“Al programa no invito a nadie que no me guste”
Vuelve al ataque por tercera temporada consecutiva y esta vez se ha tomado unas largas vacaciones... Dos meses y pico, aunque tampoco hay por qué decirlo muy alto... La temporada es muy larga y dura y este tiempo de descanso se agradece. En los tiempos que corren, ¿cómo se consigue asentar un programa nocturno sin corazón ni reality? Creando una atmósfera agradable y un personaje como el Buenafuente con el que te irías a tomar un café. ¿Nunca le ha tentado meter algo “rosa” en su programa o contar con algún colaborador tipo Pipi Estrada? No, porque no estaríamos cómodos. Hay otros programas que, de lo mal que lo hacen, lo hacen muy bien. En cuanto a Pipi, lo que más gusta de él es su nombre de pila, a mí me encantaría llamarme Pipi Buenafuente. Se nota que se divierte con su trabajo... Me lo paso muy bien. Nuestro estilo es el de una tele hecha desde el estómago y eso se nota. El programa transpira una cierta verdad, con esos momentos de improvisación y reacción que te hacen disfrutarlo. Además, si algo no sale bien ya no lo sufro tanto como antes porque al día siguiente hay otro programa. Cuando era más joven se me caía el mundo encima... A esto ayudará que muchos de ustedes son amigos fuera del plató. Bueno, algunos somos amigos pero no todos (entre risas). Está claro que trabajar juntos durante diez horas al día une mucho. Todo el mundo que viene al programa sale asombrado del buen rollo que hay, y yo lucho porque esa armonía no sea ni mucho menos prefabricada. Trabajamos en un plató donde nunca se grita y nadie falta al respeto a nadie. Es una manera de trabajar muy agradable y la única que conocemos. ¿Cómo se prepara las entrevistas? Cada vez con más responsabilidad. Antes las hacía más alocadas y ahora, con los años, me documento más sobre el invitado. Intento transmitirle mi respeto y hablo antes un poco con él para que no esté incómodo conmigo. De todas formas, no invito a nadie que no me guste y ése ya es un filtro importante. ¿Pero no hay un importante grado de improvisación? Sí, durante la entrevista aprovecho mi capacidad de improvisación para sacar un tema de cualquier tontería que pueda surgir. La verdad es que soy mal periodista en el sentido periodístico de la palabra porque siempre pregunto todo menos lo que hay que preguntar. Eso es porque tengo un defecto y es la mirada periférica, es decir, que me fijo más en el pelo o en los zapatos del invitado que en otra cosa... Una vez comentó que una buena entrevista es como una especie de coito televisivo... Bueno, tiene una duración más larga que un coito pero sí, porque ahí estamos dos personas que no nos conocemos de nada y surge cierta atracción en un momento dado. Entonces, los dos hacemos cosas que nunca solemos hacer y se produce una química muy especial, y en eso se parece al sexo. Pero bueno, como diría Vittorio Gassman, el aplauso del público también es como una orgía, con esa energía que se destapa... ¿Y con quien tiene pendiente ese “encuentro amoroso catódico”? Con Fernando Alonso y Ronaldinho (entre risas)... Que vengan que no les voy a hacer daño. Está claro que el programa cuenta con un buen equipo de actores camaleónicos Nuestros actores son todos unos cracks. Alucino cómo puede llegar uno al trabajo sin saber lo que va a hacer por la noche y después, si tiene que interpretar por ejemplo a un enfermero ruso, hacerlo bien y con gracia. Me merecen un grandioso respeto pese a que otros muchos actores denostan la televisión y le dan más relevancia al cine. ¿Santi Millán no colabora este año en “Buenafuente”? No, Santi es un amiguete que viene de vez en cuando al programa pero no le pago, como no es colaborador... (entre risas) ¿Cómo surgen los personajes tan disparatados de su programa? Ésa es la gran caja negra de los humoristas y que nunca desvelamos para darnos más glamour. A veces, una idea para un personaje o programa ha nacido de repente en la parte de atrás de un taxi, pero claro, eso no mola decirlo para que la gente piense que hay mucho curro detrás (entre risas). ¿No ha recibido ninguna queja de la Casa Real por las parodias de Letizia Ortiz y el Príncipe Felipe? No, para nada. Creo que el humor tiene que ser incorrecto y tocar todos los temas. Somos unos gamberros profesionales y el límite de cada uno es el sentido común. El humorista no cuestiona nada, sólo se ríe, sea de la Iglesia, los políticos, etc. La Casa Real forma parte del paisaje social de este país, lo han interpretado así y eso dice mucho en su favor. La pasada temporada, el programa pasaba de un 17% a un 27% de share de un día para otro, ¿eso le ha trastornado mucho? Si es que la gente es muy inestable (entre risas). Hombre, la televisión vivió el año pasado un baile impresionante por la irrupción de nuevos canales, que