“Cuando creía que o tenía todo hecho y había recuperado a sus hijas y a su mujer con otra identidad y con otro cuerpo, todo se viene abajo cuando aparece una mujer que obviamente no conoce, y le dice que es su mujer... El dilema es importante”, afirma Javier Gutiérrez sobre el conflicto de su personaje en Estoy vivo con la aparición de Lola (Luz Valdenebro), la mujer de Márquez, el hombre cuyo cuerpo tomó el fallecido Vargas tras morir, y que impide a este consumar la reunión familiar con Laura (Cristina Plazas) y cía. “Lo va a tener muy crudo”, ríe el actor en declaraciones a VERTELE.
La segunda temporada acaba de arrancar y lo ha hecho en una noche complicada, la del martes, donde ha de enfrentarse tanto a otro producción de ficción española, Presunto culpable, como al todopoderoso GH VIP en su versión Límite 48 Horas. Pese a ello, y pese a tratarse de una serie que apuesta por fórmulas genéricas poco convencionales en la televisión generalista, el intérprete no se achanta.
“Quienes han seguido la serie tienen muy presente lo que había ocurrido, y para quienes no la han seguido, es una serie que se puede seguir en el presente y atar cabos de forma muy rápida”, razona. La clave está en el eje de fondo, la lucha de su personaje por recuperar a su familia: “Es el objetivo por el que lucha en la Tierra, y esperamos que lo consiga”.
El hecho de que esta nueva tanda se adentre en el terror tampoco será, a ojos del gallego, un impedimento. No en vano, recuerda que esta mixtura de géneros estaba ya en la primera. “En aquella había elementos más de cómic, con el mundo de los Hostiles; aquí se ha optado por el fantástico. No es puro terror pero habrá escenas terroríficas”, dice un Gutiérrez más que satisfecho por los riesgos artísticos que asume la serie. “No olvides nunca que los espectadores están familiarizados con los personajes. Tenemos terreno abonado y ganado”.