La nueva presentadora de '21 días' nos cuenta lo que más le ha “afectado psicológicamente”
Meritxell Martorell fue la periodista escogida para conducir en la nueva temporada de '21 días'. Tras el trabajo de Samanta Villar y Adela Úcar, ahora es el turno de la catalana que se define como “juvenil, natural y muy inquieta”.
El primer programa tratará desde dentro el mundo de la prostitución en el que Martorell vivió su “situación más extrema”. En Vertele hablamos con ella para conocer a la nueva reportera que nos sumergirá en sus aventuras de 21 días:
Meritxell, la productora Bocaboca abrió un gran casting para encontrar a la nueva reportera de '21 días' y tú fuiste la escogida, ¿cómo fue ese casting?
Para el casting envié un vídeo en el que hablé de mí, lo que me gustaba, lo que me define y desde ese primer contacto, ya empezó un proceso de selección, con entrevistas, me grabé en vídeos viviendo experiencias conflictivas y cañeras. Hasta que llegó el día que me llamaron para decirme que había sido la elegida.
Estaba deseando ser yo porque '21 días' me parece un formato que permite que la presentadora sea totalmente natural. No se puede estar fingiendo durante tanto tiempo, ni hacer un papel.
Antes conocimos a Samanta Villar y Adela Úcar, ¿en qué te pareces y te diferencias de ellas?
Creo que tanto Samanta como Adela eran chicas muy naturales, algo con lo que también me identifico, pero además yo soy muy impulsiva, juvenil, inquieta y fresca. Yo quiero mostrarme tal y como soy, con mis debilidades y fortalezas antes las situaciones que viva en el programa.
El espectador decidirá si me diferencio mucho de ellas o no.
Imagino que antes ya les seguías, ¿qué aprendiste de ellas?
Me he fijado mucho sobre todo en cómo llevaban la cámara porque es algo que me costó mucho al principio, el adaptarme a ser yo quién grabara la experiencia mientras la estaba viviendo.
Cada una tiene su estilo, me gustaban mucho las dos, Samanta me parece una tía super cañera y Adela es una chica muy humana y sensible. Ambas aportaron su granito.
¿Samanta y Adela se han puesto en contacto contigo para darte algún consejo?
Adela cuando se publicó que yo iba a ser la presentadora me envió un mensaje de apoyo por twitter y con Samanta sí que he hablado más porque hemos coincidido en Madrid. Ella me ha dicho que sea natural, que disfrute de la experiencia y que me olvide de las cámaras. Según ella, cuando vives plenamente la experiencia es cuando mejor la puedes contar.
La nueva temporada de '21 días' arranca con un programa en el que te adentras en el mundo de la prostitución, ¡empiezas fuerte!
Sí, empezamos muy fuertes (risas) además fue mi primer programa. Esa experiencia, 21 días en un prostíbulo, fue muy dura e incómoda. Imagínate, yo nunca había estado en un prostíbulo, y solo el hecho de bajar a una sala ya me ponía nerviosa.
Me vi en situaciones muy incómodas, bailando en un escenario, dando masajes a clientes, hice hasta el body sushi, en biquini y comían de mi cuerpo, para mí esa fue la situación más extrema que viví en el programa.
¿Qué fue lo peor en esos '21 días' de prostitución?
Sobre todo conocer historias desgarradoras en primera persona. Recuerdo, por ejemplo, a Patricia, de 21 años, que tenía un hijo y necesitaba conseguir 1500 euros en 4 días o le quitaban la casa. Para mí era imposible no empatizar con ella.
¿Mantienes el contacto con las personas que has conocido?
Sí, sigo en contacto con muchos de ellos. No con todos pero con muchos sí.
¿Y cuál ha sido el programa más duro que has grabado?
El reportaje que a mí más me ha afectado psicológicamente es el de los refugiados. Ver la situación en Grecia, a la que ha llegado esa gente, en condiciones precarias, pagando un dineral y sabiendo que aún les queda mucho camino por recorrer... Además son gente como tú y como yo, que tenían una vida que han dejado atrás para sobrevivir y que llegan con una bolsa con cuatro pertenencias.
Vi de todo, gente enferma, niños llorando, mujeres mayores solas con sus hijos... es horroroso vivirlo desde dentro. Ojalá concienciemos a la gente para ser más humana.
Meritxell, una de las cosas que siempre se pone en duda del programa es que sean 21 días reales, ¿qué nos puedes contar tú?
Yo también lo pregunté en la entrevista que me hicieron y me respondieron tajantemente que sí, que eran 21 exactos. Y la realidad es esa, son 21 días siempre.
Me da rabia que la gente piense que es mentira, aunque como espectadora también me lo planteé, ahora que lo he vivido puedo asegurar que es así.
El programa siempre plantea situaciones difíciles, por lo que imaginamos que hay un equipo detrás que puede auxiliarte en cualquier momento, ¿es así?
Siempre tengo un teléfono al que puedo llamar pero también es cierto que estoy sola muchas veces. La que duerme con el personaje soy yo, o la que convive con él, por ello hay situaciones a veces complicadas e incluso violentas.
En el caso de la prostitución, recuerdo una vez que estaba en mi habitación y la chica a la que estábamos grabando dijo que fuera con ella. Me metí en su habitación y ella estaba con el cliente y me propusieron hacer algo con ellos, entonces me sentí muy indefensa, solo con una cámara.
¿Te has arrepentido alguna vez de haberte metido en el programa?
No, nunca. Sí que alguna vez me pregunté: '¿Dónde me he metido?' Pero nunca me he arrepentido de vivir ninguna de las experiencias.
Has dicho que estás “dispuesta a vivir cualquier experiencia por arriesgada que sea”, ¿hay algo que NO harías nunca?
Prostituirme, por ejemplo, estuve 21 días viviendo en un prostíbulo pero nunca me hubiera prostituído.
Esta es la séptima temporada de '21 días', uno de los formatos más veteranos de Cuatro, ¿eso te da respeto?
Sí, da respesto un formato tan consagrado, lo quiero hacer lo mejor posible pero sobre todo intento ser yo, sin compararme con nadie. Estoy contenta porque he dado lo mejor de mí misma, así que ahora ya que sea lo que Dios quiera. Espero que funcione.
Volvéis a los viernes, un día difícil porque hay un 'Deluxe' en plena forma, 'Equipo de investigación', consolidado, José Mota en TVE... ¿sufres por las audiencias?
No tengo mucho tiempo de seguir las audiencias porque siempre estoy fuera grabando, pero sí que me preocupan.
La competencia es algo intrínseco en televisión pero '21 días' es un programa muy cañero, interesante y creo que eso llama a la audiencia. Nuestro programa es muy diferente al resto y puede competir con el resto.