Lo que esconde el cartel del Benidorm Fest 2026: una vuelta al origen que marca el camino más allá de Eurovisión

RTVE desveló el pasado jueves el cartel oficial de artistas del Benidorm Fest 2026, la quinta edición de una marca que ya es imprescindible para la televisión pública y que se enfrenta quizás a su año más importante: el de su consolidación independientemente de Eurovisión.

Tras cuatro años en los que ha ido de más a menos tanto por los resultados en el festival europeo como por la evolución de los repartos de cada edición, el certamen nacional vuelve a sus orígenes. Y lo hace con un grupo de participantes que carece de una mayoría de nombres mediáticos, pero que reconduce su rumbo y marca el camino a seguir si el objetivo es establecerse como una referencia.

Si miramos la lista de 18 participantes, compuesta por Asha, Atyat, Dani J, Dora & Marlon Collins, Funambulista, Greg Taro, Izan Llunas, Kenneth, Kitai, Ku Minerva, Luna Ki, Julia Medina & María León, Mayo, Mikel Herzog Jr, Miranda! & Bailamamá, Rosalinda, The Quinquis y Tony Grox & Lucycalys, la primera impresión lleva a pensar que vuelve a quedarse cojo porque sólo tres o cuatro de ellos son conocidos para el público. Sin embargo, afinando la mirada la conclusión es que tiene potencial para mejorar las expectativas que podían tenerse respecto a esta edición.

Después de un Benidorm Fest 2025 que terminó con la victoria de Melody y su posterior polémica eurovisiva, RTVE se enfrentaba a un proceso de selección en el que tenía que trabajar para ganarse la confianza de la industria. Y la mejor de las noticias, más allá de la fama que pueda tener uno u otro participante, es que este cartel intenta recuperar la esencia de la recordada primera edición combinando artistas consolidados y respetados como Funambulista o los argentinos Miranda!, con nombres emergentes pero con tablas.

Un intento de volver al origen para ser referente

Si echamos la vista atrás, el primer festival contó con Rigoberta Bandini, Rayden, Varry Brava o Azúcar Moreno como nombres destacados, pero sorprendió con la irrupción nacional de Tanxugueiras, el huracán Chanel o la revelación de Blanca Paloma, que volvió un año después para llevarse el triunfo. Esta vez, la mirada vuelve a posarse sobre perfiles con trayectoria musical importante, pero con la esperanza de volver a sorprendernos con aquellos que no conocemos.

De la mano de César Vallejo, que tras compartir la dirección con Ana María Bordas se erige como el capitán del barco del Benidorm Fest, el festival apuesta por una selección rupturista con el rumbo que estaba tomando en los últimos tiempos, especialmente en su edición de 2025 donde las cabezas de cartel fueron Melody y Sonia y Selena.

Hablando claro, el certamen de RTVE se ha quitado caspa y ha conseguido atraer a una variedad de artistas que, a falta de escuchar sus canciones, despierta más interés que los repartos recientes. A juzgar por lo que comentan los propios artistas, se ha hecho un trabajo de campo, de llamar a puertas de discográficas y de ganarse la confianza y el respeto de la industria, con frutos como Funambulista o Luna Ki, que salió con polémica el primer año y que vuelve con ilusiones renovadas.

También ha podido influir el premio económico para el ganador que ha introducido por primera vez la Corporación, como un aliciente para llamar la atención de profesionales de la industria y ver compensada su dedicación al concurso. Y no es para menos, pues serán 100.000 euros para el o los intérpretes, y 50.000 para los autores.

A falta de conocer las canciones, que se publicarán el 18 de diciembre cuando se presenten las versiones definitivas, se prevé una variedad de estilos rica que combinará seguro rock, pop, balada, bachata, urbano, dance, flamenco fusión y electrónica. También se prometen más tablas que en años anteriores, donde se criticó especialmente la calidad vocal de algunos de los concursantes con menos experiencia y recorrido en los escenarios.

Además de los arriba mencionados Funambulista y Miranda!, que podrían considerarse los cabezas de cartel, la selección también cuenta con tres 'hijos de' con una narrativa que puede atraer al público como Dora -hija de Bimba Bosé-, Izan Llunas -hijo del eurovisivo Marcos Llunas y nieto de Dyango- y Mikel Herzog Jr. -hijo del también eurovisivo Mikel Herzog y con trayectoria en otro programa de TV como Tu cara me suena-.

