“Mi tropiezo en Vuelta al Mundo fue una bocanada de humildad”
Óscar Martínez presenta durante este verano el concurso “Los últimos 20 metros” en la noche de los miércoles de Antena 3.
El comunicador ha regresado de esta manera a la cadena después de conducir el fallido reality “La vuelta al mundo en directo”, que él mismo produjo.
Martínez habla con Vertele.com sobre su trayectoria profesional y el cambio de cadena tras dejar “El programa de Ana Rosa”: “Echo en falta muchas cosas de Telecinco, pero estoy muy feliz en Antena 3”, asegura.
TITULARES DE ÓSCAR MARTÍNEZ
- “Echo en falta muchas cosas de Telecinco, pero estoy feliz en Antena 3”
- “Me costó mucho tomar esa decisión pero lo hice con todas las consecuencias”
- “'El programa de Ana Rosa' ha ganado mucho sin mí”
- “Ni los éxitos son tan éxitos, ni los fracasos tan fracasos”
- “Los presentadores aportamos muy poco a los programas”
- “Cuando quieres hacer algo tan arriesgado la caída puede ser tremenda”
- “El fracaso de 'La vuelta al mundo' fue una bocanada de humildad”
- “La gente que hacemos televisión no somos conscientes de lo que viene”
- “Los directivos hacen la televisión que pueden, no la que quieren”
Durante este verano está presentando “Los últimos 20 metros”, ¿qué le llevó a aceptar este programa?
Yo estoy contratado por Antena 3 y este era un formato que había comprado, además, es un programa en el que me siento muy cómodo. Igual hay algún formato en el que no me veo, pero en este me estoy sintiendo muy bien.
Hace ocho meses que cambió de cadena, ¿echa en falta Telecinco?
¿Qué si echo en falta Telecinco? Buena pregunta. Sí, echo en falta a mi Ana Rosa, echo en falta muchas cosas de Telecinco, pero estoy muy feliz en Antena 3. Cada cadena tiene su cosa, atrás dejas unos amigos, una etapa, vas a otra… Son momentos de la vida en los que tienes que tomar decisiones. Pero sí, hay cosas positivas en Telecinco que las echo de menos, claro.
¿Ha hablado con sus ex compañeros de trabajo?
Hablo con Ana Rosa de vez en cuando. La relación con ella es estupenda. La 'tía' cada vez está más guapa y yo cada vez más viejo… (Risas) Estoy enfadadísimo con esto.
Con la perspectiva que da el paso del tiempo, ¿se arrepiente de la decisión que tomó?
No. No me arrepiento nunca de lo que hago, sino de lo que no hago. En su día tomé una decisión que me costó mucho y lo hice con todas las consecuencias. Les deseo todo lo mejor. Ahora está Joaquín Prat, que me parece un acierto. El programa ha ganado mucho sin mí (risas) y me alegro mucho de sus éxitos.
Da la sensación de que ha cerrado por completo una etapa, ¿es así?
Mi carrera y la vida en general son etapas. Estás en una cadena, luego te vas a otra a hacer cosas diferentes, haces amigos, los dejas, tienes éxitos, fracasos... Yo no soy una persona a la que le guste mirar hacia atrás.
Ha dicho que hasta los grandes comunicadores también sufren fracasos…
Sí, todos, no hay ninguno que no haya tenido, al menos, tres. Todos conocemos a grandes gurús de la tele que los han sufrido. Pero uno lleva mucho en este medio y con el tiempo se aprende a ver las cosas con mayor perspectiva. Ni los éxitos son tan éxitos, ni los fracasos tan fracasos.
¿Ha aprendido a relativizar ambas cosas?
Sí, mucho. Todos sabemos que vivimos de las audiencias y yo soy el primero que las miro, las estudio a ver dónde hemos fallado… Pero que tenga éxito o no un programa depende de tantas cosas que al final eres uno más. Además, yo creo que los presentadores aportamos muy poco a los programas.
Pero duele más si el fracaso es del primer programa de su productora…
Sí, pero se aprende mucho también. Los humanos aprendemos más de los errores que de los éxitos.
¿Qué aprendió de “La vuelta al mundo en directo”?
Muchas cosas. Que lo programas tiene que tener su presupuesto, su tiempo y que cuando quieres hacer algo tan arriesgado la caída puede ser tremenda. En mi caso, relativizo mucho el fracaso de “La vuelta al mundo”, porque tuvo muchos condicionantes. Es un formato que seguramente volveremos a hacer, posiblemente, en otros países.
¿Ya se ha repuesto del golpe?
Sí, al día siguiente. Ves lo que has hecho mal, aprendes, te levantas y tienes que seguir adelante. Es una bocanada de humildad.
Cada vez hay más programas que fracasan en televisión ¿Cuál es, a su juicio, la razón de esto?
Está pasando algo que ni nosotros mismo sabemos de qué se trata. La gente que hacemos televisión estamos demasiado encerrados en el día a día y no somos conscientes de lo que viene. Esto va a cambiar por completo en unos meses.
Triunfa un programa de cada diez y nadie tiene la varita mágica. La audiencia está cada vez más repartida y se arriesga menos porque cada vez hay menos ‘pasta’. Los directivos hacen la televisión que pueden, no la que quieren. “Los últimos 20 metros” es un ejemplo de que el coste de producción se tiene que repartir entre varios países, si no, no se podría hacer.
¿Tiene nuevos proyctos en su productora?
Estamos preparando muchas cosas: Un programa en el que sólo pueden concursar parados, otro en el que formaremos un equipo de fútbol integrado por famosos, etc.
Para Antena 3 también produjo el espacio “Decora”, ¿volverá a la cadena?
En Antena 3 no, pero no descartamos venderlo fuera.
Usted, como presentador, ¿hacia dónde le gustaría encaminar sus pasos ahora?
Me veo en casi todos los formatos. Con Ana Rosa aprendí muchísimo, con “La vuelta al mundo” también, volvería a hacerlo… Hombre, en un informativos no me veo, porque Matías Prats lo hace muy bien (risas), pero es que he dado hasta el tiempo, he hecho espacios para niños…
Cuando acabó “La vuelta al mundo” se rumoreó con la posibilidad de que se incorporara a “Espejo público”, ¿qué hubo de cierto en ello?
¿Ah, sí? Primera noticia que tengo, son rumores de pasillo. A mí nunca me hicieron ninguna propuesta de ese tipo.
¿Sería infiel a Ana Rosa?
Ana Rosa lo entendería. Ella quiere lo mejor para mí y en ese caso lo comprendería, pero “Espejo” funciona muy bien y no se planteó nada así.
¿Le siguen diciendo que es familia de Emilio Aragón?
Últimamente me dicen que me parezco más al Duque (risas). Emilio, es estupendo, es un crack.
Pero, ¿le sienta mal que se lo digan?
No, ya no me lo dicen, cuando empezaba sí que me lo preguntaban más, pero vamos, que no es algo que me preocupe.