Nueva entrevista

Sardá volverá en enero con un programa “corto y semanal”

El presentador Javier Sardá ha concedido una entrevista al periodista Albert Domènech de La Vanguardia con motivo de la publicación de su último libro, “Eros, Thanatos y su puta madre”.

En la conversación, Sardá también habla de su próximo proyecto televisivo para Telecinco, “un programa para pasarlo bien, corto y semanal” que llegará previsiblemente en enero de 2009.

Por su interés, reproducimos a continuación la entrevista que publica La Vanguardia:

-Sardá, es usted especialista en crear mundos alternativos. Lo hizo en la radio con el señor Casamajó, en la televisión con Crónicas Marcianas y ahora en su primera novela con un mundo paralelo donde residen los muertos que todavía son recordados en la Tierra. ¿Por qué esta obsesión de crear mundos paralelos?

-Seguramente porque el mundo real no me acaba de gustar. Yo siempre he creído que esto de hacer un programa de radio o de televisión diario significa crear un cierto mundo. La literatura lo que tiene es que te permite inventar muchos ambientes y cosas. Lo primero que me gustaría decir muy seriamente es que para mí esta novela es de extrema sencillez, contacté con la editorial Planeta que es con quien había hecho los libros del programa Dutifrí y les ofrecí una historia que amablemente han decidido publicar. La verdad es que ahora, una vez he publicado el libro, tengo mucho pudor.

-¿Una persona que ha vivido como presentador, periodista y, si me lo permite, showman, todo lo que ha vivido y ahora tiene pudor por haber escrito un libro?

-Sí, sí (ríe). ¿Sabes que pasa? La radio y la televisión son medios efímeros, aunque a veces los programas queden grabados. Pero la letra impresa tiene una legitimidad que los demás medios no tienen, y es por eso que tengo pudor. En el libro hay cartas de algún oyente, hay información de Internet, no sé, es muy especial, realmente no me lo esperaba.

-¿Es por eso que se cura en salud e incluye en el epílogo una autocrítica del mismo libro? No hay peor crítica que la de uno mismo…

-Estoy muy acostumbrado a las críticas, así que me da igual. La gente que hace televisión, o no sé si la gente que hace tele, pero yo sí, he recibido críticas espantosas que no concordaban para nada con el éxito de público y de ambiente que tenía el programa.

-Habla de Crónicas Marcianas, el programa que todo el mundo criticaba y seguía año tras año con audiencias históricas…

-Bueno, todo el mundo no lo criticaba. Había gente que lo veía y me consta que disfrutaba y le gustaba.

-A mi también me consta. Volvamos al libro. ¿Cree que nos podemos tomar a la muerte en serio?

-No, mejor no tomarla en serio. Es muy puñetera, te da una vida de ventaja, es paciente, pero es molesta. La estadística para nosotros es un poco adversa, diría que las posibilidades de no morir son muy pocas, según la estadística insisto (sonríe). De todas formas es Eros, Thanatos y su puta madre, quiere decir que hay mucho Eros también.

-Hay Eros, y hay reflexiones de vida cotidianas amenizadas con el humor irónico y el sarcasmo. ¿Es el método más eficiente en su vida para afrontar las situaciones más duras?

-Hay una frase de Woody Allen que dice “si Dios no existe, ¿por qué nos afeitamos?”. Es verdad, dices, ¿qué sentido tiene todo? El sentido es un concepto antropológico, son procesos y basta. La palabra es procesos, y esto es lo que somos y en lo que estamos inmersos. A veces lo olvidamos, y mucho. La gente vive como si fuera importante y no tendríamos que tomarnos tan en serio la muerte como la vida. La vida es efímera y vale la pena no agobiarse.

-Por desgracia a usted le ha tocado vivir la muerte de muy cerca y desde bien pequeño. ¿El libro es una burla o un grito de protesta contra la muerte?

-Es una pataleta, es un aquí estoy y juego, pero discrepo. Pero creo que mi posición ante esto es la de todos. Todos acaban diciendo, ¿qué cojones es esto? Esto es un miraje y sobre todo hay una cosa de la muerte que es muy molesta, que es la posibilidad de volver a nacer. Depende de cómo te vaya la vida dices, vale ya está, pero si has tenido mala suerte con la vida, piensas, ostia, ¡esta persona tiene que volver a nacer! Las posibilidades de que estemos hoy aquí son muy remotas.

-Dígamelo a mí, usted no suele conceder entrevistas…

-No, ¡no me refiero a eso! La de polvos que se han tenido que hacer durante años y años para que tú estés hoy aquí, ¡es increíble! Que de este polvo hayas salido tú, también es remoto, porque si llega a ser otro espermatozoide ya no eres tu. Es increíble, me está entrevistando una auténtica escultura humana, un fenómeno único e irrepetible.

-Eso sí ve, como que soy hijo único…

-Imagina, ¡todavía más difícil!

-Siguiendo los parámetros de su libro, cuando los dos muramos, usted pasará a ser un personaje histórico y anónimo, al menos por ahora…

-¡No! Te equivocas, Sócrates será recordado toda la vida, o Aristóteles, pero yo no.

-Sardá, usted también.

-Te digo que no (sonríe). Mira, las generaciones que trabajamos en los medios somos efímeros y nos olvidarán antes de que muramos. ¡Antes! ¿Quién era aquel que presentaba Esta es su vida? Será olvidado en vida y todo. Tus hijos dirán, ¿Crónicas qué?

-Me da la sensación que a usted le hubiera gustado más ser anónimo que histórico…

-A mi me gustaría ser de esos señores que inventan un tapón de plástico, que sirve para las bombonas de gas, pero a él no le conoce nadie. Esto es envidiable. No entiendo como a la gente le puede gustar la fama, ricos y famosos que dicen. Rico no tengo ningún inconveniente, ahora famoso…

-¿Qué es más complicado, estar muerto sin acabar de morir o saber como están reconstruyendo la vida los que se han quedado?

-A mi me gustaría ser un fantasma, ser algo, o poder vagar por las tinieblas, yo que sé. Lo que sea mientras no sea la nada. No podría hacer cafés con nadie más, ni ver mujeres.

-Dice usted en el libro que esta es su primera novela y probablemente la última. ¿No le ha gustado la experiencia?

-Es lo más probable y lo más práctico. Cuando la escribí lo pasé genial, pero ahora lo paso muy mal. Me hace pudor, primero que yo nunca doy entrevistas, y soy muy perezoso.

-¿Le cuesta hablar de usted?

-No, simplemente es que no veo que saco de ello (ríe).

-Bueno, sólo una. Dígame si le veremos pronto en televisión…

-Posiblemente, porque sé que las cosas son así. Puede haber un programa semanal, a partir de enero del año que viene. Semanal, no diario, eso seguro.

-¿Depende de usted, de Gestmusic, o de los nombre es de Boris Izaguirre y Carlos Latre?

-Depende más de ellos que de mí. Si Boris y Carlos quieren, haremos un programa para pasarlo bien y hacer que la gente lo pase bien. Insisto, corto y semanal (sonríe).

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