A ellos se suman Julia Medina (OT 2018) y Mayo (OT 2023) como dos cantantes que tienen experiencia sobre el escenario y una base de fans tras salir de Operación Triunfo. Y también tres ex de ediciones anteriores del Benidorm Fest como Luna Ki, que vuelve tras la polémica, además de Óscar Ferrer de Varry Brava -ahora llamado Bailamamá- y Sergio de Miss Caffeina -junto a su formación The Quinquis-. Algo que también refleja que aunque las experiencias eurovisivas de la mayoría de ganadores no están dejando buen sabor de boca, el paso por festival de RTVE sí anima a muchos a volver otro año.

Una apuesta por Latinoamérica que abre fronteras

Pero si algo llama la atención del nuevo cartel del Benidorm Fest es su apertura de fronteras con la selección de dos nombres como Miranda!, un fenómeno de Argentina que también tiene reputación en España, y la mexicana María León, que es una de las artistas emergentes con más seguimiento en su país.

Como ya hiciera la primera edición con Javiera Mena, esta quinta mira definitivamente a Latinoamérica para intentar llevar su eco a otro nivel. Y es que más allá de la atención que despierta el Benidorm Fest fuera de España por su vinculación con Eurovisión, ahora RTVE quiere que la industria musical hispana al completo tenga su certamen como un referente.

Las bases del concurso de la televisión pública obligan a que toda participación extranjera tenga vínculo español, por lo que han unido fuerzas con dos locales como el Varry Brava Óscar Ferrer y la 'triunfita' Julia Medina. Algo que no solo aporta la vía legal, sino que inaugura las colaboraciones entre artistas independientes que tan bien funcionan en Sanremo (Mahmood & Blanco, Francesca Michielin & Fedez, etc.), que es el gran referente, y que enriquecerá a buen seguro sus propuestas para el festival.

Por aportar contexo, la importancia de estos 'fichajes' se refleja en sus números: Miranda! es un superéxito del pop en español con más de 20 años de trayectoria y cuenta con 11,5 millones de oyentes en Spotify, el mayor volumen de cualquier participante del certamen de RTVE antes de ser elegido. María León, por su parte, es una cantante, bailarina y actriz que ha participado en series de Netflix y que en su faceta musical acumula 1,2 millones de oyentes en la citada plataforma.

Sergio Jaén lidera el salto escenográfico... a falta de canciones

La gran novedad del Benidorm Fest 2026, más allá de los artistas, es el salto escenográfico que promete de la mano de Sergio Jaén, nuevo director artístico del festival tras idear la propuesta con la que JJ de Austria ganó Eurovisión 2025. Una incorporación que todo el mundo pedía y que es la que puede marcar la diferencia este año.

Con el talento de Jaén, el certamen de RTVE tiene mimbres para presentar 18 actuaciones a la altura de lo que aspiran a ser: el espacio musical más importante de la televisión. Números que a buen seguro mejorarán en cuestiones escenográficas, visuales y de realización respecto a lo que hemos visto otros años en La 1, y que por encima de todo verán equilibradas las desigualdades presupuestarias que siempre se han evidenciado sobre el escenario entre artistas consolidados y emergentes.

Ahora, y hasta el 18 de diciembre, queda lo más importante y lo que confirmará si este es verdaderamente un buen cartel: las canciones. Si la selección musical está a la altura, el Benidorm Fest 2026 marcará el camino a seguir para que más artistas reconocidos se lancen a participar en el futuro y pueda convertirse en lo que RTVE desea: una cita a la altura del festival de Sanremo, que no olvidemos que tiene 70 ediciones más de trayectoria que el de nuestra televisión pública.

Esto implica, además, una vida más allá de Eurovisión. Y es que el contexto de este año acompaña a que el Benidorm Fest pueda volar de manera independiente, como también se ha pedido año tras año. Hasta el mes de noviembre, cuando se celebre la votación en el seno de la UER sobre la participación de Israel en Viena 2026, no sabremos si la victoria aquí estará acompañada de un billete a Austria.

RTVE ha condicionado su estancia a la expulsión de la KAN israelí por lo que, de tener que irnos, no sería ningún drama. De hecho, ayudaría a que nuestro propio festival se desprenda del cliché eurovisivo y pueda atraer las miradas de toda la industria. Pase lo que pase, parece que reconducir el rumbo es un acierto.