Así son los ocho “pijos” y “barbies” de Cuatro que les “agobia trabajar”
“Gastaba 6.000 euros al mes en tratamientos, productos de dieta que compraba, de limpieza de cara, maquillajes…”. “No me gusta hacer nada. Me gusta dedicarme a mí, pensar en mí y vivir para mí”. “Mis padres tienen muchísimo dinero, no lo saben ni ellos… Quieren que yo trabaje o haga algo. Si no lo gastan ellos, pues lo gasto yo”.
Éstas son algunas de las conversaciones que tienen algunos de los Hijos de papá con el equipo del programa y Luján Argüelles, la presentadora de este nuevo coach que se estrena en Cuatro en prime time -tras la emisión de Hermano mayor- el próximo viernes a las 22:30 horas, informa la cadena en una nota.
“Cuatro ha traido a España un nuevo lenguaje a la hora de contar historias en TV”
“Cuatro ha traído a España un nuevo lenguaje a la hora de contar historias con programas como Hemano Mayor, Supernanny o Callejeros. Hijos de papá abre un nuevo sendero en esta forma de narrar en televisión”, ha dicho Manuel Villanueva, director General de Contenidos de Telecinco, en una rueda de prensa a la que ha asistido Vertele.com.
Por su parte, José Rey Cabarcos, director de Contenidos de Plural Entertainment, ha subrayado que “Hijos de papá es un formato totalmente innovador. Se nos ocurrió dar una vuelta de tuerca: seleccionar niños que tienen otros problemas, que no valoran las cosas y ubicarlos en Hoyo del Espino en unas condiciones extremas”.
“Ellos pensaban que iban a hacer un programa de glamour”
Óscar Vega, director del programa, ha asegurado que “los Hijos de papá pensaban que iban a hacer un programa de glamour, lo que provocó que muchos quisieran abandonar”. En este sentido, la coach Diana Molina ha explicado que “los chicos empezaron a darse cuenta de que podían desarrollar el potencial que tenían. Al final fueron retándose a sí mismos”.
Por su parte, Luján Argüelles ha añadido que “los Hijos de papá no tenían nada y han ganado un montón de cosas. Eran insoportables, complicados, tenían todo en lo material y se perdieron otras cosas en el camino, pero vamos a descubrir gente estupenda”.
Desempeñarán todo tipo de trabajos para ganar 15 euros al día
Producido por Plural Entertainment (Hermano Mayor, Ángel o demonio), en el programa ocho jóvenes guapos, ricos, caprichosos y con un alto tren de vida se enfrentarán por primera vez en su vida a sus temores e intentarán valerse por sí mismos y dejar de ser así unos Hijos de papá. Para ello, durante varias semanas, estos jóvenes convivirán en Hoyos del Espino (Ávila), un entorno rural donde no hay tiendas de marca, chóferes, cocineras ni limusinas.
Los Hijos de papá creen que ellos no necesitan trabajar. La herencia de sus padres podría servir para mantenerles durante muchos años. En su vida sólo han gastado dinero, pero a partir de ahora tendrán que ganárselo.
Y para lograrlo tendrán que desempeñar todo tipo de trabajos para ganar 15 euros al día: desde limpiar cuadras a poner gasolina, lavar cabezas o formar parte de una cadena de montaje. Será un brusco giro de sus vidas, ya que pasarán de las comodidades y lujos de su hasta ahora fácil existencia a tener que luchar por un sueldo mileurista.
Aprenderán a vivir sin privilegios: tendrán que pagar por su comida, competir por un puesto de trabajo, colaborar en equipo, pagar las facturas y, en su contra, ni podrán usar sus móviles, ni sus ordenadores ni tendrán contacto con sus familiares o amigos.
Dos personas clave para hacerles encontrar los verdaderos valores de la vida
Para afrontar esta nueva experiencia, van a contar con la ayuda de Diana Molina, una coach profesional que desarrollará labores de motivación personal; y de Antonio Ortega, un psicólogo que les animará a continuar en este difícil reto. Ambos les apoyarán en los momentos más duros y les ofrecerán las claves que necesitan para superar sus miedos.
Los jóvenes experimentarán cómo es la vida desde el otro lado del glamour, algo que a algunos les resultará insoportable pero que a otros, sin embargo, les hará aprender esos valores que no se pueden pagar con dinero.
