Jim Carrey caldea Twitter por sus opiniones sobre las vacunas
Jim Carrey se ha colocado en la picota a causa de sus recientes comentarios sobre las vacunas en Twitter. El genial actor se decidió opinar sobre una reciente ley californiana que obliga a vacunar a todos los niños matriculados en colegios.
“El gobernador de California [Jerry Brown] ha dicho que sí a envenenar a más niños con mercurio y aluminio con sus vacunas obligatorias. Este fascismo corporativo ha de parar”, escribía en la red de microblogging, y recoge Reuters.
“Soy pro-vacunas, pero anti-neurotóxicos. Que quede eso claro”
La publicación del intérprete obtuvo una notable repercusión, y le granjeó las críticas de muchos internautas. Esto obligó a Carrey a explicarse en sucesivos tuits: “No soy un anti-vacunas. Soy anti-timerosal, anti-mercurio. Han retirado partes de mercurio en algunas vacunas con timerosal, pero no por completo. Dicen que el mercurio en el pescado es peligroso, pero obligar a que a nuestros niños se les inyecte mercurio en el timerosal no es un riesgo. ¿Tiene sentido?”.
El timerosal, compuesto al que se refiere, contiene mercurio, y se ha empleado durante años como conservante en productos biológicos y medicamente. Ante el aumento de la “conciencia” sobre su potencial peligro tóxico, se ha eliminado de muchas inyecciones destinadas a menores de 6 años.
Finalmente, y ante la proliferación de comentarios negativos recibidos, el protagonista de 'Olvídate de mí' ha tratado de zanjar el tema: “Soy pro-vacunas, pero antineurotóxicos. Que quede eso claro”. A continuación, recomendó a sus seguidores el visionado de 'Trace Amounts', un documental que trata esta problemática.
Legislación para luchar contra el creciente movimiento anti-vacunas
La ley aprobada por Jerry Brown tiene como objetivo evitar la reaparición de enfermedades como el sarampión, que experimentó un potente brote el año pasado en Disneyland. Los padres que decidan no vacunar a sus hijos tendrán que educar a sus pequeños en su propio hogar o seguir planes de estudio de colegios públicos con la ayuda de tutores. Se trata de contrarrestar el movimiento anti-vacunación, que ha crecido en los últimos años en Estados Unidos.
Esta legislación llegaba casi a la vez que en España se lloraba el fallecimiento de un niño en Olot, a causa de la difteria. La víctima no había recibido la vacuna, y se convirtió en el primer infectado por esta enfermedad en nuestro país desde 1987.
