Casi quinientos millones de pesetas por un anuncio de medio minuto
El próximo 27 de enero es la cita. Los equipos de rugby vencedores de las divisiones este y oeste se enfrentan en un partido que genera cuotas de audiencia increíbles. Es la Super Bowl, y para hacerse una idea de lo que ello supone, basta con echar un vistazo a las cifras de audiencia de la última edición: 131 millones de espectadores, frente a los 52 que congregó el último programa de la primera edición de Survivor o los 79 de la entrega de los Oscar 2000. Con estos datos, los anunciantes cada año afilan su ingenio y apuran parte de su presupuesto para que, al día siguiente, esos segundos de publicidad sean igual de comentados que las jugadas más trascendentales. La primera televisión en abrir fuego ha sido Fox Sports, que ya ha anunciado su búsqueda de anunciantes. La compañía que quiera aparecer en su emisión durante esos treinta segundos de oro deberá pagar casi quinientos millones de pesetas. Estas cifras son las más altas que se han manejado desde que se retransmite este evento. Pero no deja de ser curioso y contradictorio que se pida tal cantidad de dinero justo en un momento en el que hay una gran recesión de publicidad. “Todavía es muy complicado saber cómo reuniremos esos anunciantes. Lo averiguaremos en los próximos meses”, ha declarado un portavoz de Fox Sports, Lou D´Ermilio, a la revista zap2it. La tarifa más alta, el pasado año, la pedía la cadena ABC, que no llegó a los 400 millones de pesetas por anuncio; y en 1999, en CBS, esos 30 segundos de publicidad se pagaban a 290 millones. Pese a la crisis de las empresas de Internet, uno de los sectores que más dinero estaba dispuesto a gastar, los expertos aseguran que los anunciantes pagarán estas cifras. “El público espera con ansia a ver los anuncios. No hay ningún momento el resto del año en el que la atención del espectador esté tan centrada en la pantalla como éste”, ha declarado Stacey Lynn Koerner, vicepresidente de investigación para la agencia TN Media. En lo que todo el mundo coincide es que el próximo 27 de enero volverá a notarse la ausencia de compañías tecnológicas. De hecho, el pasado año, algunas empresas de Internet agotaron todo su presupuesto en ese medio minuto de publicidad para echar el cierre poco después.