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Bob Pop explica por qué el Estado debe subvencionar la cultura: “Si no, aquí solo la harían los ricos”

Un año más, la industria del cine alzó la voz en los Premios Goya para pedir ayuda. El gran ganador de la noche, Pedro Almodóvar, así como el presidente de la Academia, Mariano Barroso, aprovecharon la gran fiesta del cine español para pedir al Gobierno que vele por los intereses de la industria cinematográfica nacional, siempre aquejada económicamente en comparación a otras potencias europeas.

Estas reclamaciones derivaron en el consiguiente debate sobre las subvenciones a nuestro cine, con una parte defendiendo el incremento de las mismas y con otra, por el contrario, poniendo en duda su necesidad. Como respuesta a estos últimos, Bob Pop expuso anoche en Late Motiv los motivos por los que, a su juicio, el Estado debe subvencionar la cultura.

Para empezar, el sudirector del programa se preguntó si el de las subvenciones era un debate real “o una serie de energúmenos arremetiendo contra gente a la que odian”. Críticos con las subvenciones a los que recordó que “subvencionar se subvencionan muchas cosas que nos parecen muy bien”. Un ejemplo es el deporte, que recibe inyecciones económicas “por la salud de la población y porque de ahí salen figuras como Rafa Nadal y Ona Carbonell”. O la medicina, de la que “se subvencionan cosas sobre las que luego todos tenemos beneficios”.

“Las subvenciones aportan a la igualdad de oportunidades”

Aclarado este punto, Bob Pop dijo también que la cultura debe subvencionarse porque “es educación”. “Porque a leer y a escribir se aprende leyendo. Porque a hacer cine se aprende yendo al cine. Porque a hacer teatro se aprende haciendo teatro. Entonces, si creemos en la educación pública tenemos que creer en la cultura con apoyo estatal. No hay más por ahí. Si crees en la educación pública la cultura también es educación pública”, defendió el colaborador de Buenafuente.

En segundo lugar, reivindicó las subvenciones culturales porque la cultura “es un negocio y genera riqueza”. “Y no solo genera riqueza, sino que genera oficios, muchos de los cuales no se pueden estudiar en escuelas públicas. Así que si el Estado no ha contribuido a que la gente aprenda un oficio como es el del oficio cultural, al menos que aporte algo para que la gente se pueda formar y trabajar”.

En tercer lugar, “porque es diplomacia cultural”. “Cualquier subvención cuesta menos que una embajada. Y seguramente hace más marca España que el señor embajador de no sé dónde”, apuntó en su intervención, en la que reiteró que las inversiones en cultura “se recuperan, y no solo en números”.

“No es solo el dinero, también es la sensación de que tu país está apoyando una propuesta, un proyecto, una lengua, unas temáticas y una cosa muy importante: es una aportación a la igualdad de oportunidades, porque si no aquí solo harían cultura los ricos”, alertó antes de lanzar otra advertencia: “Si lo dejamos todo en manos del libre mercado, lo único que va a ser libre va a ser el mercado”.

“Subvencionar algo de cultura es creer en el futuro”

Para finalizar, Bob Pop recordó que las subvenciones solo cubren una parte de un proyecto cultural, pero no el proyecto en su totalidad. “Nadie crea nada con una subvención, que no os tomen el pelo”, explicó antes de concluir que “subvencionar algo de cultura también es creer en el futuro” y señalar que los que critican las subvenciones culturales son “los mismos que intentan acabar con la educación pública y la sanidad pública. Los que ven que tienen 'negociete' si aquello se acaba. Con lo cual, lo que están pidiendo en el fondo es su parte del pastel”.

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