¿Por qué quiere Resines “domar” a los críticos de televisión?
El mundo de la crítica televisiva estaba ayer en estado de shock por unas declaraciones insólitas del actor Antonio Resines a un blog de la revista “Vanity Fair” en un estreno teatral. El lector, desconcertado, intuye que las hizo en un ambiente informal, después de tomarse un par de copas que le provocaron un momento de excesiva extroversión, y sin pensar demasiado.
En cinco líneas Resines se lleva por delante su buena imagen, el supuesto rigor del diario El País y también el de su amigo David Trueba. En lo que se refiere a su imagen, es decepcionante descubrir que el actor daba por hecho que el diario vetaría o censuraría cualquier crítica desfavorable, revelando una simpatía preocupante por la manipulación periodística motivada por temas empresariales que nos ha sorprendido a todos.
Resines muestra, además, un talante de mal encajador de críticas, calificando de “anormales” a los que han permitido la publicación de la crítica y asumiendo que sus amigos (David Trueba) no dudarían en aparcar su probada honestidad para encubrir un mal trabajo televisivo. Parece que se está poniendo de moda entre los actores españoles el tomarse a la tremenda las críticas de sus trabajos televisivos, como en el sonado caso “Juanjo Puigcorbe” en Felipe y Letizia (Telecinco).
Las declaraciones
Vayamos al origen del lío. El periodista de Vanity Fair charla con el actor y cuenta así el momento clave: “Antonio Resines llegó al Teatro Reina Victoria hecho un basilisco: estaba enfadadísimo por las críticas que ha recibido Cheers. Por todas en general (”nos han dado por todas partes“) y por una en particular, la de Marcos Ordóñez para El País. ”La de El País ha sido tan acojonante… ¿no se han dado cuenta estos anormales que es la misma empresa? Coño, Plural es de Prisa, es una productora del grupo“, nos contó Resines después de posar en el photo call. Fuerte. Le podría haber dicho que, por el contrario, hay quien agradece inmensamente que aun existan resquicios de libertad periodística al margen de los intereses empresariales, pero sólo acerté a decir: ”Pues díselo a David Trueba, que quizás esté por aquí, dile que escriba otra crítica…“. ”La diferencia es que si a David no le gusta pues no dice nada y ya está“, respondió”. Impresionante.
La crítica de Marcos Ordóñez
Marcos Ordóñez, periodista y crítico teatral, de lo mejor que tenemos en este país, con mucha mili a sus espaldas y con rigor contrastado, escribió el texto que ha generado todos los cabreos. Lo bautizó como “Aquí no hay quien beba” y se publicó en el rotativo de Prisa el martes 13 de septiembre. Decía: “Mal empezamos cuando uno de los guionistas de la versión española de Cheers en Telecinco proclama sin rubor que ”era una serie floja y ha envejecido muy mal“.
Después de elogiar el trabajo de Alberto Sanjuán y Alejandra Jiménez no se cortaba para decir: “Las tramas que agrupan al terceto Antonio Resines (Félix Simón, antes, ay, Frasier Crane), Pepón Nieto (Blas, antes Norm) y Luis Bermejo (Ricardo, antes Cliff) parecen combinar los tics de la revista más casposa con brochazos dignos de Benny Hill: ojos desorbitados, señoras que se despelotan, réplicas cuarteleras”.
Luego se seguía metiendo con Antonio Resines: “Resines hace de Resines, sea su personaje psiquiatra o palafrenero: pese a su innegable talento, es fatigoso que aquí actúe como un imitador de sí mismo pasado de vueltas. Que el gag de apertura se centre en Resines atrapado por su novia (una hierática Ana Belén) con una bailarina en el regazo ya indica que el listón no está muy alto. El humor oscila entre lo vodevilesco y lo infantiloide”.
El País: otras dos críticas negativas
Resines debió aumentar su enfado porque El País daba bofetada a la serie por dos bandas más. En su versión digital, en el blog “Quinta temporada”, se publicaban las críticas de Miriam Lagoa, titulada “Cuando Cheers es solo un reclamo” donde se podía leer: “¿Por qué venderlo como un remake de Cheers si el protagonista de la serie parece que va a ser el personaje de Antonio Resines, es decir el equivalente español de Frasier?”.
“Cheers da lo que te esperas de ella: poca originalidad, chistes previsibles e infantiles (el tatuaje y los culos), tópicos (no hay despedida sin streaptease, y solo llevábamos cinco minutos de capítulo), personajes que han visto muchas otras veces… y en otras series (Resines no es Frasier, es Diego Serrano), y unas risas enlatadas bastante molestas”.
La de Natalia Marcos, titulada “El problema de Cheers es Cheers” tampoco era positiva: “Todo sabe a trillado: los mismos chistes de siempre, Resines con sus gestos a lo Diego Serrano, frases metidas con calzador, demasiadas risas falsas...”
La información televisiva de El País
El hecho resulta doblemente curioso porque el mundo de la televisión en España no considera que las informaciones del diario de Prisa sobre la pequeña pantalla sean precisamente contrastadas, rigurosas y neutrales. En las páginas de espectáculos se promocionan siempre, sin rubor, a toda página, los productos de Canal +, de Plural y, anteriormente, todos los estrenos de Cuatro, sin eludir la programación de los canales temáticos que distribuye Digital +, ninguneando demasiado a menudo a la competencia. De forma exagerada y que, a veces, provoca rubor ajeno.
Precisamente el pasado lunes el crítico Javier Pérez de Albéniz volvía sobre este tema al publicar, en su blog El descodificador, el siguiente comentario: “¿Cómo es posible que El País haya dedicado dos páginas a ensalzar esta bazofia el pasado 17 de agosto, y media página ayer domingo? Ah, que la productora es de Mediaset (17,3% grupo Prisa)”. En este caso la crítica de Albéniz podría no estar justificada, teniendo en cuenta que casi todos los periódicos prestaban ese día especial atención al estreno en España del remake de una serie mítica como es Cheers.
Antonio Resines, que seguramente tenía las mismas sospechas que Javier Pérez de Albéniz sobre la política televisiva del diario, no debía entender nada cuando vió que precisamente tres críticos, tres, que trabajan para Prisa, incluyendo al prestigioso Marcos Ordóñez, le ponían a caldo.
A veces es bueno y sano que se muestren en público estas reacciones destempladas porque después sabemos todos a qué jugamos.
Cheers se estrenó el domingo en capítulo doble. El primer episodio logró una media de 2.584.000 espectadores (15,6% de cuota de pantalla); el segundo, 2.810. 000 (16,6%)