La niña pija del hotelero
El único mérito de la chavala ha consistido en pasear descaradamente sus genealogías: Paris Hilton, que parece que el padre eligió a conciencia el nombre para que le fuera haciendo publicidad gratuita de su cadena de hoteles. Hasta hace unas semanas se la conocía precisamente por ejercer de parásita social, por romper alguna que otra mesa en las noches de farra neoyorquina y por pasear a su chihuahua Tinkerbell con un atuendo canino valorado en 1.500 dólares. Luego vino lo del vídeo porno con su novio, que la lanzó al estrellato justo a tiempo para el reality show de la temporada, “The Simple Life”, en el que Paris Hilton consigue el prodigio de ordeñar vacas sin quitarse el bolso de Louis Vuitton en la localidad de Altus, Arkansas, ante el pasmo de sus 800 habitantes. Y aquí se acaba la vida y hazañas de esta rubia platino de 22 años, que pronto empezará a vivir de su propio trabajo -es un decir- y a dejar de chupar de las rentas del padre. La Fox le ha puesto sobre la mesa un contrato de tres millones de dólares para grabar la segunda parte de “La vida simple” y hacerle lucir su palmito de niña rica por otro lugar perdido de la América profunda. Porque en eso consiste la susodicha serie, en sacar a la zagala de su confortable nido neoyorquino y obligarla a pisar el barro con zapatos de aguja, ante los ojos ávidos de millones de telespectadores que jamás se han planteado simplificar su vida. Los reality shows, ya se sabe, andan explorando últimamente la veta del realismo imaginario, con esa mezcla tan engañosa de vida mundana y famoseo que nos tiene a todos en la estratosfera. Pero esto de ver a los ricos en apuros siempre ha vendido mucho. Sobre todo si se genera esa expectación desmedida, que uno empieza a maliciarse que lo del vídeo X de Paris Hilton en Internet tiene truco, y que todo obedece a una de esas calculadísimas campañas de promoción para lanzar a la chica. Los padres, Rick y Kathy Hilton, están que se salen del éxito premeditado de su hija, apadrinada por el magnate Rupert Murdoch y por todo su imperio mediático, empecinado en vendernos chascarrillos de Paris Hilton a todas horas. Ahora parece que la niña se lo monta con el jovenzuelo Trae Lindley, con el que aparece a todas horas en la serie, explorando los entresijos de la poco apasionante vida rural de Arkansas. «Paris es muy diferente de lo que la gente piensa», asegura el joven mozo de Altus. «Muchos piensan que es una rubia tonta, pero no es así». ¿Y cómo es Paris Hilton? ¿Con qué sueña? ¿En qué piensa? ¿Cuál es su meta en esta vida, aparte de llamar por el teléfono móvil a todas horas y llenar el armario con vestidos de marca? Nos quedamos sin saberlo porque la chica, en otro de esos astutos golpes de marketing, ha renunciado a todas las entrevistas menos a una. Porque resulta que papá Hilton ha pagado 50.000 dólares al publicista Dan Klores, curtido en peleas como las de Michael Jackson y Mike Tyson, para garantizar que la canallesca no pueda acercarse a la más codiciada de sus propiedades. «¿Y es muy difícil pasar una noche en el Hilton de París?», le preguntó a Paris Hilton el popular Jimmy Fallon en Saturday Night Live, el programa satírico que se marcó la exclusiva. «Es un hotel muy exclusivo y no sé si te dejarían entrar», respondió la interesada, con conocimiento de causa. «Pero yo soy una persona importante, y a lo mejor me dejan pasar por la trasera», replicó Fallon. «No importa quién seas; estoy segura de que no te dejarán», concluyó la chica, que siguió la broma hasta el final. Después de la inesperada actuación, Paris Hilton se reunió en el Ruth's Chris Steak House de Manhattan para meterse un solomillo entre pecho y espalda, en compañía de papá Rick, mamá Kathy y los hermanos pequeños, Barron y Conrad, encantados con la creciente popularidad de su hermana. La máquina de la propaganda ha vuelto a funcionar y millones de americanos se pegaron ayer al tubo para ver la tercera entrega de The simple life y seguir alucinando con las andanzas de Paris Hilton. La chica se hace acompañar de su amiga y escudera Nicole Richie, que cabalga a su lado por los prados con un cencerro y gafas último modelo. Nicole, hija de Lionel Richie, también saca todo el partido que puede al apellido. Hace poco, la detuvieron conduciendo borracha y puesta hasta arriba de drogas. ¿Otro anzuelo para la prensa? Lo dicho y hecho «Es un hotel exclusivo, no te dejarían entrar», le dijo sobre el Hilton de París a un entrevistador. 1981: Nace con el sello Hilton ya impreso en mitad de la frente.Su primer hogar: el hotel Waldorf-Astoria de Manhattan. 1999: Debuta como modelo en revistas como GQ y Vanity Fair, que se rifan... su apellido. 2001: El mundo del cine también se le rinde: hace un cameo en el filme de Ben Stiller Zoolander. 2002: El estrellato se acerca. Paris protagoniza un video porno con su novio. 2003: Se estrena en la Fox el reality La vida simple.