Los Hijos de papá:
Gemma – 22 años. Tarragona. “No trabajo ni estudio, y no quiero hacer nada. Hago lo que me da la gana”. “A mi, todo lo que sea trabajar me agobia”.
Puede sonar extraño, pero sueña con ser una mujer artificial y que se note, y para conseguirlo obliga a sus padres a pagarle todo tipo de tratamientos estéticos. No entiende por qué sus padres se pasan todo el día atendiendo sus negocios. Los define como ricos con mentalidad de pobres a los que les encanta trabajar, palabra que a ella le da depresión.
Sus padres le pusieron un negocio que costó 400.000 euros pero ella no lo atendió y lo arruinó en seis meses. Ella lo tiene claro: es rica y no le ve sentido al trabajo. Se dedica a gastar e invertir en ella misma. Asegura que todo el mundo la envidia por su glamour y su estilo y es algo que le gusta.
Christian – 18 años. Palma de Mallorca. “Me considero una persona egocéntrica. Antepongo mis intereses a los de cualquier otra persona. Y sin lujos no podría vivir”.
“Un día normal de compras puedo llegar a gastarme entre 15.000 a 20.000 euros, y si compro algún bolso o algo en especial puede llegar a unos 30.000 euros perfectamente”.
Primero él, luego él y después, él. Hijo único de padres separados, está acostumbrado a que ninguno de los dos le niegue nada. Reconoce que ellos han sustituido el cariño con las tarjetas de crédito. Amante del lujo, para él la vida sólo tiene un sentido: tener dinero para tener poder y ser superior a los demás. Le encanta marcar su estilo y para ello devora la moda. Sueña con crear sus propios diseños.
Eduardo –19 años. Madrid. “Me considero una persona pija, sí. Visto bien y la gente me lo suele decir”.
Un niño bien, con coche y sin carné Le encantan los deportes, la velocidad y la buena vida. No tiene permiso de conducir a pesar de que, para motivarle, sus padres le compraron un Porsche de 65.000 euros. Lo tiene guardado en el garaje de su casa, situada en una lujosa urbanización de Madrid donde también viven los futbolistas Kaká y Cristiano Ronaldo.
Macarena – 20 años. Jaén. “Yo me considero una auténtica Barbie y me gustaría vivir como ella. De hecho, creo que lo estoy consiguiendo”.
“El deber de mi madre conmigo es darme todos los caprichos que yo quiera, que para eso me ha tenido”.
Una Miss entre olivos. Se considera pija, caprichosa y con carácter. Sus padres poseen varios negocios, un cortijo y fincas olivareras. Aunque vive en un pueblo, se define como una chica de ciudad que sólo piensa en sus modelos, el maquillaje y salir de marcha.
Durante el día se entretiene engatusando a su madre para que le conceda todos sus caprichos. No quiere hacer nada salvo vivir de sus padres hasta que se case con un millonario que la mantenga. Ha sido Miss Úbeda y Primera Dama de Miss Jaén.
Paula – 22 años. Madrid. “Mi sueño sería irme al Caribe unos meses y estar en la playa tirada tomando mojitos”. “Soy un poco vaguita”.
El elogio de la pereza. Desde pequeña ha tenido todos los caprichos que ha querido y siempre hace lo que quiere y cuando quiere. Dejó los estudios para ser modelo pero descubrió que los castings le cansan mucho. Su día a día lo pasa yendo de tiendas, paseando con su Mercedes SLK y hablando por el móvil con sus amigas. Odia leer y no tiene aficiones ni aspiraciones.
Marc – 20 años. Palma de Mallorca. “Pienso que soy bastante guapo, bastante atractivo, y entiendo que tenga prácticamente a media isla detrás de mí”.
“No me gusta tener una responsabilidad, tener que trabajar, pensar en lo que tengo que hacer mañana. (…) A mi lo que me gusta es pasarlo bien y, al día siguiente, no pensar en lo que va a pasar, levantarme y no tener ninguna responsabilidad de nada”.
