La Sexta muestra la primera imagen de Teresa, la enfermera infectada de ébola
Teresa R.R., la enfermera española víctima del primer contagio en la historia de la enfermedad fuera de África, es la protagonista absoluta de la actualidad en España y resto del mundo desde que ayer se conociera que había contraído el virus mortal cuando atendió al misionero García Viejo.
Ni su nombre completo ni su imagen habían trascendido a los medios hasta ahora, bien porque no habían tenido acceso a ellos o por respeto a la víctima y su entorno, y las consecuencias que la publicación de su identidad y rostro pudieran tener en su vida cotidiana si supera la enfermedad.
Sin embargo, 'Más vale tarde' (laSexta) ha sido la primera cadena que ha difundido esta tarde una imagen de Teresa RR. sin pixelar. Una fotografía que “nos ha facilitado su marido, Javier”, con quien ha mantenido una entrevista telefónica el programa de Mamen Mendizábal. Éste ha contado a laSexta que le mantienen aislado desde ayer sin ningún contacto con su mujer. “Tan solo sé de su evolución por lo que me transmite el equipo médico”.
Vertele les pixela la imagen de la enfermera Teresa R.R. Una fotografía difundida íntegra por el programa de laSexta y que ya es portada de varios diarios digitales y circula también en redes sociales.
Esta mañana, el programa de la misma cadena, 'Al rojo vivo', difundía las características de la enfermera infectada sin mostrar su rostro:
“Ella hizo todo lo que le dijeron”, dice el marido de Teresa
¿Rompió la enfermera Teresa R.R. el protocolo al tratar al misionero que pudo infectarle con ébola en el Hospital Carlos III de Madrid? “Ella hizo todo lo que le dijeron, nunca me comentó nada, volvió a casa tan normal y en ningún momento ha tenido ninguna preocupación de nada”.
Lo declara en exclusiva a El Mundo su marido, Javier L.R., con el que este digital ha logrado contactar en los módulos de aislamiento del centro. Javier se ratifica en que en ningún momento la enfermera hizo nada incorrecto al tratar al misionero que previsiblemente le provocó el contagio, el primero de esta enfermedad fuera de África, también lógicamente el primero en Europa.
“Ella ha estado trabajando normalmente, ha seguido todos sus protocolos normales”, asegura el marido, que dice sentirse “bien, dentro de la gravedad” y explica que con Teresa “la cosa evoluciona favorablemente” porque a su mujer “le están poniendo plaquetas de una persona que se curó [la misionera Paciencia]”.
Javier, que asegura estar en un ala diferente a su esposa, dice que todo era normal hasta el pasado martes 30, y no lunes, como se ha publicado. “Ella empezó con fiebre, pero nunca alta”. ¿Nunca por encima, como han dicho las autoridades, de 38.6 grados centígrados? “No”. “La fiebre nunca subía”, comenta en otro momento.
“De hecho nos íbamos a ir de vacaciones porque estuvo haciendo el examen para la plaza fija, lleva 15 años trabajando aquí [en el Carlos III] y nos nos pudimos ir por un accidente que tuve yo, y ella dijo: 'Pues bueno, me voy yo a pasar unos días con mi madre'. Pero luego empezó con la fiebre y...”.
La Comunidad quiere sacrificar a su perro
Otra situación, en cambio, le tiene muy preocupado: la pareja dejó a su perro, solo, en su hogar de Alcorcón. “Nos ofrecieron llevarle a una clínica, para que estuviera bien atendido y en observación, para hacerle analíticas y seguir el protocolo, pero en principio no hay contagio de personas a animales ni de animales a personas... Y ahora me llama este Zarco [ se refiere a Julio Zarco, director general de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid] y me dice que hay que sacrificar el perro sí o sí, que si le doy mi autorización. Y le he dicho: 'Mi autorización no la tienes'”, dice muy airado.
“Y me han dicho”, sigue Javier, “que si no les doy mi autorización, van a pedir una orden judicial y van a entrar en casa por la fuerza para sacrificar al perro. Ayer no me dijeron eso. Me ha querido comer la oreja, que yo les dejara las llaves de casa y con un besito le sacrifican. Entonces qué hacemos, ¿que a mí me sacrifiquen también? Como no saben si lo tengo o no, que me sacrifiquen a mí también, ¿no?”
“El perro no tiene problema, tiene toda la casa para él, la terraza abierta para que haga sus necesidades... Se puede cagar por la casa, tiene 15 kilos de pienso, tiene agua... Como si pasa 20 días solo. Se porta bien, no molesta... Y mi mujer no sabe nada, pero ella, que es la paciente, la que tiene el ébola, le dices eso y se queda en el sitio”, termina.