esperemos, por nuestra salud mental, se vaya aposentando. Todos tenemos que ponernos el chip de que los números de ahora ya son los de hace dos años, y esperemos que el jefe también lo haga. Ahora tener un 20% es un número cojonudo y antes sonaba a crisis. “Noche Hache” es lo más parecido a un rival de sus características que podría tener en estos momentos, ¿le gusta el programa de Cuatro? Sí, me gusta. Lo que pasa es que es una competencia un poco extraña porque somos dos programas diferentes. En cualquier caso, Eva Hache es una digna competidora. Hablando de Eva Hache, ella ha llenado su plató de políticos y eso es algo que usted quiere potenciar en este curso, ¿son más accesibles de lo que pensábamos? Bueno, accesibles hasta cierto punto porque a lo políticos de este país todavía les cuesta ir a los programas de entretenimiento. Pero sí, es un camino por recorrer. Como monologuista profesional, ¿qué le parecen los nuevos programas donde personajes famosos se lanzan a esta práctica? Me parece muy bien que se juegue con el formato, salvo que algún día me despertaran de la siesta para ver un monólogo de Urdaci (entre risas). En realidad no hago monólogos sino charlas, aunque eso ya no se puede cambiar porque está así en todos los bancos de datos. Me lo dijo Godoy, que también es un gran charlista. Yo salgo al plató y doy mi charla, mientras que el monólogo es más una pieza escrita que puede hacer todo el mundo... Pero da igual, esto que le cuento seguro que no lo va a publicar (entre risas). ¿Qué le pareció aquella noticia que saltó en algunos medios sobre que Montilla le había robado uno de sus guionistas? Aprovecho para pegar un coscorrón a todos los periodistas porque aquel guionista, cuando fichó por el departamento de comunicación de Montilla, ya no trabaja con nosotros desde hace un año. No hay que creerse todos los teletipos y llamar de vez en cuando a las productoras para preguntar. Reconozco que el titular de “Montilla ficha a un guionista de Buenafuente para la campaña electoral” era guapo, pero inexacto. Aunque ya lo manifestó a través de su web, ¿sigue disgustado por la foto de su desnudo publicada este verano en una revista del corazón? No me gustó, pero es que a nadie le gusta que le pillen en bolas y le pongan en un kiosco. Además, sobre todo porque por mi actitud y trayectoria jamás he dado bola a esto. Me parece una anomalía del sistema periodístico y judicial. Los famosos estamos desprotegidos, aunque no se sabe muy bien quién es o quién decide si tú eres famoso. Pido a la justicia que se ponga un poco de nuestro lado porque hay gente que, como considera que tú eres un personaje público, eso le da licencia para matar... Yo me río, lo supero y a tomar por saco, pero creo que es muy grave. Entonces, ¿ha presentado una demanda contra la revista en cuestión? Sí, aunque yo presento demandas todos los días (entre risas). No, en serio, a mí no me gusta esta prensa y este es un país libre para decirlo. ¿Cómo valora estos primeros meses de laSexta, cadena en la que participa su productora El Terrat? Muy bien. Algunos de nuestros departamentos trabajan codo con codo con el equipo directivo de la cadena en las líneas de cómo queremos que sea. Yo no tengo tiempo porque casi todas mis energías están en mi programa de Antena 3. Pero bueno, estoy asistiendo al nacimiento de una nueva cadena que, al igual que Cuatro, es necesario que exista. Completa el panorama y da más trabajo a todos. Además, le ha tocado la lotería con el Mundial de baloncesto y no entiendo cómo otras cadenas no se interesaron. Entonces ¿no ha pensado alguna vez abandonar laSexta como hizo José Manuel Lorenzo con su productora Drive TV? No, para nada. Además, hay un montón de cosas que me diferencian de Lorenzo, y no sabría por donde empezar. Usted hace reír pero, a usted, ¿que le hace gracia? Sobre todo me hacen gracia los niños, por su espontaneidad, ya que son los grandes humoristas de la vida. De todas formas, me río de mí mismo y de situaciones extrañas. Por ejemplo, tengo un amigo que fuma porros y cuando lo hace el que se ríe soy yo, mientras él se va quedando serio. Ahora que es más famoso que nunca, ¿le entran mucho por la calle? La verdad es que sí. El anonimato ya se acabó y, a veces, es muy jodido porque la suma de cariño llega a agobiarme. Pero bueno, es algo normal que la gente quiera saludarte o hacerte una foto. Usted tiene una faceta solidaria desconocida para el gran público, como es la firma de las camisetas Kukuxumusu cuyos beneficios van a parar a una ONG de Barcelona. Bueno, es algo de lo que tampoco me gusta hablar demasiado por pudor, ya que a veces parece que el famoso siempre tiene que llenar una cuota social. Yo lo hago de corazón porque considero que tengo la obligación de devolver bastante de lo que he conseguido.