Vive para las mujeres, a las que, según su madre, trata como objetos sexuales. Experto en desplegar sus encantos, asegura que ninguna chica se le resiste. Reconoce que es un canalla con ellas pero no puede evitarlo, él las embauca con palabras bonitas y acaban cayendo rendidas a sus encantos. Si es más de una, no hay ningún problema.
Jessica – 21 años. Barcelona. “La vida sin mis padres sería ‘pringar’. O sea, estar trabajando diez u ocho horas diarias…, sería fatal. No me lo imagino, la verdad”.
“Siempre voy rodeada de gente un poco más mayor: médicos, cirujanos, empresarios. Me gusta mucho aprender de esas personas porque son muy ricas”.
Estudiante de Relaciones Públicas. Se define como vanidosa y caprichosa. Adicta a las compras, no puede pasar un día sin ir a una tienda, lo necesita porque la “relaja”. Siempre viste de marca, no sabe estar sin tacones y sólo se los quita para ducharse y dormir. Le encanta ir perfecta y es incapaz de salir de casa sin maquillarse. Acostumbrada a ser el centro de atención, sabe que su belleza le abre muchas puertas.
Cayetana – 24 años. Valladolid. “Quien me da los caprichos es mi papá. Mi papuchi del alma”. “No hago nada. Nada. Me levanto de la cama, me arreglo y me voy a la calle”. “Me lo paso ‘churruqui’. ¡¡Cómo me lo paso yo!!”
Hija de un marqués, se considera una chica feliz, vive sin complicaciones y, si las hubiera, su padre las solucionaría. Sobreprotegida por sus progenitores y sus dos hermanos, no estudia ni trabaja pero tiene todo lo que quiere. Le encanta comprar, ella acude sin dinero en efectivo ni tarjetas de crédito, su papá va luego a las tiendas a pagar sus astronómicas facturas. Adora a su perro Pupy, su único amor. Su mundo es perfecto salvo en el tema amoroso, algo que le cuesta un poco más.
Creían que iban a un 'brunch' de lujo…, y llegaron a Hoyos del Espino
Una espectacular limousina les recogió y les trasladó a un lugar que era una auténtica incógnita para ellos. “París”, se aventuró a decir una de las chicas… “Esto debería ser ’21 días tomando Moet Chandon”, decía otro.
Pero llegaron a un pueblo de Ávila con pocos lujos y mucho trabajo por desempeñar y allí encontraron su destino y un vídeo en el que cada uno de sus padres les avanzaba que, desde ese momento, dejaban de ser “Hijos de papá”.
Con el paso de los días términos como lucha, esfuerzo, valores convivencia o compartir aparecerán en sus respectivos “diccionarios”. Y aunque todos en un principio parecen tener muchos puntos en común, enseguida se darán cuenta de que las apariencias, por fuera, y también por dentro, engañan.
Luján Argüelles: “Confiábamos plenamente en el cásting que habíamos hecho”
Luján Argüelles acompañará a estos jóvenes durante toda su experiencia. Les guiará, les servirá de apoyo y vivirá junto a ellos su evolución en el programa. “Para mí, Hijos de papá ha sido volver a hacer la tele que me gusta, la que está en contacto directo con las personas. Estas semanas han estado cargadas de emociones, risas, lágrimas, enfrentamientos…”, asegura la presentadora.
Para Luján, cada día que pasaba en el programa “era una sorpresa. No sabíamos cómo acabaría porque desde el principio queríamos que fueran ellos mismos. Confiábamos plenamente en el cásting que habíamos hecho”.
El Equipo: Una coach y un psicólogo que ayudarán a los jóvenes
Diana Molina – 52 años. Coach profesional
Diana tiene una amplia experiencia como entrenadora personal tanto de adultos como de adolescentes. Con más de 25 años desarrollando labores de motivación personal, Conecta especialmente bien con los adolescentes. Los protagonistas, de edades comprendidas entre 18 y 24 años, están muy acostumbrados a hacer todo lo que les apetece y cuando les apetece. Son caprichosos, frívolos y egoístas. Diana va a tener una dura tarea.
Con un master en terapia de la conducta, Antonio se enfrenta a un gran reto profesional: conseguir que los ocho protagonistas aguanten hasta el final y superen así el reto impuesto por sus padres. Una difícil misión para la que tendrá que llevar a la práctica todos sus conocimientos profesionales.