Loquillo, Los Chichos y Pitingo visitarán “El coro de la cárcel”
Reinserción y resocialización. Son los objetivos que han destacado esta mañana el director de TVE, Javier Pons, la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, el director del centro Penitenciario 'La Moraleja' (Palencia) y la directora del programa, María López, del programa “El Coro de la cárcel”, que regresa este lunes a La 1 (00:00 horas).
Dos de sus participantes, Luciana Stein y Juan Pedro Fernández Carmona, han explicado su situación y lo que hes ha supuesto integrar este coro dirigido por Xavier Torras. A partir del 14 de septiembre, los espectadores podrán seguir los avances de los 15 reclusos que forman el coro.
En busca del acoplamiento vocal perfecto
No saben cantar, pero los miembros de este coro le ponen mucho empeño, dejando de lado los problemas y delitos que les han hecho ir a prisión.
En el centro Penitenciario “La Moraleja”, en Dueñas (Palencia) se desarrolla la nueva edición del programa de TVE “El coro de la cárcel”, que cuenta con la colaboración de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
Un esfuerzo colectivo de todos, según ha señalado el director de TVE, Javier Pons, “por hacer este programa de compromiso social, por el esta cadena ha apostado firmemente y que muestra como los internos acometen con ilusión un proyecto en el que nunca pensaron”
En las instalaciones de esta institución, un grupo mixto compuesto por diez hombres y cinco mujeres compartirá tres meses de formación musical a las órdenes de su profesor: Xavier Torras, que repite por segundo año.
La vida penitenciaria desde dentro
Gracias a la colaboración de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, las cámaras se han adentrado en “La Moraleja” para seguir la evolución musical de los 15 protagonistas, pero también para acercar a la sociedad sus historias personales: qué les ha llevado a prisión, cuáles son sus problemas y cómo intentan superarlos.
La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, que no pudo asistir a la rueda de prensa por encontrarse en una conferencia internacional, envió un mensaje en el que destaca la contribución a la resocialización y a la reinserción de “El Coro”.
Gallizo también se refirió a lo que puede gustar a la audiencia, “como es hacer un coro entre personas que no saben cantar”, y al conocimiento del lado más humano de los presos,“que es lo más destacable”.
Como en las ediciones anteriores, Instituciones Penitenciarias ha puesto como condición para la selección de los participantes que ninguno haya cometido delitos de especial gravedad o que puedan producir alarma social.
De hecho, los internos del coro están condenados mayoritariamente por delitos vinculados con el mundo de la drogadicción. Muchos pasaron del consumo al robo y al tráfico de droga.
La cárcel de Dueñas empezó su actividad en 1997 y alberga, actualmente, una población que ronda los 1.600 internos. Aparte de sus infraestructuras, “La Moraleja” destaca por su módulo de mujeres con niños hasta 3 años, que incluye una guardería. Dos de las participantes en esta edición de “El coro de la cárcel”, viven en él con sus pequeños.
Un ejemplo de superación y convivencia
Cada semana dos presos abrirán sus celdas para compartir parte de la historia que les ha llevado a la cárcel. También sus familias serán partícipes de esta experiencia. Comunicaciones, locutorio y vis a vis estarán presentes en los trece programas como parte fundamental para comprender la vida de los internos.
Mientras, en las clases diarias, habrá tiempo para ensayos y ejercicios, pero también para debates y confesiones. Siempre con la mirada puesta en la actuación semanal ante sus compañeros de módulo. No faltarán las visitas de artistas consagrados como Loquillo, Los Chichos, Pitingo o Andy y Lucas.
El objetivo: conseguir que pongan en escena 10 versiones de temas y una composición propia bajo la supervisión del profesor.
Su esfuerzo culminará con un repaso sobre el escenario de todas esas canciones en el que el público será partícipe de su evolución artística y personal. Será el punto final de una tercera edición formada por un mosaico de vidas singulares con la música como hilo conductor.
Así arranca la nueva temporada
La tercera edición de “El coro de la cárcel” comienza con la vuelta del profesor de canto Xavier Torras al interior de una prisión para formar un coro de reclusos. En esta ocasión, su destino es la cárcel de “La Moraleja” en Dueñas, Palencia.
Xavi valorará las capacidades artísticas de cada uno de ellos al tiempo que se acercará a las razones que les han llevado a terminar en prisión. A medida que hombres y mujeres van pasando por el auditorio del Centro Penitenciario, los telespectadores empezarán a conocer un poco mejor a seis de ellos:
David es un palentino que lleva más de once años en prisión, casado con una interna y que ve lejos el día de su libertad; Esteban ha vuelto a prisión por segunda vez con tan sólo 25 años -una causa pendiente de robo le ha separado de su novia embarazada-.
Antonio, de Burgos, adicto a las drogas que, cumple 6 años de condena por robos; Raquel lleva cuatro meses en prisión preventiva por el robo de un coche, comparte cárcel con el padre de sus hijos; la pareja formada por Gabriela y Wally dejó su Colombia natal para luchar por una vida mejor en España. Ahora ambos cumplen condena por tráfico de drogas.
En el primer programa, tras conocer a todos los candidatos, el profesor comunicará quiénes son los seleccionados. Juntos emprenderán una aventura de tres meses en la que aprenderán lecciones de música y de convivencia.
Un formato internacional
“El coro de la cárcel” es un formato original de la productora vasca 3 Koma que ha cosechado un gran éxito a nivel internacional. La primera edición del programa, también emitida por TVE, fue nominada a los Premios Emmy Internacionales el año pasado.
También ha resultado ganador del Festival de Televisión de Banff (Canada) en la categoría mejor reality y ha sido seleccionado por la U.E.R. (Unión Europea de Radio-Televisión) como uno de los diez mejores formatos de televisión de 2006.
Recibió una mención especial en los Premios Ondas 2007 y el Premio Erguete Solidaridad 2007 a la comunicación. Quince son los países que han adquirido opciones para producir el programa, que se ha emitido en España, Noruega e Italia.
