El sexo fino de los protas de 'Velvet'

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Alberto se ha comprometido a Cristina tan solo para disponer del dinero de su padre, Don Gerardo, y poder salvar las galerías. Un pacto que habló con Ana y con el que ambos parecían estar de acuerdo, tan solo les separaba un año. Un año en el que a Alberto le daría tiempo a reflotar el negocio pudiendo cancelar su boda con Cristina. Ana dejaría Madrid “no podría soportar verte entrar a las galerías de la mano de Cristina todos los días” y esperaría el tiempo necesario para poder disfrutar de su amor con Alberto sin condición.

Pero el amor hace que Ana tome una decisión en el último momento, no puede irse. Alberto se refugia en su despacho tras la petición de mano de Cristina en el homenaje a su padre. Cuando se gira ve a Ana, parece una alucinación pero no... Ana es real, la joven no sabe por qué ha vuelto tan solo siente que no puede alejarse de Alberto.

Ana confiesa a Alberto que no sabe que hace de nuevo en las galerías; “No sé que hago aquí, esto solo nos va a hacer más daño” pero Alberto calla sus dudas “me duele más pensar que no te voy a volver a ver, prométeme que no te vas a volver a marchar”, Ana se lo promete fundiéndose en un apasionado beso. Sobran las palabras, beso tras beso Alberto y Ana se abrazan, se acarician, se desnudan... se rinden a la pasión.