión de programas decadentes occidentales sigue. Quedan otros muchos “grandes hermanos” por prohibir ». Abdelkrim, también desde Arabia Saudita, propone a los que controlan los satélites arabes en su país, que prohíban la difusión de las cadenas LBC, ART y MBC mientras tengan programas de tele realidad en sus parrillas de programación. Estas reacciones tan contundentes por parte de las organizaciones fundamentalistas islámicas hablan, en primer lugar, de la extraordinaria popularidad de los programas de tele realidad, que han ido impregnando poco a poco las cadenas árabes que se difunden vía satélite. La cadena libanesa LBC, por ejemplo, triunfa con su adaptación de “Operación Triunfo”, que ha convertido en estrellas mediáticas a sus concursantes. El programa es seguido en todo el mundo árabe: desde Marruecos a Arabia Saudita, es más de 22 países árabes. Los cantantes Cynthia, Khalawi, Sofia, Bashar, Bruno y Mohamed Attya son ya auténticos héroes entre la gente joven de todos estos países. Este programa, como es habitual en todos los países en los que ha triunfado, es una auténtica máquina de hacer dinero. La “Operación Triunfo” árabe, nacida en Líbano, ha provocado hasta el momento más de 70 millones de llamadas telefónicas. En busca de marido Tal como ha ido informando Vertele, el éxito de este programaha generado la adaptación de otros formatos de tele realidad en otras cadenas competidoras que también difunden sus programas por satélite. ART, un grupo saudí de cadenas temáticas, apostó por crear un programa dedicado a la vida de un harén de chicas buscando marido (“Ala Hawa Sawa”), mientras que la MBC compró los derechos de “Gran Hermano”, que se terminó abruptamente. Resistencias y críticas en los medios de comunicación Los concursantes de estos programas, que vienen de todos los países árabes, tienen un papel realmente difícil. Un periodista de Kuwait critica duramente a un compatriota, Besar, que participa en la “Operación Triunfo” libanesa, “porque ha lesionado gravemente la imagen de su país”. El comentarista le acusa de haber llamado “perro” a uno de sus competidores y no le perdona haber devaluado la imagen de los kuwaitíes confesando en público que “podía enamorarse de una chica diferente cada día”. Tampoco una concursante llamada Aïcha, argelina, que participaba en la búsqueda de marido en la ART, se ha librado de de las críticas de los espectadores y de los medios de comunicación. Aïcha, que ha conseguido llegar a la semifinal, ha sido muy criticada porque habla mejor francés que árabe. Cuando le tocó elegir marido, entre tres potenciales candidatos, un sirio, un egipcio y un jordano, ha recibido un consejo de su madre, expresado en directo por televisión: “Hija mía, ni se te ocurra elegir a un sirio como marido. Tienen una mala reputación. Golpean a sus mujeres”, según explica el diario “Le Monde” de París. El incidente pudo acabar muy mal, pero al final la templanza de la familia del sirio aceptó las excusas y se acabó el problema. ¿Volverán las manifestaciones de barbudos y de mujeres con velos que consiguieron acabar con el “Gran hermano” de Bahrein? Las fuerzas religiosas y fundamentalistas tienen mucha fuerza y un gran peso en la opinión pública y los Gobiernos de los países árabes. Tiempo al tiempo.